012: lo mejor de ambos mundos

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── Alistaré el cuarto de visitas para Chan.

Chan retrocedió. NO. Instantáneamente se congeló, dejando caer el control a su lado, temiendo el pensamiento de ser dejado solo para ahogarse en sus propias pesadillas sin ningún respiro. Puede que no se hubiese alarmado tanto en cualquier otra situación, pero no ahora. No cuando el aniversario estaba tan cerca... Su corazón empezó a latir más rápido, podía sentir gotas de sudor bajando por su cabello.

── ¡No! ──Minho gritó desde su lado, permitiéndole respirar en un profundo y firme alivio── Siempre dormimos en mi cuarto... ──añadió, un poco más suave esa vez debido al freno de la señora Bae en las escaleras por su fuerte grito.

Chan sintió la mirada de Minho en su rostro, pero sus ojos permanecieron fijos en la espalda de la mujer que sostenía su destino. Sintió el meñique de Minho tocar el de él donde su mano había caído al piso, todavía sosteniendo el control del videojuego que habían estado usando cuando la señora Bae soltó la bomba, en un intento de calmarlo. La mujer que había sido más mamá para él que cualquier otra cosa en los últimos años, se regresó con una ceja arqueada.

── ¿Qué ustedes dos no se están poniendo un poco muy viejos como para compartir una cama? ──preguntó. Chan no dijo una palabra, solo continuó mirándola fijamente y aguantando su respiración, esperando el veredicto. El meñique de Minho se enganchó alrededor del suyo y Chan bajó la mirada hacia él, logrando una temblorosa inhalación antes de regresar sus ojos a la señora Bae.

── Por eso pedí una nueva cama para mi cumpleaños. ──respondió Minho rodando sus ojos y la señora Bae solo suspiró.

── No sé cómo alguien consigue dormir contigo, eres el peor en menearte como un gusano. Chan, ¿qué no te dejó la nariz ensangrentada hace unos meses? ──Chan solo pudo sonreír ligeramente y asentir por mientras, su mente todavía en pánico. Minho hizo una mueca.

── Estaba peleando con esos tenebrosos hombres con rostros de cuero, ¿okey? Solo sucedió que Chan simplemente se interpuso en el camino de mi puño. ──dijo y luego le sonrió, golpeando sus hombros juguetonamente. Chan sonrió ampliamente y negó con la cabeza hacia el ridículo idiota soñador que estaba a su lado. La señora Bae sólo los miró y sacudió su propia cabeza en respuesta.

── Me complacerá mucho decirles a sus esposas que todavía compartían la cama en su adolescencia. ──Minho soltó una carcajada y Chan se rio entre dientes por un momento hasta que algo dentro de él se tornó agrio. Él lo sacudió, asumiendo que era solo la ansiedad del aniversario de la muerte de su hermana pesando sobre él── No muy tarde, chicos. Minho tiene una cita mañana.

Y entonces era él agarrando el flojo meñique de Minho en apoyo. Una vez al mes, Minho iba al psicólogo para trabajar en un pequeño problema de ira que tenía. Minho lo odiaba, y siempre volvía más enojado de lo que probablemente era saludable para él.

Minho apretó de vuelta fuertemente, dejando su frustración fluir a través de su casi muy doloroso agarre. Chan trató de ignorar la incomodidad que venía con perder la circulación y el hueso doblándose más de lo que debería. Pero tomó el dolor, porque sabía que Minho necesitaba que lo hiciera y era lo menos que podía hacer por el chico que acababa de cubrirlo a él y sus terrores nocturnos.

La señora Bae ya había desaparecido hace un rato por las escaleras hacia el piso principal y ellos aún no se habían movido. Hasta que el teléfono de Minho empezó a hacer un pitido, señalando unos cuantos mensajes recibidos. Dejó ir el dedo del otro, Minho empezó a presionar botones en su teléfono agresivamente mientras Chan gentilmente masajeaba su adolorido meñique, sus ojos fijos en el juego pausado en la televisión en frente de ellos.

❛ rivals ❜   minchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora