✏Capítulo 19✏

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Sirvo mi café matutino con exagerada lentitud... Pensando en qué fue lo que pasó anoche en Keire, en qué momento me quedé dormida y cómo llegué aquí. Bueno, creo que está implícito cómo regresé, es sólo que quizá no quiero imaginar a Gael cargándome en sus brazos hasta mi cama... Demonios, ya lo hice.
No puedo estar enfadada con él para siempre, pero me debe una disculpa sincera y una tonelada de explicaciones, entonces y sólo entonces estaremos bien.

Suspiro y bebo de mi café, son las diez de la mañana, Hazel aún no ha llegado, ni siquiera me ha escrito, supongo que tuvo una cita extendida muy interesante...

¿Celosa?

No. Mi noche fue interesante de otro modo y así está bien. Conocí a personas, corrí a una velocidad increíble, inmovilicé a un hombre, comí ciervo por primera vez y me encantó, y...tengo esta extraña sensación de que me quedé dormida en las piernas de alguien, sólo espero no haber babeado.
En tanto indago en mis difusos recuerdos, la puerta se abre y veo entrar a mi hermana y recargarse sobre la misma al verme. Lleva anteojos de sol, el cabello enmarañado y el vestido arrugado.

_ Buenos días para ti también_ saludo, llevando la taza a mis labios.

_ Hermanita_ asiente, para luego correr hacia el baño a toda prisa. Oigo la puerta cerrarse y el agua golpeando en la cabina de vidrio.

_ Sí, toma una ducha por favor. ¡¡Desde aquí huelo todo lo que hiciste, Hazel!!_ grito para que me oiga. Literalmente puedo oler todo lo que sucedió en su cita desde antes de que entrara al departamento, no necesitaría intuírlo. Mis aumentados sentidos me juegan una mala pasada esta vez.

Cuando termino de desayunar y de lavar mi taza me siento en el sofá de la sala y espero a que salga del baño. Ella abre la puerta y me sonríe cómo una loca, envuelta en su toalla azafrán.

_ Por Dios...Leonardo debe estar traumatizado..._ dramatizo, con sobreactuada preocupación.
Hazel chasquea su lengua y rueda los ojos antes de hablar.

_ Ay, no es cierto, le fascinó. Y no lo digas así, no es cómo si lo hubiera violado_ se queja, mientras se dirige a su habitación.

_ ¿Él pensará igual?_ la provoco. Ella se detiene en seco y se voltea con el fastidio en su mirada. Bingo.

_ No te daré el lujo de hacerme enfadar, no esta vez, Lenora. Que tengas buen día_ su dedo acusador me apunta y yo finjo inocencia hasta que vuelve a retomar su camino y cierra la puerta detrás de sí. Debe estar de muy buen humor para que no reaccione a mis intentos por provocar sus nervios. Decepcionante.

Me pongo de pié y prosigo a ducharme y ponerme unos jeans desgastados y una blusa negra para mi primer día de trabajo en el restaurante. Por supuesto que me replanteé la idea luego de descubrir que tal vez me cruce bastante seguido con cierto hombre de ojos grises, pero las señoras parecían tan contentas de tener ayuda extra que decidí que era razón suficiente para soportar lo demás.

No vas a alterar mis sentidos, Gael Vansell.

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Me retracto.

Definitivamente va a ser muy difícil no alterarme con estas vistas.

Parada frente al edificio, observo cómo Gael se dedica a bajar grandes y pesados contenedores de la parte de atrás de su camioneta roja sin esfuerzo alguno. Lleva una camisa gris abierta y con las mangas enrolladas.

Deja de verlo, pervertida.

¡No puedo!

_Buenos días para ti también_ saluda, mientras deja la carga en la puerta de entrada. Doy unos pasos más hasta quedar al lado del vehículo.

KEIRE ~Entre Dos Mundos~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora