CAPITULO 16

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Todo estaba oscuro y en silencio. Alguien gritó, se encendieron las luces. En un sofá marrón apareció una chica con el vestido roto y sangriento. Se volvieron a apagar las luces.

Dylan me cogió de la mano y me pegó más a él.

Sabía que estaba asustada.

Seguimos andando. Un chico salió del armario que teníamos a la derecha. Todas las chicas gritamos, los chicos reían.

—Vaya, ese chaval ha descubierto Narnia —dijo Álvaro sin parar de reír.

Seguimos andando y entramos al comedor.

Había cuerpos por el suelo y encima de las mesas, pero había alguien que no parecía estar muerto. Nos miro, sonrió y luego desapareció. Todo esto parecía muy real.

–Y ahora todos estos muertos se levantan y empiezan a bailar "Thriller" –dijo Adrián a lo que todos los chicos rieron.

Salimos del comedor y entramos en la habitación de uno de los monitores.

La puerta se cerró de golpe. Yo me abracé más a Dylan. Agarré su brazo con fuerza y sentí sus músculos. Me latía el corazón a mil.

Unos coches teledirigidos salieron de debajo de la cama y se empezaron a mover por todas partes, algunos chocaban con nuestros pies.

–¿Soy yo o esto es un plagio de "Toy Story"? –dijo Dylan.

Los chicos no paraban de reír.

Los coches volvieron a desaparecer debajo de la cama y la puerta se abrió sola haciendo un ruido siniestro.

Entramos a otra sala, estaba mas iluminada, en el centro había una mecedora que se movía sola, una muñeca sentada encima.

Me daban mucho miedo las muñecas.

Rodeé a Dylan con los brazos y el pasó su brazo por mis hombros. Besó mi cabello. Oía latir su corazón y era agradable sentir su calor por encima de la ropa.

Salimos.

Entramos a un largo pasillo. Alguien gritó:

–¡Corred! –y le hicimos caso.

Íbamos corriendo hacia la salida, se oían portazos, gritos y risas.

Salimos fuera de la cabaña grande.

Tony respiraba con dificultad:

–¿Enserio? ¿Eso último era necesario? Señores, no estamos en El Corredor Del Laberinto, no hace falta correr como idiotas.

Abrí los ojos de par en par.

–¡Antonio Hernández Roman! No te permito que hables así de El Corredor Del Laberinto –le fulminé con la mirada.

–Vaya, veo que tenemos aquí a una fangirl.

–Te aviso Tony, nunca te metas con la novela favorita de una fangirl, puedes salir herido –dijo Alejandra, ella y Gabi me entendían muy bien.

Parecerá una tontería, pero esa novela me ayudo a que las tardes no fueran tan largas pensando en David, era mi libro y no iba a permitir que nadie, repito NADIE, hablara mal de ella.

Me di cuenta de que Dylan me miraba con una sonrisa, le dijo algo a Adrián en oído y se fue. Adrián me sonrió.

No sé por que tenía el presentimiento de que tenía que seguirle, sin darme cuenta mis piernas empezaron a caminar solas y en pocos segundos estaba siguiendo a Dylan a lo mas profundo del bosque.

☺☺☺☺☺☺☺☺☺☺

Muchas gracias por las 100 leídas!!!

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Contigo Aprendí Lo Que Es Amar [Dylan O'Brien]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora