Contigo Aprendí Lo Que Es Amar [Dylan O'Brien]

CAPITULO 11

Eran las seis de la tarde por lo que empezamos a andar camino al campamento.

Esta vez los chicos nos acompañaban, Dylan no me lo había dicho, pero yo sabía perfectamente que no quería correr el riesgo de que yo me volviera a enfadar.

Íbamos haciéndonos bromas, riéndonos y de vez en cuando Dylan me miraba y sonreía.

Cuando estábamos a mitad de camino Claudia nos contó que se había liado con Adrián. Ella es ese tipo de chica que consigue lo que quiere y si quiere a un chico lo consigue casi seguro. Sabía a ciencia cierta que Claudia ya no era virgen. Ojalá yo tuviera la misma facilidad que ella para ligar.

–Y tu ___, ¿que has hecho con Dylan? –me preguntó Natalia.

–Estuvimos hablando y luego... casi nos besamos.

–¿Y por que no le besaste? –gritó Yessica.

Miré a ambos lados para ver si alguien lo había oído, por suerte no.

–En ese momento apareció Brenda.

–¿Brenda? –preguntaron las tres.

–Sí, Brenda, la chica con la que estaba antes Dylan, pero eso no es todo...

–Empieza a cantar.

–Bueno, me amenazó, me dijo que no me acercara a su chico.

–___, ya es hora de que sepas una cosa –Natalia miró a las otras dos con una mirada de complicidad.

–¿Que tengo que saber?

–Dylan te quiere

En ese momento tropecé con una piedra y perdí el equilibrio, pero no me caí, unas manos me agarraron de la cintura y volvieron a ponerme en equilibrio.

–¿Estás bien?¿Te hiciste algo?

–Tranquilo, Dylan, estoy bien, no ha sido nada.

Di dos pasos pero estaba cojeando.

–Hey, estas cojeando, ¿quieres que te lleve?

–No, gracias, puedo sola.

Intente seguir andando para demostrarle que era cierto que podía sola, pero fue imposible, me dolía mucho.

–Sube –se puso de espaldas a mi y se agachó para que pudiera subir con más facilidad.

Le obedecí, di un pequeño saltito y me subí a su espalda.

Él empezó a caminar y me sujetaba los muslos para que no me cayera. Yo rodeé su cuello con mis brazos y apoyé la cabeza en su espalda.

Dylan olía muy bien, excesivamente bien. Los hombres y sus malditos perfumes, son la droga de toda mujer.