Clariss
—Clariss... —despierto con el llamado de mi nombre.
¿Aidan regresó?
Me doy vuelta despacio hacia la voz que me llama.
Su atractivo y varonil rostro con esos ojos bicolor me impacta como la primera vez.
Aidan está aquí.
Me levanto y salto a su cuerpo, abrazándolo con brazos y piernas.
—Belleza mía —susurra con voz ronca contra mi cuello, abrazándome. —No puedes negar que me extrañaste.
Sonrío.
—Lo hice —admito.
Recorre mi cuello y mandíbula con besos, llega a mi boca. Nos da vuelta, apoya mi espalda en la puerta cerrada y me besa con ternura.
—Traje el desayuno —despega sus labios de los míos. —Y te esperan algunos regalos en los cajones —sonríe.
¿Qué será esta vez?
Por la forma de mirarme no son juguetes sexuales.
Me baja al suelo y desayunamos sentados en la cama.
—¿Te fue bien con tus negocios?
—Tan bien como debió ir.
—¿Qué es lo que haces?
Deja de desayunar para mirarme.
—Estaba pensando en salir de aquí, y que pasemos el día afuera. Almorzamos, nadamos y tomamos sol, ¿te gustaría? —le frunzo el ceño por cambiar de tema. —Roux me contó que lo hicieron algunas veces. Ahora entiendo a qué se debe ese bello color dorado en tu piel.
—No me gusta que cambies de tema —digo sin dejar de fruncir el ceño.
—Dame el día de hoy, Clariss, y luego te contaré lo que quieras —me sorprende su petición. —Ven, salgamos de aquí —extiende su mano.
Caminamos alrededor del yate, mirando el horizonte.
Cielo despejado y mar azul. Belleza pura.
Nos traen el almuerzo a la mesa en la parte trasera del jate y nos disponemos a devorarlo.
—¿Fue verdad cuando dijiste que mi familia sabe que estoy aquí, con un supuesto novio?
—Tuve que hacerlo —responde con seriedad.
—¿Y mi padre no reconoció tu voz? —pregunto con el ceño fruncido y él sonríe de lado.
—No. Le pedí a uno de mis hombres de seguridad que hablara por mí.
Eso tiene sentido.
—Mi padre es más astuto de lo que parece. ¿Pidió hablar conmigo? ¿Y mi madre y hermana?
—¿Quieres hablar con alguno de ellos?
—No lo sé —dejo los cubiertos al lado del plato, y apoyo la espalda en el respaldo de la silla, mirándolo angustiada.
»¿Qué les diría, Aidan? No quiero mentirles, y si les hablo ahora, solo diría mentiras —suspiro, frustrada. Me levanto de la silla, me cruzo de brazos y le doy la espalda, observando el horizonte.
»¿Cuándo me dejarás ir? —Lo escucho levantarse, y caminar hacia mí.
»Si no me darás una respuesta clara, no digas nada ni vengas detrás de mí —digo con firmeza.
Me alejo de allí directo a mi habitación.
No soporto más vivir en esta incertidumbre.
El día que Aidan había planeado para ambos, acaba de desaparecer frente a sus ojos.
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Destino sin opciones © [Editando]
Short StoryHistoria corta (DarkRomance) de 1000 palabras por capítulo. Sinopsis: El destino sorprende de muchas maneras. Buenas y malas, o aterradoras. Es difícil decidir lo que mejor se ajusta a esta historia. Clariss Galen es una chica normal, y tranquila qu...