❛ rivals ❜ minchan

017: una nueva perspectiva

Él nunca había sido elegido por alguien antes. En cuanto a su mamá y papá, elles eran amables y cordiales, pero se elegían entre sí o a sus trabajos antes que ponerle atención. Todos sus compañeros de equipo tenían a sus amiges, o a su pareja. Incluso Minho. Aunque amaba al chico y se quedaría con él sin importar qué, Minho tenía otras cosas que requerían su atención, significando que Felix sería puesto de último otra vez.

Pero luego Chan se había puesto de su lado. Lo había elegido sobre su propio compañero de equipo, su propio amigo. Felix se sentó ahí con los ojos como platos mientras Chan lo defendía, mientras lo elegía con una sonrisa amable. Felix no sabía qué pensar de ello y, juzgando por la expresión en el rostro de Minho, él tampoco sabía. Mas Felix no se perdió del sutil toque en la pierna de Minho contra la de Chan en agradecimiento silencioso. Tampoco se perdió del arrebato de Kitae, seguido de la refutación de Chan, la cual le hizo soltar una carcajada, para después estremecerse ante la expresión del rostro de su mejor amigo.

Y luego Kitae ya no estaba. Felix suspiró aliviado. El maldito le había robado la vida cuando se encontraron para su corta charla esa mañana, y luego no le dio espacio para procesar las cosas, lo cual necesitaba. Necesitaba tiempo para pensar todo, solo necesitaba un momento para recomponerse. Pero no se lo dieron y, en su vez, fue abrumado con las palabras finales de Kitae.

«¡Ya ni siquiera importa! Me voy a mudar. ¿Qué no puedes solo superarlo para que podamos tener una última vez juntos?».

Felix hizo una mueca de nuevo, recordando lo que sintió, cómo si alguien le hubiera dado un puñetazo cuando Kitae dijo eso. Cómo si él hubiera sido sólo un juguete con el que Kitae había estado jugando ,y ahora quería un último turno antes de dejarlo en una casa de empeño.

Lanzó una mirada de lado hacia el chico que lo había proclamado como prioridad por primera vez en un largo tiempo, la última vez siendo cuando Minho había confrontado a un estúpido de último año que estaba burlándose de él y diciéndole lento durante su primer año. Miró a ambas personas que lo habían elegido, viéndolos en algún tipo de discusión silenciosa, la mitad de ella teniendo lugar entre sus ojos, como era usual. Si no supiera su historia, él hubiera jurado que los dos, o eran telepáticos, o solo muy espeluznantes y tenían problemas.

El resto del almuerzo pasó en un fácil silencio y Felix se permitió distraerse con picotear su comida en medio de miradas hacia Chan y Minho. Eran tan parecidos y, sin embargo, tan diferentes. Ambos eran bondadosos y protectores, pero, donde uno era amigable y mayormente extrovertido cuando no se estaba recuperando de un episodio de TEI, el otro era pensativo e intenso. Pero él lo entendía, entendía por qué funcionaban tan bien. Minho hacía a Chan menos pesado, él sacaba algo en el capitán de fútbol que lo hacía mejor. Y Chan... Bueno, Chan era el escape de Minho, siempre estaba ahí, incluso a la distancia, listo para ponerse entre lo que le causaba daño a Minho. Incluso si eso significaba dejar que lo hiriera en el proceso. Porque la luna creciente iluminaba la oscura noche y la sombría noche proporcionaba un lugar de descanso para aquellos envueltos en ella.

Felix no lo había visto en el principio. Pero después de la confesión de Minho la otra noche, y un montón de análisis después, él lo vio. Todo estaba tan claro. Ellos eran como él océano y la arena, el trueno y el relámpago, la luna y la tierra... No puedes tener uno sin el otro. Y, dios, cómo deseaba tener algo así. Hubo un punto en el tiempo en donde él pensó que eso podría haber sido Kitae, pero ahora el pensamiento sólo era cómico en este momento. Kitae y él ni siquiera estuvieron cerca de ser Chan y Minho. Él necesitaba a alguien que estuviera totalmente perdido en él, alguien que lo elija por sobre todo lo demás, alguien que no querría esconderlo en las sombras, pero que más bien lo dejaría a él y a sus pecas florecer bajo el sol.