Lucy: Una Profecía Infernal [Sin Editar]

XXII Acto Uno: El Culto

Carlo

—¡¿Como que ella no está en el hospital?! —Grite a los idiotas frente a mi, ellos bajaron la cabeza.

—Lo siento señor, cuando llegamos al hospital ya habían dado de alta a la chica.

—Si señor, el ya se la había llevado.

Miro a los chicos de uno en uno y niego frustrado.

—¿Y como me explican el poder que uso contra ustedes? —Camino de un lado a otro —Se supone que ella aún no tiene contacto con su padre, es imposible que ella sepa sobre su poder y la profecía.

Todos siguen callados, y su silencio solo me hace enfurecer más, tomo la botella de cristal a mi lado y la lanzó contra la pared. Los cinco chicos se exaltan pero no hablan.

—Ella tenía una marca en la muñeca —dice uno de ellos y lo miro esperando que me diga más —Era una especie de símbolo, parece que tenía días pues ya estaba cicatrizado y de ahí fue donde emano la luz.

—Asi que una marca...—Me siento en la silla detrás de mi. —¿Ellos ya habían tenido contacto con Lucy? —pregunto.

—Si, Daemon había estado con ella últimamente, ahora se hacía llamar Harry. —Reconoceria esa voz donde fuera.

Miro hacia el pasillo donde entran caminando mis dos hijos, el mayor es quien habla y aprieto la mandíbula.

—¿Por qué no me lo habías dicho Dominic? —Siseo, el se encoje de hombros despreocupado.

—Se que el plan es matarla pero fue mi novia, aún soy un caballero padre —Dice con sorna mientras toca su pecho dramáticamente. Stephan reprime una carcajada y lo miro fulminante.

—¿Cuál es tu pretexto Stephan?

—Olvide decirlo —Se recarga contra la pared y sonríe —Recuerda que yo no formo parte de tu culto de mierda.

Bufo frustrado y vuelvo a los inútiles frente a mi.

—Busquenla y traiganla aquí. —ordeno.

—P-pero señor...—uno de los chicos protesta y tomó la pistola a mi lado y disparo, el chico cae al piso siendo ahora un cuerpo inerte, todos me miran con sorpresa y miedo. —¿Alguna objeción más?

—No señor —dicen todos y salen de la habitación.

—¿Metiendo miedo es como manejas a tus hombres? —La voz de Dominic resuena en la habitación semi vacía.

—Mis métodos no son tu problema.

—No lo son, es solo que pareces ser igual o peor a quien intentas eliminar —dice en un tono divertido.

—Por lo menos yo intento hacer algo, todos estos años solo te haz hecho el idiota —Me levanto de la silla y me pongo frente a Dominic. La postura de Stephan se vuelve erguida y alerta.

—Solo disfruto de la vida padre, algo que tú deberías hacer en lugar de perseguir a alguien a quien no puedes matar. —Rechista y comienza a caminara a la salida junto a su hermano.

—¿La amas no es así? —El se tensa y se para en seco negando, pero su movimiento vacila —Te enamoraste de ella, pero sabes que ella no te corresponde por qué está enamorada de su propio hermano.

El se da la vuelta furioso, lo veo en sus ojos pero lo esconde con una sonrisa burlona.

—Si te traigo la cabeza de los dos a este lugar ¿Dejaras de decir estupideces? —Su mirada es retadora y sus palabras son una tentación.