Destino sin opciones © [Editando]

Capítulo 14

Clariss

Despierto con el aroma del desayuno, camino hacia la bandeja y como de todo.

Hoy me desperté hambrienta.

Miro el reloj, el cual marca las 11:15hs.

Siempre me ha gustado dormir.

Roux trae el almuerzo cuarenta y cinco minutos después.

—¿Hoy saldremos a nadar y a tomar sol? —le pregunto con una sonrisa al verla.

—Por ahora no.

—¿Por qué? —mi sonrisa cae. No quiero pasar el día pensando en lo sucedido con Pasamontañas anoche. —Es aburrido aquí.

—Lo del sábado fue una excepción. Mi hermano no estaba y decidí sacarte por mi cuenta.

—¿En serio? —la miro asombrada. —¿No se enteró?

—No —responde con una sonrisa pícara.

—El hombre de seguridad nos vio, seguro informó a tu hermano.

—No lo hizo. Ni lo hará —confirma muy segura.

—¿Por qué estás tan segura? —pregunto con curiosidad.

—Es un amigo, y le pedí que no le contara a Aidan.

No lo creo. Entre ellos hubo o hay algo más que una amistad.

—Ambos se miraban como si ser amigos no fuera suficiente —digo mientras levanto una ceja.

—Cosas de la vida —responde misteriosamente y se va.

¿Qué los hace estar alejados si se nota que ambos se quieren?

*

Roux vuelve por la tarde a acompañarme un rato.

—Han pasado varios días desde que estoy aquí. Extraño a mi familia, Roux —le digo mientras ambas estamos recostadas en la cama, una al lado de la otra.

—Pronto todo terminará. 

La miro frunciendo el ceño.

—¿Cuándo?

—Clariss, ¿mi hermano vino a verte hoy? —El brusco cambio de tema me hace recordar lo que pasó la noche anterior, y me ruborizo de inmediato. —¿Qué fue eso? Estás completamente roja —comenta divertida y lanza una carcajada.

¿Ella podría saber algo de lo sucedido?

Espero que no.

—No lo he visto —respondo sin mirarla. Se levanta y va hacia la puerta.

—Te dejo tranquila —dice, como si supiera que necesito espacio, y me guiña un ojo. —Volveré con la cena.

Me deja sola con mis pensamientos, es mejor así.

No quiero contarle ciertas cosas que involucran a su hermano.

*

Pasó una hora desde que Roux se fue y escucho que la puerta se abre. No la esperaba hasta más tarde.

Salgo del baño casi corriendo a recibirla, estaba por entrar a bañarme, pero todavía no me había desvestido.

Mi sonrisa se esfuma.

Me quedo de piedra al ver a Pasamontañas.

Solo viste unos jeans, y todo su gran cuerpo musculoso queda a la vista, ocupando parte del espacio.