𝐎𝐛𝐥𝐢𝐠𝐚𝐝𝐚 𝐀 𝐂𝐚𝐬𝐚𝐫𝐦𝐞 - 𝐅𝐫𝐞𝐝 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 [+18]

82. cuidados y mimos.

Fred intento manejar con suavidad todo el camino, fijándose en que ella estuviera bien y no despertara. Ya en casa, la bajo con cuidado en brazos, pero Sam despertó negando.

—espera, no me mires.— fue detrás de un arbusto al que Fred la siguió, más que nada para que no cayera.— ¡Puaj!

—no vomitaste nada.— se burló divertido.

—ahora si.— respondió dando una arcada en la que devolvió todos los tragos mezclados, una y otra vez. Fred agarro su cabello para que no se ensuciara y Sam termino sudada por el esfuerzo.— listo, termine.

—perfecto, ahora entremos.

—¡Oh wow! Qué bonita nuestra casa.— balbuceo sonriendo antes de gritar.— ¡Yooooo...! Yo tomaré un baño y me lavare los dientes ¡Y túúúúú!

—yooooo.— le siguió el juego guiandola por las escaleras.

—me vas a esperar en nuestra habitación...

—esta bien, nena.— aseguró, sabiendo que nada de eso iba a pasar, al menos las intenciones que tenía su esposa. La llevo directo al baño y prendió la llave hasta temperar el agua.— está lista el agua, desnúdate.

—si pero, pero no me mires.— pidió desabrochando su vestido por el costado. Fred elevó las manos y le dió la espalda sintiendo a Sam tararear una canción mientras entraba a la ducha.— ¿Sabes? Todo gira y creo que... Entras acá.

—¿Cómo? ¿Me meto a ayudarte?

—¡Eso dije!— Fred se quitó la ropa y entro a la bañera también sosteniendola. Ella parecía estarlo esperando, porque lo abrazo y cayó dormida nuevamente antes de que él tomara la esponja para enjabonar a ambos.— te amo, Fred...

—y yo a ti, Samantha.— le hizo saber, escuchando su suspiro de relajación.

—está calentita el agua...

—aja, pero ya debemos salirnos.— susurró apagando el agua.

—oye, yo te dije te amo y me respondiste "yo también", eso no es un te amo, ¿Lo sabes?— explico dolida mientras Fred le entregaba su cepillo de dientes con pasta dental. Fred hizo lo mismo con su cepillo y la abrazo por la espalda y apoyo su cabeza sobre la de ella.

—yo, Samantha Weasley, te amo más que a nada en el universo.— beso su cabeza antes de comenzar a cepillar sus dientes, viendo que ella lo hacía ahora irradiando felicidad. Terminaron y la llevo a la habitación para vestirla y vestirse él viendola recostada perezosa.— ¿Sabes que eres mi vida, Sam? Siempre te lo digo, y no sé si crees que es exageración.

—yo te creo, porque tú eres mi vida también.— se acomodo y bostezo.— quiero una hamburguesa con queso, tanto queso que desborde... Que rico, y acompañado de papitas con ketchup.— se la imagino y sintió que salivaba más de lo normal.

—¿Y de dónde podré sacar hamburguesas a esta hora?

—no lo sé... Pero quiero una con tantas ganas, Fred. Te lo juro.— miró el techo y mordió su labio.— con una soda, de esas que sudan de lo fría que están... Que rico.

—me antojaste.— confesó Fred montándose en la cama.— y un postre bien dulce, uff.

—¿Y si pedimos mañana? ¿Uh? Ahora estoy cansada, pero quiero salir a comer hamburguesas. Ahora, quiero que me abraces, ven aquí.— lo tumbó sobre ella y lo abrazo con piernas y brazos.— ah, que cómoda estoy.

—y yo...— beso su cuello.

—no hagas eso... No me tocaras borracha y sabes que eso me calienta.

—si, lo siento. Me gusta como hueles.