Eres Para Mi

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Ya había pasado una semana y no tuvo noticias de Thresh.. Supuso que había hecho caso nulo a sus disculpas pero le bastaba con disculparse y arreglar su corazón.

En fin.. Ese lunes tenía que ir a su oficina, era hora de volver al trabajo e intentar calmar su tristeza.

Por una parte se sentía tranquilo pues Thresh estaría en paz y pues, no le haría más daño.

Salió de su gran casa y tuvo que pedir un taxi para llegar a la oficina, pues ya iba 10 minutos tarde.

Llegó y todos los trabajadores lo saludaron y le dieron la bienvenida, diciéndole que no lo habían visto un mes, aunque Viego lo sintiera como 1 año.

Subió al ascensor en donde tenía que pasar el largo pasillo a su oficina, hasta que la miró.. Estaba tan vacío pero de alguna manera se sentía cómodo.

💐

Thresh estaba meditando junto con su compañera Cassiopeia, pues necesitaba la ayuda de su amiga para continuar con el plan que llevaba desde hace tiempo.

Cassio abrió un ojo para mirar a Thresh y alzó la voz.

- Ten en cuenta que serás como el, un mortal que algún día conocerá la muerte y cuando tu día llegue, regresaras a ser el carcelero.. ¿Estas completamente seguro de tu decisión?

- Créeme Cassiopeia, esto es lo que quiero.

- Perfecto, entonces ten un buen viaje y que la suerte sople a tu favor.

Cassiopeia señaló a Thresh mientras este seguía con los ojos cerrados y de la boca, ojos y nariz salía energía morada que era lo que hacía de Thresh un demonio.

Un Akana solo podía arrebatarle la inmortalidad a uno si el otro daba su consentimiento y más aparte, que fueran cercanos así que no había conflicto al respecto.

Cuando la esencia morada dejó de salir, Thresh miró sus manos y sus pies.

Cassiopeia estaba mirando a su compañero Akana con sorpresa pues el demonio más poderoso del Reino había renunciado a sus poderes para pasar una vida con un humano.

Thresh giro su cabeza a la derecha en donde se ubicaba un espejo y se acercó.

Noto que ya no tenía colmillos, no tenía cuernos, sus garras ya no eran garras si no uñas y su cabello había vuelto a crecer.

- Entonces.. Esto es lo que se siente ser un humano..

- Todavía estamos a tiempo de devolverte tus poderes si gustas.

- No cuentes tantos chistes o me matarás de la risa.

Cassio rodeo los ojos y sonrió ligeramente, aunque su amigo fuera un humano común seguía siendo aquel demonio ingenioso.

- Algunas cosas nunca cambian.. Por ejemplo, tu sigues siendo el mismo cascarrabias problemático.

- Ya nos veremos Cassiopeia, cuida bien del santuario.

Cassio asintió y se fue a su templo para enviar suerte a su compañero, quien tomó camino a la salida del reino espiritual.

ᴹʸ ˢⁿᵒʷᵐᵃⁿ {ᵀʰʳᵉˢʰ ˣ ⱽⁱᵉᵍᵒ} 🪐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora