Hola, hola mis pequeñas almitas en pena, bienvenidos al
Mini maratón 1/2
Disfrútalo ❤️
Ella y yo éramos dos líneas separadas, cada una por su propio camino, pero el destino se encargaría de volvernos una misma de nuevo.
—Harry L.
Harry
-Tranquila bonita -susurro contra el cabello de Lucy, quien llora desconsolada contra mi pecho, no podría explicar lo que siento ahora al verla así...tan rota.
Mi pecho se oprime al verla tan indefensa, sin su sonrisa y mejillas bañadas en rojo carmesí tan característicos, quisiera decirle que todo está bien, que yo la protegeré pero sería una maldita mentira, nada de esto está bien y por más que le dé vueltas no encuentro la forma de ayudarla.
Mis manos se pasean por su espalda dando caricias suaves, tratando de reconfortarla, quiero que ella se sienta segura conmigo, pero una vez que se entere de la verdad seguramente se molestará conmigo...
-Harry, quiero que deje de doler tanto, quiero hacerles tanto daño que rueguen por sus vidas como lo hice yo -Sus palabras flotan en el aire, como si estuviera en gigantes mayúsculas y me golpearan una a una en la cabeza.
Aprieto la mandíbula y maldigo en mi cabeza, mi padre tiene razón, mi único trabajo era vigilar a Lucy, vigilarla y que no saliera lastimada, pero no lo hice y ahora ella está así...
-Lucy, no digas cosas de las que te puedas arrepentir. -Digo contra su cabeza, el aroma que desprende es el de siempre, quizás sea el shampoo que utiliza, un olor a vainilla.
Ella se separa de mi llevándose consigo su aroma y me mira con el ceño fruncido, y ahora por su mueca se que está molesta.
-¿Yo arrepentirme? -Niega con una sonrisa agria en su rostro -Te juro que ellos van a ser los que se arrepentirán, no voy a descansar hasta que extermine a esas ratas, desearan no haber nacido, por lo menos no en esta vida.
Solté un suspiro y asentí. Su enojo era claro, al parecer era lo único que tenía ahora, rabia y dolor acumulado.
Elle me miro, sus ojos y sus labios vacilaban, como si quisiera decirme algo importante pero se arrepintiera al instante.
Finalmente las palabras abandonaron su boca, como si hubiera escupido algo que le obstruyece la garganta.
-S-si te dijera que se los nombres de ellos ¿T-tu que harías?...-mordio sus labios y sus manos se apuñaban con fuerza en mi chaqueta.
Acomode un mechón de pelo detrás de su oreja, distrayendola para que no se percatara de que no estaba de acuerdo con lo que seguramente diría.
-¿Que es lo que quieres que haga exactamente Lucy? -Ella se lo pensó un momento, sus ojos verdes se paseaban por toda la habitación, sabía que su mente trabajaba a toda velocidad para buscar una respuesta concreta la cuál, al parecer no llego.
Contrataque. -Mas bien, ¿Tu que harás? -la determinación era obvia en sus ojos y por un momento eso hizo que los vellos de mi piel se erizarán.
-Matarlos -Su rostro y postura eran firmes, los ojos le brillaban de tan solo imaginárselo, una sonrisa ladina adorno su rostro.
Ahí me di cuenta de que había perdido el control sobre la poca cordura que le quedaba, ella ya no estaba al mando, pero sabía quién si lo estaba y eso solo confirmo una cosa, mi padre había, no solo logrado despertar a Nix, también había despertado el apetito sanguinario y maquiavelico que se había escondido durante años en Lucy.
Entonces ¿Este fue el plan todo el tiempo? ¿El había mandado a aquellos tipos a hacerle daño a Lucy? La verdad no me sorprendería si las respuestas a esas preguntas fueran afirmativas, pero creí que el era mucho mejor que esto. Mejor que lastimarla a ella por sus estúpidas ambiciones...
Me había perdido tanto en mis pensamientos que no había notado el brillo que ascendía de sus ojos y la herida de su muñeca.
-¿Que mierda?...
-Es un gusto volver a verte Daemon -Trague grueso al volver a escuchar ese nombre.
-Nix, así que volviste -La voz me salió ahogada.
Ella no era Lucy, no cuando Nix tomaba el control, la marca de la runa brillaba con intensidad en su muñeca, tanto que me cegaba.
Un dolor se hizo presente en mi pecho, gruñi por el inmenso ardor. Nix solo sonrío, la sonrisa macabra que bien podría ser de una psicópata, una sonrisa que daba escalofríos ver, y no por que fuera realmente macabra, si no por que podías ver la maldad a través de ella.
-Esta pasando de nuevo ¿Eh? -Ella levanto mi playera y yo hice una mueca de dolor al sentir las yemas de sus dedos recorrer la marca que yacia resplandeciente nuevamente en la parte izquierda de mi pecho, justo en el corazón.
Lucy y yo teníamos la mima marca, diferente lugar pero mismo significado: Destino.
-Pronto llegará la hora de unir estás preciosas marcas ¿No te parece Daemon? -Si bien, Nix y Lucy compartían un mismo cuerpo, la voz llegaba a cambiar, con Lucy era un todo suave y dulce, pero con Nix...su voz era fría sin llegar a ser tosca, sensual e intimidante.
Lucy y yo éramos inevitables, cada uno tenía su propia vida y seguía su propio camino, dos líneas separadas, pero en cualquier punto nuestros destinos se entrelazarian de nuevo, una línea recta infinita, éramos el destino del otro, desde los tiempos más remotos nuestros caminos ya estaban escritos y nuestra unión desataría un caos.
-Ha llegado el momento de que ella sepa la verdad Daemon, tu padre llegará en cualquier momento.
Y ahí estaba, lo que no quería oír justo flotaba en el aire, como si se balanceara de un lado a otro y se burlara de mi.
-Pronto la profecía se cumplirá Daemon, está vez yo ganaré y te aseguro que está vez todo saldrá como está previsto....
-------------------------------------
No pierdas tiempo y desliza ❤️
ESTÁS LEYENDO
Lucy: Una Profecía Infernal [Sin Editar]
ParanormalLucy, una joven huérfana de 22 años que vive en un pequeño edificio de la ciudad de Filadelfia en Pensilvania, la noche del 4 de julio cinco hombres entran a su apartamento, desencadenando una serie de eventos violentos, sin recordar con claridad na...