XXXII.

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Al día siguiente, Jade despertó más temprano de lo normal, para ser un sábado. Sus compañeros aún dormían. En silencio, caminó hasta su baúl en busca de ropa casual para el día. No sabía que haría aquella mañana, pero no quería intercambiar palabras con él rubio, por esa razón decidió ir a desayunar temprano para poder evitarlo. Sin embargo, su plan fue un completo desastre.

—Buenos días, Leblanc —oyó la voz de Draco en un tono no muy alto. Sonaba un poco ronca, ya que acababa de despertar. El castaño apretó los ojos un momento. ¿Cómo podía estar despierto tan temprano?—. ¿Qué haces despierto tan temprano?

—¿Qué haces tú despierto tan temprano? —respondió, sin voltear a verlo.

—Tengo cosas que hacer, suelo despertarme a esta hora bastante seguido —comentó—. ¿Y tú por qué? Detestas levantarte temprano —agregó, saliendo de su cama.

—Tengo cosas que hacer —respondió de igual modo, dirigiéndose al baño de la habitación para cambiarse.

—¿Evitarme está entre esas cosas? —preguntó. Jade blanqueó los ojos y entró al cuarto de baño. Cuando salió, Malfoy aún estaba allí, atando perfectamente su corbata—. ¿Desde cuando te cambias en el baño? —preguntó. Jade decidió no responder—. Bien, no respondas —suspiró—. Creí que, al menos, podríamos ser amigos, ¿no te parece?

—Claro —respondió, prestándole poca atención, a la vez que abría la puerta de la habitación para salir de ella con cierta impaciencia. No quería pasar tiempo cerca de Malfoy.

Caminó hasta el gran comedor, las puertas estaban cerradas aún, Leblanc maldijo por lo bajo. Decidió acercarse a una de las ventanas cercanas a esperar que abrieran, sin tener absolutamente nada que hacer. Debió haberse quedado en su cama. Colocó su cabeza sobre sus rodillas y se dispuso a mirar por la ventana.

—Creo que el cielo se va a caer hoy —una voz hizo que se exaltara. Había comenzado a quedarse dormido. Se talló los ojos y giró hacia quién había hablado. Se trataba de Chandler. El chico se sentó junto a él—. ¿Qué milagro ha ocurrido para que estés despierto tan temprano, Adrien? —su primo suspiró.

—Sé que te burlarás de mí —aseguró.

—Suéltalo. Sabes que sea lo que sea, probablemente me burle de ti igual —Jade puso los ojos en blanco.

—Trataba de evitar a Malfoy —Chandler trató de no reír. Lo miró con una sonrisa burlista—. Tenía buenas razones.

—Primo, hasta yo sé que Malfoy anda rondando por el castillo desde temprano.

—¿Cómo sabes eso?

—Porque yo también lo hago —se encogió de hombros, restándole importancia—. Entonces, ¿cuáles eran esas buenas razones? —Jade volvió a suspirar y cubrió su cara con sus manos.

—El cree que estoy celoso del hermano de Jules, que es con quien está saliendo o algo ahora —explicó—, porque mi reacción no fue la mejor ayer, cuando los vi en los pasillos —agregó—. Y tampoco fue la mejor cuando los encontré a punto de besarse en la sala común... —prosiguió en un murmullo algo dolorido. Luego quito sus manos para ver a su primo, quien lo miraba con una mueca—. Pero no fue la mejor solo porque no sabía cómo reaccionar...

—Supongo —murmuró—. Jade, ¿en serio te sigue gustando Malfoy? —le preguntó, volviendo a poner aquella mueca que Jade no logró descifrar qué significaba.

—No, claro que no. Solo fue... Algo extraño —frunció un poco el ceño y apoyó su mentón en su mano—. Supongo que es porque él aún intenta que volvamos, y eso hace que me confunda.

𝘽𝙤𝙮 - 𝘿𝙈. [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora