❛ rivals ❜ minchan

014: distracciones, citas de almuerzo y un meñique

Chan de nuevo llegó temprano a la escuela este miércoles por la mañana, con la necesidad de expulsar algo de la energía acumulada que tenía antes del primer día de existencia amigable con el dolor de cabeza que es el equipo de lacrosse. Él salió de su camioneta al parqueo vacío, completamente perdido en sus pensamientos mientras hizo su camino hacia el otro lado del oscuro lugar. Minho no había estado otra vez en el colegio el día anterior y algo en su estómago se había estado agriando de forma constante. No ayudó mucho el que los susurros en el pasillo habían mutado a conversaciones enteras y especulaciones sobre dónde el "impulsivo, fenómeno, fuera de control, espeluznante" de Minho estaba, y por qué no había regresado todavía. Había hecho contacto visual con Felix unas cuantas veces al pasar, ambos compartían una mirada de complicidad que a veces era seguida de un asentimiento si no estaban demasiado rodeados por sus compañeros de equipo.

Casi había llegado a la entrada de lado del gimnasio cuando escuchó el constante sonido de pelotas volando a través del aire de mañana y golpeando una red. Hizo una pausa para mirar sobre su hombro, preguntándose quién estaría despierto tan temprano, especialmente porque no habían otros autos en el parqueo. «Sólo es un jugador de lacrosse», pensó mientras iba a dar otro paso hacia delante, pero se congeló e inmediatamente miró por segunda vez. No era "sólo cualquier jugador de lacrosse". Él conocía esa figura más baja, esos hombros anchos, esos fuertes brazos y ese cabello lo suficientemente largo para mover los dedos a través de este. Él estaba de regreso. La sensación de malestar en su estómago que se había convertido en una constante se desvaneció lentamente, y esta vez cambió por una razón diferente.

Sin siquiera saberlo, sus pies lo habían llevado más cerca al borde del campo, donde él se quedó mirando mientras Minho lanzaba pelota tras pelota hacia la pequeña portería en frente de él. Ya que estaba más cerca, podía ver que Minho tenía sus audífonos puestos, silenciosamente sacudiendo su cabeza al ritmo entre cada levantamiento de su palo. Ansiaba ir a hablarle, preguntarle cómo estaba, pero él ya sabía la respuesta a eso basado en su ausencia. ¿Qué diría siquiera, de todas formas? Chan sacudió su cabeza y vio cómo Minho voleó unos cuantos tiros más antes de que se diera la vuelta e hiciera su camino de vuelta hacia el gimnasio. No quería interferir con su práctica tampoco, considerando que él parecía estar en la zona y ya se había perdido dos prácticas de equipo. Minho necesitaba ese tiempo para enfocarse y Chan necesitaba tiempo para prepararse antes de acercarse a él.

En ese momento verlo lo tomó muy desprevenido. No estaba seguro de que sería capaz de mantener su compostura. Así que esperaría. Irá y se forzará a sí mismo a través de un entrenamiento agotador para recordar su enfoque principal para esta semana; el juego. Vería a Minho más tarde y mucho durante el resto de la semana considerando el nuevo "vínculo de equipo" en el que debían participar a partir del almuerzo de hoy.

Chan logró completar sus entrenamientos... A penas, resoplando y jadeando más de lo usual ya que su mente parecía estar moviéndose a otro lugar. Renunció cuando perdió la cuenta de sus ejercicios por quinta vez y decidió que era hora de ducharse, lo cual era otra cosa en la que no parecía enfocarse. Recostó su cabeza contra el frío azulejo en frente de él mientras el agua tibia rociaba su espalda y suspiró, llevando su mano atrás de su cuello. Eso era exactamente lo que no podía permitir que pasara, no esa semana, él ya tenía otras cosas de qué preocuparse, su atención y enfoque no podían ser una de ellas.

Para cuando se había secado y vestido, Chan podía oír vida en el colegio; personas yendo y viniendo en los pasillos, bajas conversaciones entre profesores mientras caminaban del parqueo hacia sus salones de clase y el sonido metálico de los casilleros siendo abiertos y cerrados. Salió hacia los pasillos lentamente poblándose y recogió lo que necesitaba para el periodo libre que usaba para estudiar, luego entró a la biblioteca, reclamando su lugar favorito en el pequeño escritorio en la esquina derecha.