28. Correr para vivir

19 5 7
                                    

ACTUALIDAD

Desperté gracias al bache por el cual el auto paso.

Al principio no pude ver nada, lo que desencadenó una serie de pensamientos horripilantes en mi cabeza, ¿Habré quedado ciega? ¿Estoy muerta? Y un sinfín de cosas más desfilaban sin consideración alguna en mi cabeza. Fue entonces cuando noté que aquel blanco panorama empezaba a tener forma, la forma de los árboles y me di cuenta que algo cubría mis ojos, impidiendo mí vista con claridad, palpee mí cara en búsqueda de lo que estuviera obstruyendo mi visión, era una especie de venda o tela blanca. Y al quitarla se reveló un paisaje invernal: montañas cubiertas de blanco y árboles agonizando por el frío. Giré mi rostro y vi a Gyula, que conducía tranquilamente un auto que dudaba que fuera de su propiedad, ni siquiera giró a verme.

Esperé varios minutos, lo miré en busca de alguna explicación, de algún gesto o cualquier cosa que me indicará que rayos estaba pasando, pero en vez de eso el maldito simplemente se limitó a decir:

- No me mires tanto, vas a desgastarme, si quieres te doy una fotografía.

Ni siquiera pude enojarme.

Simplemente empecé a llorar, sentía como me ahogaba, como mi mundo se rompía encima de mi, todo aquello que creí normal, que creí mi hogar era en realidad una fachada, la fachada de un infierno. Y deseé con todas mis fuerzas haber muerto antes de saber todo esto. Al menos moriría en la felicidad de la ignorancia, pero ahora, ahora sabía todo aquello, ¿Cómo se supone que pueda vivir con ello? No, no quiero, no quiero, no debo saberlo. Esta sensación de vacío es tan aberrante, siento como si mi garganta fuera tirada desde adentro hacia mi vientre, quiero arrancarme los ojos para no llorar, ¿Cómo viviré con todo lo que se? No puedo, no puedo, no puedo, por favor, quiero olvidar, no quiero saber nada más, por favor, no quiero pensar, no quiero sentir, no quiero saberlo, no quiero saberlo, no quiero saberlo.

- ¿¡POR QUÉ NO ME DEJASTE MORIR!? - grité, sintiendo un extraño ardor en mi piel.

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué Gyula tuvo que dejarme vivir?

- ¡Ya basta, Tabitah! ¡Te vas hacer daño!

No, no, no, no, debo...debo olvidar, si, si, ¡Si! eso debo hacer. Sacudí mi cabeza a la vez que la golpeaba con las palmas abiertas, debo olvidar, debo olvidar, debo olvidar.

- ¡Para ya! ¡Te vas a matar!

Gyula sujeto mis manos con fuerza, me sorprendió la fuerza que tenía, con una mano fue capaz de detenerme, pero ¿Cómo se supone que viva sabiendo lo que sé?

Gyula sujeto mis manos con fuerza, me sorprendió la fuerza que tenía, con una mano fue capaz de detenerme, pero ¿Cómo se supone que viva sabiendo lo que sé?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tabitah estaba fuera de control.

Intente sujetar sus delgados brazos, pero de la nada me mordió, temblando y negando con la cabeza, empezó a golpearme con fuerza, tanta que casi hace que choquemos contra un árbol, rápidamente frene y sujete sus muñecas, pero ella empezó a azotar su cabeza contra todo lo que tenía frente a ella, rápidamente se empeño en clavar la parte superior de su cabeza contra el volante, cuando vi la sangre empecé a temer que su cráneo cediera ante los golpes, la abrace con fuerza, pero ella me clavó sus uñas y dientes, sus uñas rasgaron mi piel, era como tener un cuchillo apuñalando constantemente en los brazos no era nada agradable, sus dientes fueron la peor parte, pues la fuerza de su mandíbula se concentro en mi dedo pulgar izquierdo, mismo al cual se aferró, sentí sus dientes clavarse en mi carne, incluso perforar el hueso. Luego empezó a tirar con los dientes, desprendiendo la carne del hueso. Tabitah gritaba como si estuviera siendo quemada viva. A lo mejor esa sensación seria mucho mejor a lo que estaba sintiendo ahora.

¡Corre, Conejo, Corre!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora