100 Maneras.

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Thresh estaba en el santuario esperando a que Viego regresará de cazar almas sin embargo, estaba entretenido viendo los recuerdos de Viego, con la técnica de la meditación.

En uno de sus recuerdos, vio que ellos iban a algo llamado "picnic" que era comer en el aire libre, aunque a Thresh le parecía estúpido.

Es decir ¿por qué comería en un lugar fuera de la comodidad de mi casa? Se preguntó el demonio.

Pero mientras se preguntaba eso.. Veía la sonrisa de Viego, de cómo disfrutaba la charla con Isolde y viendo el cielo azul.

Pensó en lo que podía hacer para que olvidara a su amada, ya no se sentía contento engañando a Viego para que se quedara con la promesa de regresarle a Isolde.

Seguía buscando en sus memorias lo que se podía hacer y los materiales que requiere este tipo de cosas.

Un mantel, una canasta mínimo, platos, alimento etc. Aunque creía que estaba haciendo más un altar que otra cosa.

Cuando ya había reunido toda la info para conseguir las cosas, llegó Viego con almas en sus brazos e incluso en su espalda.

- Llegue.. Esta vez no fue difícil, se veían tranquilas.

Thresh salió rápidamente de las memorias y se acercó a las almas para meterlas a la linterna.

Mientras el demonio hacia esto con su mirada a la linterna, le llegó una situación a su mente.. Que tenía que ver con Viego..

- Humano.. ¿Que somos? ¿Somos amigos? ¿Somos una historia de amor? O simplemente una cita de juego..

Viego levanto su mirada a Thresh intrigado por la pregunta del demonio, el creía que los besos y sus palabras dulces como la miel eran por intentar atraparlo para siempre pero.. Esa pregunta lo confundió.

- ¿Que que somos? Soy tu prisionero ¿no? Se supone que estoy aquí por un trato..

Thresh tenia una mirada de desesperación, creyendo que Viego todo este tiempo no entendió lo que sentía y su razón de estar aquí.

Finalmente cuando todas las almas entraron a la linterna, lo miró con una sonrisa y avanzó hacia la puerta.

- Saldré un momento, iré por unas cosas; si te pasa algo estaré aquí.

Salió por la puerta en silencio y se fue sin decir otra palabra.

Viego seguía confundido por las palabras de Thresh, ¿por qué un demonio como el le preguntaría eso?

A no ser.. De que todo lo que hizo Thresh fue porque enserio se había enamorado de él.

Sonaba disparatado pero no imposible, pues era bien sabido que Thresh anteriormente se enamoro de un humano perdidamente.

Al final, decidió dar un paseo por el lugar nuevamente ya que normalmente su tiempo libre era pasarla con el demonio, pero le pareció ocupado así que no iba a interrumpir.

Viego tomó una manzana y salió de él santuario para caminar por el territorio Akane, para cualquier otro humano se podía decir que era una muerte segura, sin embargo el joven Rey sabía que tenía un guardián a su lado.

Mientras comía la fruta en silencio, miraba su muñeca en donde portaba el brazalete con el supuesto corazón del demonio, el cual siempre parecía brillar al estar cerca de él, en estos momentos se veía tenue la luz pero nunca apagada.

Miró su brazalete sin percatarse que llegó al santuario de uno de los Akane, que era Cassiopeia.

El sabía que era una amiga cercana de Thresh y que tal vez le podía decir sobre los sentimientos de un demonio; siendo ella uno y porque no, saber algo del amor que le tiene el a Viego.

ᴹʸ ˢⁿᵒʷᵐᵃⁿ {ᵀʰʳᵉˢʰ ˣ ⱽⁱᵉᵍᵒ} 🪐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora