KEIRE ~Entre Dos Mundos~

✏Capítulo 18✏

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_ Creo que es hora de comer_ digo de repente, viendo cómo Finoa corta rodajas de ciervo con un muy afilado cuchillo y los reparte en trozos de lo que creo que es pan. El castaño se aparta de mí y se dispone a comer con tranquilidad. Hasta ahora no había notado que sus caninos son aún más grandes que los de Brice.
Dirijo mi vista al frente y me encuentro con los ojos grises que me tienen tan confundida últimamente, parecen analizarme en silencio. Siento que los segundos han sido una eternidad, hasta que el chico a mi izquierda pone comida frente a mis ojos.

_ ¿Guedez?_ pregunta, hablando con la boca llena.

_ Gracias_ tomo la comida en mis manos y le doy un mordisco. Oh, por favor... ¡Esto sabe a Gloria!. Continúo comiendo con entusiasmo hasta que una pregunta se cuela en mi mente.
¿Por qué nadie ha preguntado de dónde vengo, quién o qué soy y esas cosas tan obvias? Todos se ven tan...poco curiosos.

_ Ya todos saben quién eres, Lenora, se abalanzaron sobre mí con preguntas en cuanto te fuiste al bosque_ dice Brice. Aún no me acostumbro a tanta intuición.
_ Acostúmbrate_ me sonríe.

_ Lo voy a intentar.

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Narra Gael.

¿Cuál es el concepto para describir la necesidad de tener a alguien a tu lado, tanto que quieres alejarla de ti? Puras incoherencias, eso es en lo único que logro pensar últimamente. No me explico este anhelo de tenerla conmigo constantemente ¿por qué ahora? ¿Por qué ella?.
Estoy perdiendo la razón por una insolente humana desagradecida.
¿Pero qué digo? Si no es su culpa... Es mía, mía y de la deliberada decisión de salvar su vida a costa de su humanidad.
Intenté desaparecer de su vida y que así me odiara por abandonarla, sola y llena de dudas sobre su nueva realidad. Pero salió mal.
¿Por qué me alegro de que haya salido mal? Es simple, Gael: no sabes lo que quieres.

_ Yy... De nuevo no estás oyéndome_ reclama Eamon a mi izquierda. He vuelto a perder el hilo de la conversación por estar pensando en ella.

_ Lo siento... ¿Qué decías?_ trato de volver a retomar la charla.

_ Que tendré seis hijos con tu hermana.

_ ¿¡QUÉ!?_ lo tomo del cuello de su ropa, irritado.

_ Era broma, señor agresivo ¿qué te sucede? No será qué...

_ No.

_ A mí me parece lo más lógico_ dice tranquilamente, mientras bebe agua de un pequeño cuenco de madera. Sé a lo que se refiere pero me niego rotundamente a creerlo.

_ Sólo quiero protegerla de este mundo, quiero que desista de su curiosidad sobre nosotros y continúe con su vida dónde pertenece, en Talamh_ expreso, excusando mi comportamiento.

Mentira...

Eamon me observa dubitativo antes de volver a hablar.
_ Si tú lo dices... Pero en caso de que quieras estar cerca de ella en su tierra, te sugiero que te comportes, es una chica ruda, pequeña, pero ruda. Algo me dice que no va a caer por ti así cómo así_ dice, sonando cómo todo un consejero.

_ ¿Qué te hace pensar que quiero estar cerca de ella?.

_ Tengo estas dos cosas en la cara que me permiten ver cosas, su majestad_ dice, en tono divertido. Luego se pone de pié y desaparece dentro de su tienda azúl.

Han pasado un par de horas desde la cena y uno a uno se han ido a dormir, siendo Eamon el último. Sólo queda Declan, está observando lo que queda de nuestra fogata mientras las llamas se consumen lentamente. Por otro lado, las mías arden cada vez más dentro de mí mientras veo a la chica que duerme a su lado con la cabeza en su regazo.
Tranquilo, Gael, no existe un motivo para molestarse por eso, respira, respira... ¡¡ESE ANIMAL!!
Avanzo hacia él con malas intenciones, no lo niego, pero no esperaba escuchar lo que ha dicho.