"I'm here" || KAGEHINA

11. Verdad o Reto

Hinata se sorprendía a sí mismo con lo mucho que le gustaba Kageyama. No importa cuántas veces se hubieran besado ya, cada vez le volvía a parecer surreal. Todo esto había empezado por un impulso, casi por casualidad, pero los sentimientos de Hinata eran honestos y reales. Hinata no paraba de maravillarse, pues esos sentimientos también eran inéditos, y aún no se acostumbraba a experimentarlos.

Por las noches, luego de que todos se durmieran, uno se iba al portal de la casa y unos minutos después llegaba el siguiente. Llevaban una semana haciéndolo y Hinata a veces se preguntaba si realmente estaba viviendo eso o si en verdad se había quedado dormido y lo estaba soñando. Con cada beso, descubría una nueva parte de Kageyama, pero también una nueva parte de sí mismo, un lado sincero que había estado oculto y que ahora podía liberar y explorar. Se reunían en secreto de noche, pero era de día cuando Hinata sentía que se escondían.

No obstante, estaba pasando un buen tiempo divirtiéndose al compartir el secreto en frente de las narices del resto sin que nadie se enterara. Busacaban la mirada del otro con ojos cuyas expresiones demostraban que estaban pensando en más tarde. Se pegaban codazos cuando alguien mencionaba la noche, la hora de dormir. Cada tanto deslizaban comentarios en las conversaciones que para ellos tenían un segundo significado que solo ellos cazaban. Una vez, Hinata hasta se regodeó contando que jamás había besado a nadie, no tenía ni idea de cómo se sentía, aunque le daba mucha curiosidad, y se preguntaba si le gustaría... ¡Y consiguió hacerlo con el rostro completamente serio e inexpresivo! Kageyama, en cambio, tuvo que beber de su vaso para ocultar su sonrisa, pero terminó tosiendo el agua al atragantarse con su risa. 

Lo más divertido de todo, tal vez, era robarse besos de día. Cuando el resto estaba cerca, apenas separados por una pared, pero completamente ingenuos a lo que estaba sucediendo en la habitación de al lado, estos intercambios eran como burlarse de ellos. Ese día, por ejemplo, Hinata bajaba la escalera cuando se cruzó a Kageyama, que las subía, y lo intervino con un beso, viendo que no había nadie atrás de ninguno de los dos. Apenas se habían separado lo suficiente como para no parecer sospechosos cuando alguien más apareció en el cuadro, lo cual lo hizo todavía más entretenido de pensar.

No estaban seguros, sin embargo, cuánto más podrían aguantar el secreto. Ese día se les unirían Yachi y Kiyoko al viaje, quienes no habían ido antes por complicaciones personales, y también alegando que no tendrían mucho que hacer mientras ellos jugaran al volley porque, como eran vacaciones, ellas no estarían anotando y analizando sus jugadas (al menos no de forma oficial). Como fuera, la incorporación de dos nuevas personas al grupo añadiría obstáculos que esquivar, pero además obstáculos de mayor dificultad. Kiyoko tenía una percepción muy aguda, y Yachi los conocía muy bien. Sospechaban que no pasaría mucho hasta que alguna de las dos, o ambas, se dieran cuenta.

-¿Cuánto crees que tardarán en darse cuenta? -le preguntó Hinata a Kageyama mientras iban a tomar agua antes de retomar el volley

-¿Las chicas o en general?

-Da lo mismo, ¿no? Si las chicas se enteran primero, no se lo ocultarán al resto. No a menos que se los pidámos, pero no tendría sentido eso.

-A menos que las chicas no se enteren primero -puntualizó Kageyama.

-¿Tú crees? -preguntó. De pronto, se le iluminaron los ojos y los abrió bien grande-. ¡Apostemos! 

-... No.

-¡Vamos, Kageyama! Por favor, va a ser divertidooooo -suplicó, arrastrando la útlima vocal para enfatizar la plegaria. Kageyama suspiró.

-Bueno, está bien. Yo creo que uno de los hombres se enterará primero.

-¡Eso no vale, hay muchos más hombres que mujeres!

-Sí, pero es más probable que una de las chicas se entere primero.