KEIRE ~Entre Dos Mundos~

✏Capítulo 30✏

🔺¡IMPORTANTE!🔺
NO le den play al video de arriba hasta que lleguen a la parte del capítulo dónde vean este asterisco ➡*, ok?
Ahora sí, disfruten de la parte 2/2 de esta doble actualización 😊 pero no demasiado... 😏.

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Una vez que hemos llegado, busco una tienda de ropa masculina y arrastro a Brice conmigo.
Me apresuro al mostrador y me recibe una mujer un poco mayor que yo.

_ Buenas tardes, señorita. ¿En qué puedo servirle?_ pregunta con amabilidad.

_ Hola, estoy buscando un outfit completo para un amigo, que viene desde... Muy lejos_ explico rápidamente.

_ Por supuesto. Voy a necesitar que me diga las medidas de su amigo, por favor. ¿Sabe qué talla usa?.

_ Oh, está aquí mismo, eh... ¡Brice, deja eso!_ el castaño se sobresalta y se aleja del maniquí, acercándose a mi lado.

_ A esa persona la convirtieron en una estatua..._ susurra, inclinándose sobre mí.

_ ¿Qué? No, luego te lo explicaré_ susurro de vuelta.
_ Ahora, esta mujer necesita tomar tus medidas_ digo, señalándola, dándome cuenta de que está mirando boquiabierta al chico.

Señora, disimule, por favor...

_ Claro, soy todo suyo_ dice, dándole una sonrisa de labios cerrados, totalmente ajeno a la connotación de sus propias palabras.

Golpeo mentalmente mi cabeza contra la pared, mientras carraspeo para llamar la atención de la vendedora.

_ Será un placer... Síganme por aquí_ responde, aún algo pasmada.

Luego de media hora, en la que Brice entraba y salía del probador luciendo varios estilos, finalmente logramos salir de allí con una satisfactoria compra.

A mí lado, el castaño caminaba alegre mientras saboreaba un helado de chocolate, no parando de hablar de lo mucho que le gustaba.

_ ¡Es lo mejor que he probado en mi vida!_ gritó, atrayendo las miradas de la gente que pasaba alrededor.

_ ¿Incluso mejor que la carne?.

_ Oh, no, son cosas distintas. Pero hablando de sabores dulces, este es el mejor, por mucho que a veces duela_ veo cómo hace una mueca al sentir el típico efecto del "cerebro congelado", haciéndome reír.
_ Oye, Len.

_ Dime, Brice.

_ Gracias por este día, de verdad me ha gustado_ sonríe cómo un niño pequeño, y fugaz brillo dorado destella en su mirada.

_ Oh, no me agradezcas, sólo le hice justicia a la ley de los cumpleaños. Además, aún falta algo más.

_ ¿Más?.

_ Oh, sí, Brice... Más_ él me observa entre curioso y divertido por el tono insinuante de mi voz.
Después de una pequeña caminata, llegamos a un pequeño pero pintoresco bar justo al caer el sol.

En el interior, el murmullo de la gente conversando, brindando y bailando en la pequeña pista, llaman la atención del chico a mi lado, que observa todo sin perderse ningún detalle.
Tiro de él hasta la barra, y le sonrío al barman antes de hablar.

_ Dos cervezas, por favor, de la que tú creas que debería probar sí o sí alguien que nunca ha bebido una_ pido. El hombre duda un momento y luego sonríe, comenzando a servir la bebida para dos.