TERCER SUEÑO

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El encuentro fue abrupto, inesperado pero como cada situación en el mundo, en algún momento llegaba así sea un poco de calma.

Y este era el momento, dónde serena descansaba en la cama de hospital más cómoda que haya visto y Diamante a su lado sentado acariciando sus cabellos una y otra vez, haciéndo dormitar a la rubia cada tanto.

--Diamante ¿Qué está pasando?-- Se atrevió a preguntar Serena aún con los ojos cerrados.

--A que te refieres cariño-- la voz de Diamante era suave y tranquila, él simplemente seguía sin creer que el amor de su vida estaba a su lado.

--La vecina a la que le encargué mi apartamento me comentó que un hombre con todas tus características hace un tiempo dormía en mi apartamento y le decía que era mi novio, solo por las dudas ¿Eras tú?.

--ah, eso-- hizo una pausa antes de volver a hablar --si, soy yo, me he quedado todo este tiempo en tu apartamento, perdón por eso.

--No, no es que duermas en mi apartamento, es por qué estás durmiendo ahí.

--Me estoy divorciando, le conté la verdad a Neherenla-- Dijo al fin.

--¿Por qué? Se supone que me fui para que estuvieras en paz con ella, dijiste que la amabas-- Serena bajó la voz, era obvio que era un tema doloroso para ella.

--yo, yo siento de verdad-- Tomó las manos de serena entre las suyas --yo creí que la amaba, pero realmente tenía miedo, estaba acostumbrado tanto a todo que me costó entender que te amo a ti y solo a ti mi amor, tu me devolviste la vida y quiero pasar el resto de mi vida contigo Serena, si me lo permites quiero estar con ustedes por siempre. --acaricio por encima vez el vientre de la rubia, es que no se cansaba de admirarlo.

--¿Ella está bien?.

--Eres tan buena mi vida, Neherenla ha tomado una actitud extraña, pero tarde o temprano creo que entrará en razón, no hablemos de ella ahora.

--No puedo evitar sentirme culpable-- los ojos de serena se nublaron por las lágrimas.

--ey, yo soy el único culpable, y Neherenla también, hace mucho tiempo, incluso antes de que tú llegaras a nuestras vidas éramos como dos extraños compartiendo una casa, ella tampoco me ama, solo quiere guardar las apariencias-- secó las lágrimas de la ojiazul con sus pulgares y dejó un beso sobre su frente. --te amo, las amo.

Serena se quedó en silencio un rato dejándose mimar hasta que volvió a hablar:

--Rey debe odiarme-- fue lo único que dijo.

--No, no lo hace, ella ha estado muy preocupada por ti, supongo que tendrán que hablar, pero está muy lejos de odiarte, por qué a penas la llamé dijo que vendría.

Y como si la hubieran invocado la puerta de la habitación se abrió dejando ver a una Rei alterada con el delineador corrido y los ojos llenos de lágrimas.

--sere-- corrió a su encuentro, ambas se envolvieron en un abrazo lleno de amor y lágrimas.

--Perdo-perdoname Rei, yo de verdad siento mucho todo esto-- Serena casi no se le entendía lo que decía, tenía tanto miedo de perder a su mejor amiga, pero esta estaba ahí, abrazándola después de todo.

--callate, después hablaremos de todo esto, ahora debes reponerte y estar fuerte, yo voy a cuidarte de ahora en adelante.

Ambas rieron y serena asintió, Rei observó el vientre abultado que parecía ser la sensación, a pesar de que no era muy grande si estaba muy firme.

Sin dudarlo se acercó a dejar besos sobre la panza --Hola bebé, soy tu hermana, no me habías escuchado por qué tú mamá es una malvada-- La bebé se removió dentro del vientre de su madre un poco inquieta,.quizá acababa de despertar. --si mi vida, te voy a amar mucho y te compraré todo lo que tus papás no quieran comprarte-- levantó la vista hacia serena con cara de interrogante.

--Diana, se llama Diana.

--Diana-- Repitió Diamante en un susurro, quien observaba la interacción entre las dos jóvenes.

