❛ rivals ❜ minchan

016: avanzando

Chan se despertó con un salto, encontrándose a sí mismo en un cuarto desconocido. Nervioso, miró su alrededor hasta que sus ojos se toparon con una grande figura durmiente en el sillón al frente de él. Soltó un suspiro tembloroso, dejándose caer sobre los abusados y grumosos almohadones. Estaba a salvo en la casa de Kitae, y Hannah ya no estaba. Se repitió esas dos cosas una y otra vez hasta que finalmente había calmado su acelerado corazón, suspirando y permitiéndose cerrar los ojos de nuevo cuando sus miedos habían disminuido por el momento. Pero en lugar de obtener la pacífica pizarra en blanco que eran sus párpados internos, todo lo que vio fue la imagen de sus muslos presionados entre sí con los dedos meñiques envueltos con fuerza uno alrededor del otro, sumándose un café profundo, justo como el color de los ojos de cierta persona. Todo lo que vio fue a Minho. Todo lo que vio fue cómo su lobito lo había consolado de la única manera que sabía.

Kitae se movió después de un poco, se sentó mientras se frotaba los ojos y le dio a Chan un levantamiento de barbilla como saludo.

── Buenos días. ──croó, contrayéndose internamente por cómo su voz sonaba, lo que significaba que había gritado al menos una vez en algún punto de la noche. Kitae sólo lo miró, una mezcla entre confusión y cautela cruzó su rostro antes de que sacudiera su cabeza. Chan miró abajo con vergüenza. La única persona que había sabido de sus pesadillas era Minho, y él se había acostumbrado tanto a través de los años que había dejado de reaccionar, aparte de calladamente calmarlo durante la noche.

── Entonces, ah... ¿Las pesadillas pasan a menudo para ti? ──preguntó Kitae incómodamente. Él se encogió, inseguro de cuánto confiaba en su voz por el momento── Con razón me dijo que no te perdiera de vista. ──susurró, y la cabeza de Chan se disparó de vuelta hacia arriba.

── ¿Qué? ──cuestionó, ojos buscando la figura de Kitae mientras el otro chico tecleaba en su teléfono con una expresión seria en su cara y sus cejas jaladas hacia abajo.

Kitae suspiró por las palabras que parecía estar eligiendo cuidadosamente, y luego tiró su teléfono a un lado una vez que golpeó en botón de enviar.

── ¿Uhm? Oh, el pequeño fenómeno. ──Chan rezó por la fuerza para no tirarse a través del cuarto para golpear a su "amigo" en la cara.

── Él me dijo que no te dejara ir a casa o dormir solo, y que no hablara sobre tu familia. ──terminó Kitae mientras se levantaba del sillón, su espalda haciendo un sonido cuando se estiró.

Chan estaba ahí sentado con incredulidad. Incluso cuando Minho no podía reconfortarlo, se había asegurado de que Chan estuviera bien. Todo el aire se le escapó entonces. ¿Estaban finalmente volviendo al lugar en el que solían estar todos esos años? Dios, él esperaba que sí.

El teléfono de Kitae vibró, y él nunca había visto al imbécil moverse tan rápidamente. La pantalla iluminó el oscuro cuarto y Kitae inhaló bruscamente.

── Tengo que irme, eres bienvenido a quedarte si quieres. Te veré en el colegio, ¿okey? ──y luego se escabulló sin esperar por una respuesta.

Chan se puso de pie cautelosamente, moviéndose y sintiendo sus músculos quejarse por estar en una posición incómoda toda la noche. Recogió su camiseta y sus jeans del piso, rápidamente poniéndoselos de nuevo antes de agarrar sus llaves y su teléfono de donde descansaban al lado de sus zapatos en un extremo del sillón. Dijo un adiós y recibió un "nos vemos" de vuelta, luego estaba saliendo por la puerta principal hacia su camioneta. Él no se hubiera quedado de todas formas... Había algo en su casa que necesitaba recoger. Algo que ansiaba ponerse para mostrar su apoyo después de todo lo que el dueño del objeto había hecho por él la noche anterior.