—¿Dónde estamos? —preguntó Chandler al salir del armario.
—¿Borgin y Burkes? —se extrañó Jade, al ver en la tienda que se encontraban. Había estado allí antes de comenzar el colegio.
—Rápido, hay que irnos. Chandler, toma mi mano —ordenó Florence, la madre de Jade. Roger tomó la mano de su hijo, sin avisarle. Al instante los cuatro estaban frente a la gran entrada de la mansión Malfoy.
Chandler miró desconcertado a su primo, no sabía dónde estaban; jamás había estado allí antes. Jade ni siquiera lo notó, solo pensaba en entrar de una vez a la mansión y encontrar a Draco allí, sano y salvo.
Fueron recibidos por Narcissa, Adrien se alegró de saber que ella estaba bien. Entraron a un amplio vestíbulo, pobremente iluminado y suntuosamente decorado, como siempre, Jade miró al rededor de este con desesperación, buscando a Draco por alguna parte, pero sólo se encontró con su padre, Lucius, y el padre de Theodore, parados frente a la apagada chimenea.
—¿Cómo ha ido todo? —preguntó Roger hacia el hombre de melena rubia.
—Ustedes son los primeros en llegar.
Hubo un intercambio de miradas severas, pero inquietas.
—¿Draco aún no está aquí? —preguntó Jade en un murmuro, temiendo a la respuesta que probablemente recibiría.
—¿Y qué hay de Theo? —se impacientó Chandler también. Como respuesta a ambos, Narcissa movió la cabeza en forma de negación.
—Hay que ir a buscarlos —habló Jade. Su padre soltó un inicio de risa irónica.
—Estás loco, Adrien.
—¡Lo digo en serio! —exclamó con enojo—. ¡Hay que ir por ellos!
—No queremos que hayan más involucrados de los que ya hay —dijo el señor Malfoy, dándole una fría mirada.
—Vendrán pronto, Jade; estoy segura —aseguró Cissy en un susurro, mientras apoyaba su mano en el hombro del chico.
—Draco no lo hizo —habló de repente Roger, mirando primero a Narcisa y luego a Lucius—. No pudo, se rindió.
—¿Lo hizo Snape? —preguntó Narcissa. Lucius le dio una mirada desentendida, no sabía cómo su esposa podía suponer tal cosa. Roger y Florence asintieron. La sorpresa se reflejó en el rostro de Lucius, ¿cómo Narcisa sabía eso?
—¿Qué hiciste, Narcisa?
Pero antes de que la mujer respondiera, unas llamas verdes salieron de la chimenea y de ella salió Theodore. Chandler no lo dudó, se lanzó a abrazar a su novio al instante en que lo vio, y él respondió su abrazo con la misma fuerza.
—Theodore —murmuró con alivio William Nott al ver a su hijo y frunció el ceño al ver el tan cariñoso abrazo que había tenido el chico con el sobrino de los Leblanc. Chandler ni siquiera sabía quién era él.
—¿Dónde está Draco? —Narcisa hizo la pregunta que Jade esperaba formular. Entonces, el hijo de los Malfoy salió se la chimenea, con el cabello y la ropa hechos un lío y bastantes cenizas encima. Buscó con la mirada al chico castaño, pero antes de poder reaccionar de alguna manera al verlo, él se acercó y lo abrazó con fuerza, bastante cariño y preocupación.
—Me alegro de que estés vivo –susurró en su oído. Draco sintió un terrible pesar. ¿Qué hacía Jade allí? Se supone que él debía huir
—¿Qué haces aquí? —susurró un poco más bajo, aún sin soltarlo.
—No tenía opción, quise volver por ti, pero...
—Jade,te dije que fueras a la torre de Ravenclaw con tu...
—No podía hacerlo de todos modos —lo interrumpió—. Lo siento.
Dos nuevas figuras salieron de la chimenea. Blaise y Pansy. El Moreno sostenía a la azabache con bastante fuerza, al parecer, como sin querer que ella escape.
