XXXV.

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El frances caminó hasta la sala común de Slytherin, y subió rápidamente las escaleras que daban a su habitación, sin saludar a nadie de los que estaba abajo, ya que ni siquiera los había visto. Entró en la habitación y cerró la puerta, más fuerte de lo que esperaba hacerlo. Entonces, cuando volteó hacia el lado contrario a la entrada, se encontró a Malfoy y Rosier, mirándolo con confusión. Jade apretó la mandíbula y volvió a abrir la puerta, para salir de allí nuevamente, ignorando lo que Malfoy le decía. Ignoró también los llamados de Thoeodre desde la sala común y salió de esta una vez más. No sabía qué hacer. Se sentía perdido, confundido y enfadado. Pensaba y pensaba sin parar sobre lo ocurrido, analizándolo una y otra vez. Iba tan sumido en sus pensamientos, que apenas se dio cuenta que había chocado con alguien.

—¿Estás bien, Jade? —le preguntó. Era Jules, que aparentemente se dirigía a la sala común.

—Sí —respondió él rápidamente, se apartó de ella y siguió caminando. Sin embargo, a los pocos segundos notó que lo habían tomado del brazo. Miró a Jules con una cara de pocos amigos.

—Algo te sucede, Leblanc —afirmó ella. Jade quiso seguir caminando, ignorandola, pero ella volvió a detenerlo—. ¡Jade! Sabes que puedes hablar conmigo, ¿verdad? —puso los ojos en blanco y volteó a verla una vez más

—Solo quiero estar solo —respondió. Luego dio un suspiro y agregó en un tono de voz un poco más bajo—. Ruby terminó conmigo —una mueca se instaló en el rostro de la castaña.

—Oh, nene, lo siento mucho —le dijo y, antes de que Jade le respondiera, ella se acercó y lo abrazó fuertemente—. ¿Quieres hablar sobre lo que pasó? Ya sabes, para desahogarte.

—No lo sé, yo... —murmuró, mirando a su alrededor. Quería estar en un lugar sin mucha gente ahora—. Solo quiero ir a un lugar en el que no haya mucha gente... Quise ir a mi habitación y Malfoy y tu hermano estaban allí...

—Ya sé a dónde ir —le dijo, una vez que se separó de él. Tomó su mano y comenzó a caminar, jalandolo. Caminaron y caminaron en silencio hasta llegar al campo de quidditch.

—Realmente no tengo muchas ganas de jugar Quidditch, Jules...

—No vamos a jugar Quidditch —respondió ella con una sonrisa—. Aquí no hay nadie —agregó y luego se tiró en el verde césped, mirando el cielo—. Y es un lugar bastante tranquilo. Ven —dijo, palmeando el suelo al lado de ella. Jade lo dudó un poco, pero terminó accediendo. Sí era un lugar bastante tranquilo, sobretodo porque no había gente allí—. Bien, entonces, cuéntame qué pasó —le dijo, después de unos minutos.

—Ella terminó conmigo —volvió a decirle—. Nunca nadie había terminado realmente conmigo —murmuró—. Y se supone que yo le iba a terminar —bufó. Jules lo miró algo confundida.

—¿Estás enfadado porque ella te terminó y no tú?

—¡No! Bueno, puede que sólo un poco. Pero no estoy realmente enojado solo por eso —negó—. Es solo que aún no puedo creer que me haya terminado y tampoco puedo creer las cosas que me ha dicho...

—Superongo entonces que creías que ella no te terminaría porque estaba interesada en ti mucho antes que tú.

—En parte, sí... —asintió—. Creo que me confié demasiado.

—Sí, lo hiciste.

—De todas formas no puede decirme todo lo que me dijo —prosiguió, con cierto enfado.

—¿Qué te dijo?

—Dijo que yo era un manipulador —soltó—. Es ridículo. También dijo que sólo pensaba en mí, y no es así. Por Salazar, dijo tantas cosas que no son... Por ejemplo, dijo que solo hablamos cuando yo quiero...

𝘽𝙤𝙮 - 𝘿𝙈. [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora