Tu Ahí Y Yo Aquí.

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En el reino espiritual no había más que lluvia y un silencio abrumador en el santuario del demonio, lo que no pasaba pues siempre había un humano quejándose de todo y de nada a la vez.

Thresh estaba sentado en posición de loto y entre sus piernas tenía la linterna que iluminaba el oscuro cuarto, el demonio seguía con su expresión de seriedad y en una de las discusiones que tuvieron anoche se soltó el cabello.

El peli morado se sentía terrible, quería hablar con Viego sin embargo este siempre lo ignoraba.

Mientras que Viego.. Bueno; no había más remedio hasta que decidiera masticar su orgullo para poder salir de la linterna, adivina cuando pasara eso.. Así es, nunca. Porque Viego simplemente no es así y aunque lo hiciera, no se lo perdonaría nunca.

El Humano estaba en el suelo, como si estuviera muerto pero seguía mirando  todas partes de la linterna que parecía otro tipo de santuario.

Thresh acomodo la linterna de una forma diferente; para ponerse boca abajo y poder tener a su amado de frente aunque no fuera tanto, solo.. Intentar hablar.

- Escuche que para una relación se necesita una conversación así que..

Viego abrió un ojo y pudo ver fuera de la linterna a Thresh quién se veía preocupado por el y también noto que se había soltado el cabello.. No se veía mal.

- Veo que en el reino humano es común que haya gente en la calle ¿que son?

- No son más que vagabundos, Thresh; no creas que todo es oro allá.

- Esta bien.. Entonces.. ¿Y que te pareció lo que te regale? La última vez que saliste lo llevaste puesto.

- Estuvo.. Bien; a pesar de que era un traje para coctel era cómodo..

Thresh sonrió ligeramente e inclino su cabeza, al parecer ya había algo ahí que podía arreglar.

Viego miraba a Thresh y sus pupilas se dilataron y como creyó que Thresh no lo podía ver, se le quedó observando por mucho tiempo.. Nunca había notado que nunca se quito el maquillaje que le puso ese día.

Era obvio que los demonios no necesitaban duchas, pues siempre tenían olor a incienso o a pétalos de Cerezo.

- Entonces ¿continuaremos con esta guerra de cruzar miradas? Deberías hacerlo más seguido.

Viego rápidamente se sonrojó y se levantó del suelo dándole la espalda.

- Yo.. Solo estaba viendo tu maquillaje azul.. ¡Solo eso!

- Claro.. Espera ¿apenas lo notaste?

- Eh.. Si; no me di cuenta antes porque no me gusta el contacto visual.

- Hmm.. Sabes, mi tipo de verde favorito es el que encuentro en tus ojos así que me gustaría que me miraras así siempre.

Thresh le sonrió de oreja a oreja y Viego lo miró de reojo con una expresión de timidez.

- Oye Thresh..

- ¿Si?

Cuando el ojiazul escucho el llamado de Viego, contestó con emoción como si le fuera a decir algo importante.

- La primera vez que nos acostamos.. ¿Por qué lo sentí tan.. Extraño?

- Claro.. Supongo que con la otra mujer no fue así; puedes decir que fui una experiencia nueva.

- No me mal entiendas.. De alguna manera lo disfrute.

Viego lo dijo sin pelos en la lengua y miro sus dedos, no estaba tan avergonzado por aquella acción de lujuria y masoquismo por parte del demonio pues siempre a pensado que cada quien tiene su extraño fetiche aunque por otra parte el sabía que ahora era parte de ello.

ᴹʸ ˢⁿᵒʷᵐᵃⁿ {ᵀʰʳᵉˢʰ ˣ ⱽⁱᵉᵍᵒ} 🪐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora