Minho de nuevo se despertó tarde a juzgar por lo fuerte que el sol estaba brillando a través de la ventana. Se sentó en la cama y frotó sus todavía secos ojos. Miró hacia su ropa, sintiendo como rozaba su piel, lo cual era una mejora para su propio derecho... Podía sentir de nuevo. Quitándose las cobijas, se levantó y estiró sus adoloridos músculos, contrayéndose del dolor mientras los sentía jalar y moverse de donde habían estado trabados desde su tensa caminata a casa bajo la lluvia. Lentamente se quitó las ofensivas piezas de ropa de su piel, ignorando la picazón que sintió del material mientras se deslizaba contra él. Después se encontró en el baño, analizando sus ojos rojos y labios quebradizos, sacudiendo la cabeza ante su descuidado estado y esparció bálsamo labial sobre las grietas que parecían de desierto, apelmazándolos con el calmante néctar.
Le dio la espalda al espejo, ya no siendo capaz de mirar el caparazón vacío en que se había convertido, jugando en su vez con las perillas en la ducha y tratando de encontrar la correcta temperatura. Minho normalmente amaba las duchas calientes, entre más caliente mejor de hecho, pero en ese momento se conformó por un spray tibio, no queriendo herir su hormigueante piel más de lo que ya estaba.
Ondas de agua lavaron sobre él y causaron que piel de gallina venciera sobre la blanca piel mezclada con manchas rosadas. Esa era siempre la peor parte después de una gran explosión, cuando sus sentidos parecían sobrecargarlo de su previo estado entumecido. Todo era demasiado, incluso el olor a café flotando a través de su cuarto cuando se despertó tenía la habilidad de hacer a su estómago revolverse.
Él se tomó su tiempo, empujando y jalando los mechones de su cabello mientras masajeaba champú en sus enmarañados cabellos, cerrando sus ojos en silenciosa satisfacción. Delicadamente arrastró sus dedos en círculos continuos a través de su cuerpo, lavando lo último de la sensación hormigueante que acompañaba las extremidades muertas. Sangre corrió por todos lados, conectando las pequeñas manchas rosadas y cubriéndolo totalmente en un ligero sonrojo rosado. Solo que él no era tan hermoso a como Chan había lucido después de la ducha de Kool-Aid. Él golpeó su mano contra la pared de la ducha y dejó salir una respiración temblorosa. Chan. Pero sacudió su cabeza rápidamente. No podía volver, acababa de salir, él solo no podía volver ahí... Todavía no. Así que empujó todos los pensamientos del chico con los ojos esmeralda fuera de su mente y se concentró en terminar su ducha.
Su piel estaba mejor, no tan sensible, pero todavía sentía unos agudos pinchazos mientras pasaba la toalla sobre las gotas de agua guindando de él. Minho pasó el espejo sin siquiera darle un vistazo, no queriendo un recordatorio visual del vacío en el que se dejó a sí mismo deslizarse. Se vistió rápidamente en una ropa holgada y lentamente hizo su camino hacia la cocina, siguiendo el olor de café rancio.
Entre más se acercaba al cuarto principal, mejor podía escuchar una baja voz ahogada, la voz de su padrastro, teniendo una conversación con alguien en el teléfono, por lo que sonaba. La espalda del hombre estaba hacia él mientras veía una de las ventanas que miraba el bosque hacia el lado. Minho recostó una cadera contra el desayunador y se contrajo de dolor cuando su piel respondió al fuerte contacto, así que se enderezó, optando por sentarse en una silla acolchada en su vez.
── Jisoo, lo sé. ──su padre susurró, sonando exasperado── Él necesita estar aquí, y necesita regresar a nosotros por su propia cuenta. ──hizo una pausa y suspiró, dejando caer su cabeza y asintiendo a lo que fuera que su madre estuviera diciendo── Bebé, sabes que te amo, pero no creo... ──aunque parecía que no tenía permitido terminar la oración antes de que su madre decidiera que tenía más que decir── Sí, estoy consciente de que es lunes y, sí, sé que han pasado tres días. Solo dame un día más con él aquí y luego... ¡Jisoo, tengo que irme, él se levantó! ──Minho se tensó cuando su papá de volteó rápidamente y caminó hacia él con una sonrisa en su rostro── Hola, hombrecito. ──el doctor Bae exclamó calladamente, pero todavía dejó que su emoción se notara. Se sentó cautelosamente en la silla a su lado y giró su cuerpo para que estuviera viendo a Minho de frente totalmente.
ESTÁS LEYENDO
❛ rivals ❜ minchan
FanfictionEllos ni siquiera juegan los mismos deportes, pero sus equipos no se toman para nada en serio, jugándose bromas y burlándose del otro constantemente. Chan, capitán del equipo de fútbol americano. Minho, capitán del equipo de lacrosse. Ambos pretende...