--¿Te gusta?-- Esta vez fue serena quien preguntó.

--¡Nos encanta! ¿Verdad papá?, Es un lindo nombre Diana Blackmoon Tsukino, suena poderoso-- Aplaudió Rei entusiasmada.

--Rei-- Serena volvió a llorar --perdomame por favor.

--Ya te dije que cuando salgas de aquí hablaremos de todo, pero no te odio serena, eres mi mejor amiga, y la madre de mi hermana menor, eres mucho para mí, menos mi madrastra.

Diamante se aclaró la garganta para luego hablar. --claro que no, deja de decir esas cosas hija.

--¿Mucha vergüenza ahora no? No creo que mi hermana sea obra de un milagro. Miren no les voy a decir que no me molestó toda la situación, que no me enojé con todo esto por qué obvio mi madre está de por medio. Pero creo que al final del día papá y mamá se iban a terminar divorciando por qué tienen pensamientos diferentes, esto solo fue un detonante para todo esto, les voy a pedir algo de discreción mientras encuentran la forma de que mi madre se entere sin que le afecte tanto que estés aquí.

La pareja asintió y se perdieron en medio de una nueva conversación, Serena comió una ensalada de frutas y sonreía entre si, hasta que la puerta se abrió de nuevo, esta vez entrando una camilla dónde una pelirosa venía peleando con los enfermeros.

--pensé que no me ibas a traer nunca--Literalmente traía al enfermero agarrado de un mechón de cabello con la mano que no tenía yeso.

--Rini-- fue lo único que su hermana mayor dijo para que aflojara el agarre y se le iluminaran los ojos.

--¡Sere! Dime qué estás bien, si no quemaré esta clínica con todos adentro-- volvió a amenazar al enfermero.

--Está muy bien, todo está en orden y por lo visto tu también estás bien-- Diamante fué quien respondió un poco divertido por la situación. --Zafiro, ¿Estás bien?-- se dirigió al enfermero novato que era su sobrino, ya que era hijo de su hermano Malachite,.este vivía en Nueva York y su ex esposa vivía aquí con su hijo.

El joven solo asintió embobado hacia Rini, ayudándola a acomodarse en la otra cama al lado de su hermana.

--Creo que a alguien le va el masoquismo-- Rei abrió la boca soltando un chiste que los hizo reír a todos.

--Zafiro, estarás a cargo del cuidado de la hermana de Serena, mientras ella esté aquí hospitalizada.

--¿Tú quien eres?-- la pelirosa preguntó de forma un poco desdeñosa.

--El es diamante, el dueño de la clínica y el padre de Diana-- Serena estaba toda sonrojada, su hermana menor sabía todo, pero no conocía al hombre que había embarazado a su hermanita.

--Asi que eres tú, ven, acércate-- hablaba mientras sonreía. --Diamante iba a obedecer pero Serena lo tomó de la mano negando con la cabeza. --ven, solo voy a arrancarte la cara con mis dientes, ¿Crees que por qué tengo el brazo enyesado no puedo darte tu merecido?

Diamante entendió a la perfección por qué serena no lo dejaba acercarse.

--Quizá es el efecto de la reacción al despertar de la anestesia-- Serena asintió, pero ella sabía que su hermana menor era todo un huracán, todo lo opuesto a ella.

--vaya que tienes agallas niña, estás amenazando a un hombre importante, y antes de que preguntes soy la hija del hombre al que quieres arrancarle la cara con tus dientes.

--Tu eres Rei, me caes bien, sere me habló mucho de ti, gracias por cuidarla.

La pelinegra solo asintió en respuesta, pensando en que Rino era todo lo que Serena le contaba. --si eres hermana de mi mejor amiga, supongo que me caes bien.

La pelirosa bufó --acomodame la almohada, le exigió al enfermero --por favor.

Este no dudó en obedecer la orden de la pelirosa. Sonrojado hasta el cuello.

Serían unos días en la clínica hasta que todo estuviera controlado y después tenían que salir de su burbuja y cada quien tomar las riendas de su respectiva vida.


Estamos en capítulos finales ....

Correcciones cuando termine la novela.

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