—¡Sueltame, sueltame, sueltame! —gritó de manera desgarradora. Todos miraron hacia ellos sin entender nada—. ¡No debo dejarla! ¡Blaise, debo volver! ¡Sueltame, por favor...! —las lágrimas resbalaban por sus mejillas, mientras luchaba con todas sus fuerzas para soltarse del agarre del chico.
—¡Casi mueres ahí, Pansy! ¡Debemos curarte! —gritó él también.
—¡Ella morirá si la dejo! —volvió a gritar.
—Tú no puedes hacer nada por ella —negó el chico—. Pansy, lo viste... Viste lo mismo que yo, no puedes hacer nada.
—¡Ella no tenía nada que ver! ¡Sus padres son mortifagos también! —exclamó, derrumbándose. Sabía que Blaise tenía razón. Él se arrodilló a su lado, abrazándola, conteniendola. Los otros cuatro adolescentes entendían a medias lo que sucedía. Supusieron que algo le había sucedido a Arizona, pero, ¿qué? El resto no entendía nada. Cissy se aproximó a ella con cuidado.
—Pansy, cariño, ¿qué sucedió? —entonces el llanto de la azabache se profundizó aún más, mientras trataba de explicar lo sucedido.
Arizona, su novia, había sido atacada por Fenrir Greyback, el hombre lobo, quien se suponía no atacaría a nadie que sea parte de una familia que sirviera a Lord Voldemort. Pero era estúpido confiar en él, sea quien sea.
(...)
Jade y Draco acababan de entrar a la habitación del rubio. Los mayores los habían enviado a las habitaciones hasta que todo “volviera a la normalidad”. En cuanto cerró la puerta con seguro y colocó un hechizo silenciador, Draco abrazó fuertemente, de nuevo, a Jade.
—Debías irte, Jade. Debes irte, debes hacerlo.
—Lo intenté, Draco. Pero fue tarde y no soy lo suficientemente fuerte para luchar contra mi padre. Además...
—Estás aún más en peligro ahora, por Salazar —susurró, un sollozo se escapó de sus labios, aunque intentó reprimir lo rápidamente.
—Lo siento... —se disculpó de igual manera—. ¿Puedes contarme que fue lo que sucedió realmente, por favor? —pidió luego de unos minutos, cuando Malfoy ya se había tranquilizado un poco.
Entonces, Draco le explicó lo que había estado sucediendo desde hacía meses, desde antes de haber comenzado las clases en Hogwarts aquel año. Jade estaba estupefacto.
—¿D-Dumbledore murió? —Draco asintió lentamente.
—Yo no pude matarlo —se lamentó el rubio—. Snape llegó y lo hizo tan... De repente.
—Lo siento tanto, Draco —murmuró Leblanc, tomando la mano del otro chico—. Debí haberte tratado mejor todo este tiempo, realmente lo siento, no sabía por lo que estabas pasando.
—Por eso no quise contártelo, porque te apiadarías de mí solo por tener una misión difícil.
—Draco, yo no...
—Ambos sabemos que es así, Jay —lo interrumpió—. Ahora probablemente quieras perdonarme porque sabes todo lo que ha estado sucediendo....
—Te perdoné hace mucho, Malfoy. De hecho, nunca tuve algo por qué hacerlo —se encogió de hombros.
–No debes hacer esto, Jade. Tú... Solo debes huir, huye con Pansy, Chandler, Blaise y tu novia... Theo no puede hacerlo, no puede ir con ustedes, los encontrarán muy fácilmente por la marca...
—No huiré a ningún lado, Draco, y menos sin ti.
—Huye con Goldstein, Ja...
—Por Merlín, Draco —volvió a interrumpir odiaba hacer eso, pero se lo permitía solo en aquella ocasión—. No iré a ningún lado, y Goldstein y yo terminamos hace semanas —agregó lo último con poca importancia.
—¿Qué tú qué?
—Eso no es importante ahora... Solo quiero que sepas que no me iré, sin importar lo que me digas.
(...)
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-K.
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𝘽𝙤𝙮 - 𝘿𝙈. [EDITANDO]
Fanfiction-Draco Malfoy Fanfiction, O'C masculino. -Primera parte✔️. -Próximamente segunda parte. Visita mi perfil para más.