I Never Forgot You - Minsung

19

Jisung estaba esperando paciente a Minho. Estaba sentado en la orilla de la cama con su bolso a un lado.
De pronto escucha una voz que lo hace saltar del susto.

–¿te asusté? – rió el pelinegro.

–Shhh, cállate Minho, nos puede oír la vieja loca. – susurró el peliazul.

Jisung apagó la luz de su habitación, revisó todo para ver si no se le quedaba nada y finalmente cerró la ventana para irse con Minho.

–¿qué pasará con tu madre? – preguntó el pelinegro.

–Descuida, ya me encargué de eso. – guiñó un ojo el peliazul.

El pelinegro lo agarró de la mano y se fueron corriendo al auto tratando de no meter ruido.
Cuando al fin se subieron, el pelinegro comenzó a manejar en dirección a su departamento.

–¿Seguro que estás bien? – preguntó el pelinegro mientras manejaba.

–Si lo estoy, ¿por qué preguntas?

–porque tu cara dice lo contrario.

El peliazul se quedó callado y apoyó su cabeza en la ventana mientras miraba hacia fuera.

–Mejor hablemos cuando estemos en la casa.. ¿si?

–Como quieras Jisung, mientras tú estés bien no hay ningún problema.

El peliazul sonrió, Minho era tan lindo.

Pasaron menos de 20 minutos y ya estaban en la casa del pelinegro.

–¿puedo ir a la habitación un momento? Quiero ponerme cómodo. – dijo el peliazul mirando a Minho.

–Por supuesto que puedes, no deberías preguntar, hasta has dormido acá. – rió el pelinegro.

Jisung fue a la habitación y dejó su bolso en los pies de la cama. Sacó un short que le llegaba un poco más arriba de la rodilla e iba a sacar una camisa de él, pero se le vino una idea a la cabeza.

No estaba mal si hacía eso, ¿verdad? Después de todo siempre lo había hecho.

Abrió uno de los cajones del pelinegro y sacó una camisa, se la colocó y le quedaba bastante grande.
Para el peliazul era muy cómodo, hacia frío pero eso no importaba.

Fue a la sala y vió al pelinegro sentado en el sofá con su celular.
Al parecer Minho también se había puesto más cómodo, pero la pregunta es ¿dónde se cambió?

El pelinegro estaba con un short y camisa que también le quedaba un poco ancho.

Se veía tan lindo.

Jisung fue y se sentó a su lado apoyando su cabeza en el hombro del mayor.
Minho lo miró y sonrió al verlo así.

–¿Esa es mi camisa? – preguntó el pelinegro.

–Si, es tuya, después de todo siempre me ponía tus camisas, ¿no?

Minho rió y asintió con la cabeza levemente.

Jisung se levantó del sillón. Tenía frío, asi que decidió sentarse en las piernas del mayor y acurrucarse en él.

Minho lo miró sorprendido ante lo que había hecho el menor, pero no le molestó para nada.
Colocó sus manos en la cintura del peliazul y comenzó a hacerle cariño.

Había silencio, pero no era incómodo, es más, era un silencio con el cual ambos se sentían cómodos, ya que estaban juntos y eso era lo que más importaba en este momento.

–Minhonnie..

–¿que pasó Jisunggie?

–No me siento muy bien.. en estos momentos me odio a mi mismo..