QUINTO SUEÑO

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--ma-má  ¡mamá que hiciste!-- Reí corrió bajando de su auto en el momento que su padre subía con serena en brazos a su auto casi corriendo.

--yo... ¡yo no quise, te lo juro por Dios, solo pasó yo no se, tenía mucha rabia!-- Neherenia veía la escena asustada y perdida, jamás pensó que las cosas llegarían a este punto, pero estaba tan enojada y dolida, y ver a la rubia ahí, tan hermosa y tan embarazada la hizo no medir las consecuencias de sus actos.

--no llores mamá-- a Reí no le quedó más que abrazar a su madre que lloraba a mares entre sus brazos.

--¡la maté, soy una asesina. ¡oh por el señor, soy una asesina! Llamaré a la policía, si eso voy a hacer.

--no mamá, mírame-- la pelinegra tomó aire, realmente era una situación, complicada, esa mujer frente a ella era su madre, quien la había criado y dado la vida, la amaba con toda su alma, y estaba segura que ella nunca haría algo así a propósito, estaba segura de ello, solo que la rabia y el dolor la llevaron a un punto donde no había retorno. --mírame por favor-- acunó el rostro de su progenitora entre sus manos brindándole consuelo, aún cuando sus propias lágrimas corrían lenta pero dolorosamente por sus mejillas. --¿te acuerdas de ese retiro como misionera que me habías mencionado?  --neherenia la miró confundida  ¿que tenia que ver eso ahora?.--puedes irte ahora y ayudar a esos niños de África que tanto soñabas con ayudar.

--pero hija, yo cometí un crimen-- balbuceó la mujer.

--pero eres mi madre y te amo, y se que no fue tu intensión, además, no está muerta, no sabemos qué está pasando mamá, pero se que no lo hiciste a propósito-- la mujer negó y recibió un beso en la frente por parte de su hija.

Ambas sabían que no se verian por un buen tiempo y que a pesar de todo íban a extrañarse, pero esta era la mejor decisión, no sabían que medidas iban a tomar serena y su padre, o que pasaría, pero era su deber de hija rescatar a su madre.

La mujer asintió, lento --yo me haré cargo de todo mamá, vas a ver que todo va a estar bien ¿si?.

--gracias hija-- neherenia tomó las manos de su hija en sus propias manos. --perdóname, por todo, yo quería lo mejor para ustedes.

Ambas lloraron, sanando sus corazones, quizá no todo estaba perdido y con el tiempo podrían rescatar su relación.

--te amo mamá, también perdóname, por todo-- y así un abrazo selló las heridas de un par de corazones rotos trayendo paz a sus almas. --pero es hora de que te vayas.

--¿hija, esto no te causará problemas? Si es así yo me que....

--que te vayas mamá, anda cumple tus sueños y se feliz.

La mujer corrió escaleras arriba a empacar lo poco que iba a llevarse,  mientras Reí se quedó abajo llamando incansablemente al teléfono de su padre, pero nadie contestaba, y aunque se veía tranquila por fuera, por dentro la estaban destrozando los nervios y el miedo.

--ya estoy lista hija-- Reí cortó la llamada que intentaba hacer. --quiero que le entregues esto a tu padre, no se si sea tarde pero espero que esto pueda solucionar algo-- le extendió una carpeta a su hija y esta se dio cuenta de que se trababa al abrila.

--son los papeles del divorcio, ya firmados, mamá-- Reí volvió a abrazar a su madre. --estamos haciendo lo correcto ¿de acuerdo?.

Ambas asintieron y así partieron rumbo a la iglesia de la cual la mayor formaba parte.

--ni una sola palabra mamá, no por ahora-- esta asintió y con un último abrazo  se despidieron por lo que sería un largo tiempo.

Cuando perdió a su madre de vista pisó el acelerador buscaría en cada clínica y hospital hasta encontrar a su padre y serena....

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