XVIII: Amortentia.

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Jade estaba aburrido, se encontraba en la habitación de los chicos, solo. Puesto a que minutos atrás había estado leyendo un libro que había conseguido en Hogsmeade la semana anterior, sin embargo, al terminarlo, no supo qué más hacer con su vida. Pensó en dibujar y, lo intentó, pero la inspiración no llegaba a él; así que, frustrado, rayó la hoja y se tiró en su cama.
Entonces, pensó en los bombones que aún no había comido. Se puso de pie y buscó la decorada caja que se aguardaba en su baúl. Volvió a su cama y, tras observar lo bien decorados y apetitosos que se veían, tomó uno de ellos y se lo llevó a la boca.
Tenía un sabor raro, a su parecer, nunca había probado algún sabor similar, sin embargo, creyó que era normal, puesto a que no había probado demasiados dulces de chocolate allí.
Pero todo sucedió cuando estaba por tomar otro de los dulces. Comenzó a sentirse extraño, una repentina sensación llegó a su estómago, era como si alguien le estuviera haciendo cosquillas por dentro. Mientras que, a la vez, comenzaba a sentir calor, y al poco tiempo estaba sudando. Aunque nada de eso le importo a Jade.
Lo único que venía a su mente era "Jina Chang". Una de sus compañeras de curso de Ravenclaw.
Dejó los bombones a un lado y se puso de pie al instante, «Necesito encontrarla y decirle lo mucho que la adoro», pensó. Salió de la habitación lo más rápido que pudo, pero, al estar en la sala común, recordó que ya era de noche. Así que apresuró su paso lo más que pudo para llegar a tiempo al gran comedor y llegar a encontrar a la chica.
Y lo logró, llegó a la cena. Al entrar al gran comedor, con un estruendo al abrir las puertas, varias personas miraron en su dirección, entre ellos, sus amigos de Slytherin, Ravenclaw y Gryffindor. Pero desde luego que Jade no le tomó nada importancia a ello.
Draco lo observaba con atención, esperando que llegara hasta donde él se encontraba, pero frunció el ceño al verlo caminar hacia la mesa de las águilas; Jade hace tiempo no cenaba con Izzie, pensó.
E Izzie se sorprendió al ver que Leblanc no se dirigía hacia ella, sino hacia un extremo de la larga mesa, donde chicas que ella parecía desconocer se encontraban.

-¡Jina! -exclamó. La nombrada ya lo había estado viendo desde que había llegado al lugar-. ¡Amor mío, te extrañé! -sonrió, acercándose a abrazarla. La chica, un poco atónita, recibió el abrazo con gusto, ni entras sus compañeras se miraban confundidas, incluso, una de ellas tenía muy mala cara-. Estuve todo el camino pensando en ti y en lo bella que eres -volvió a hablar. Entonces, un pálido dedo tocó su hombro, Jade volteo a ver a Luna. Pero antes de que ella hablara, él negó-. No puedo hablar ahora, Luna; estoy apreciando la belleza de mi amada.

La rubia lo miró confundido, al igual que gran parte de la mesa de Ravenclaw, y el Gryffindor infiltrado en ella, Chandler. Quien, a pesar de no haber quedado en Slytherin, era muy astuto, luego de haber estado escuchando unos minutos más a su primo, supo bajo qué efecto se encontraba el castaño. Suspiro y se acercó hasta él, despidiéndose de sus amigos de la casa Ravenclaw.

-Adrien -lo llamó, no obstante, Jade no le prestó atención, estaba demasiado ocupado acariciando el cabello de la azabache y recordarle lo enamorado que estaba de ella-. Adrien -volvió a llamar, tirándole de un mechón de sus claros cabellos que, por cierto, ya estaban bastante largos. Leblanc volteo a verlo con el ceño fruncido-, vamos.

-¿A dónde? -le preguntó, confundido-. Espera, no puedo, estoy con Jina ahora. Tal vez mañana o... ¡No, espera! Mañana tampoco, estaré con Jina también, siempre lo estaré, ¡lo siento, primito! -y, sin más, volvió a dirigirse a la azabache. Chandler, con pesadez, suspiró y miró a la chica que miraba sonriendo a Jade.

-Qué inmaduro de tu parte es darle amortentia alguien que a penas sabe de tu existencia -le dijo, la muchacha lo miró ceñuda.

-¿Qué dices?

-¡Lo sabía! -saltó una pelirroja frente a ella-. ¡Él nunca se fijaría en ti, le diste el filtro de amor!

-No sé de qué rayos hablas, Ruby -le dijo Jina en tono brusco a su compañera-. No es mi culpa que Jade me prefiera a mí antes que a ti, tampoco lo es que seas una envidiosa.

𝘽𝙤𝙮 - 𝘿𝙈. [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora