❛ rivals ❜ minchan

006: salvado o perdido

Chan se apoyó contra la puerta, escuchando el zumbido de los monitores y un pitido constante que en la habitación que era el corazón de Minho. Lo había logrado. Estaba bastante seguro de que estuvo parado afuera de las puertas del hospital durante una buena hora, y estaba a punto de darse la vuelta para alejarse cuando alguien chocó con él, lo que hizo que cruzara el umbral. Su corazón empezó a latir frenéticamente, aunque se dijo a sí mismo que ya no iba a tener miedo de este lugar. Una vez más, casi se dio la vuelta y salió disparado por las puertas cuando una pequeña mano le tocó el brazo ligeramente.

── Chan, ¿cómo estás, cariño? Asumo que estás aquí para ver a Minho. ──dijo la dulce voz de Yeo Miyeon.

Él la recordaba. Ella había sido la enfermera que se sentó a su lado mientras la policía le notificaba a sus padres lo del accidente. Ella había sido quien lo abrazó cuando no podía detener las lágrimas bajando por su cara y sus papás no se atrevían a mirarle. Ella había sido la que vendó su abdomen en el estacionamiento porque él se rehusaba a entrar al hospital cuando tuvo su primer par de costillas mallugadas por "un tacleo muy feo".

Sin ser capaz de hablar todavía, él asintió y ella le sonrió amablemente mientras apretaba su brazo y se daba la vuelta── Sígueme. ──Chan la siguió, sintiendo la tensión creciendo dentro suyo con cada paso que daba. Casi no pudo soportarlo más cuando Miyeon entró abruptamente en una habitación abierta. Chan se quedó en la puerta, pero podía escuchar el pitido constante de la máquina que indicaba que el corazón de cierta persona latía de manera constante, el sonido lo distraía de la incertidumbre espesa que se había estado asentando en su estómago. Observó cómo Miyeon apretó las cobijas alrededor de un durmiente Minho antes de revisar la bolsa de fluidos colgando a su lado.

── Es... ──dijo con voz ronca, mas se aclaró la garganta y comenzó de nuevo── ¿Está bien? ──pronunció, su voz asimilándose a un susurro, sorprendiéndole que incluso ella lo escuchara.

── Sí, está bien. Solo cansado por todo lo que su cuerpo pasó hoy. Probablemente va a estar inconsciente por un rato. ──fue a pararse en frente de él── Es muy amable de tu parte venir a verlo, eres el único además de su papá.

Ella sonrió de nuevo y luego se devolvió al frente de la enfermería, donde se supone que debía de estar, dejando a Chan en el sombrío marco de la puerta, escuchando los latidos de Minho. Perdió el rastro del tiempo estando ahí parado, viendo al menor respirar. Ocasionalmente, una sonrisa se extendería sobre su rostro durmiente, y le hacía a Chan preguntarse sobre qué podría estar soñando que lo hacía tan feliz. Justo cuando otra alegre sonrisa embelleció la cara del morocho, casi haciéndolo adentrarse en el cuarto por las ganas de estar con él, una voz sonó detrás de él, haciendo que saltara ligeramente.

── Me imaginé que te encontraría aquí. ──dijo el doctor Bae── Sé que no han sido los mejores amigos por un tiempo, pero gracias de nuevo por salvarlo.

El doctor Bae le puso una mano en su hombro en un gesto paternal de orgullo. Chan asintió y volvió a ver hacia Minho antes de hablar.

── Cualquiera lo habría hecho. ──mintió, recordando cómo el equipo de Minho se quedó allí, incapaces de hacer algo dentro las duchas, mientras Minho yacía en el suelo frente a ellos luchando por respirar. La angustia en su estómago se agrió y poco a poco se transformó en ira de nuevo al pensar en la situación.

── Sí, pero nadie hubiera podido calmarlo en la forma que tú lo hiciste. ──dijo el doctor Bae, dándole una mirada expresiva que hizo a Chan sentir que ese hombre sabía más de lo que estaba revelando── ¿Estás listo para ver lo que quería mostrarte?

Con eso rápidamente cambió de tema, por lo cual Chan estaba agradecido.

── Guía el camino. ──replicó con una pequeña sonrisa en su rostro, de hecho, un poco emocionado por ver lo que el buen doctor quería mostrarle.