Prologo

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Dolor, maldita sea dolía respirar, dolía moverse, quería morir, quería gritar, dejar todo, dormir y jamás despertar, algunos decían que un corazón roto era mil veces más doloroso que cualquier cosa física y tenían razón, porque no eran los moretones, ni la herida en su brazo de la marca tenebrosa hecha con una navaja, lo que le hacia ese enorme hueco en el estómago y esa pesadez en la garganta que le decía que soltara algunas lágrimas solo para sentirse un poco liberada.

¿Qué clase de vida tendría de ahora en adelante? Ya no le quedaba nada. Hacia 1 hora lo había perdido todo, todo porque luchar. Esa grotesca imagen se repetía una y otra vez en su cabeza, como si fuera un vídeo, como cuando en un partido de futbol el comentarista ponía la jugada maestra una y otra y otra vez, atormentándole, recordándole que él tenía la culpa de todo, "tomemos la copa juntos", le había dicho, con la esperanza de una nueva vida, del alivio de que todo terminaría aquí y ahora, que irónico no? como si su vida no hubiera sido ya lo suficientemente miserable, además tenía que cargar en su conciencia la muerte de "el".

-profesor? - su voz salió tan rota, tan débil que se sorprendió que fuera suya, supo que al que le hablaba lo miraba porque sentía sus ojos sobre el, esa, tan oscura que tantos años le había mirado con burla y que está vez fuera tan vacía- si usted quisiera morir, que poción usaría? -

- no estoy para juegos señor Potter, debería ir a celebrar a su sala común- camino, llevando la charola de las pociones que le suministro- vaya con sus amigos o lo que sea.

A si, había matado a Voldemort, de nuevo, en ese cementerio, hubo tal explosión de magia que los Aurores tuvieron que ir a intervenir y detenerlo, habría incinerado todo el pueblo cercano, le habrían acusado de asesinato por "el" si no fuera porque había varios mortifagos escondidos de él, temblando detrás de las tumbas, de un chico de 14 años, como cucarachas y el cuerpo incinerado del malnacido que asesino a sus padres y a "el", a sus pies, se esperaba una fiesta, está vez esperaba que fuera para siempre que se quedará en su maldita tumba.

Definitivamente el hombre no esperaba su risa, rio, tocando el bolsillo de su pantalón donde dos varitas descansaban, era una carcajada maniaca, lágrimas resbalaban por sus mejillas, pero no podía parar, hasta que comenzó a gritar, vio en algún momento al hombre parado en una esquina mirándolo sin saber qué hacer, mientras comenzaba a destruir todo, tomaba los frascos, los calderos, morteros, ingredientes, cualquier cosa que se pudiera romper al suelo.

- señor Potter ya basta! - lo escucho gritar, pero no podía detenerse, no quería, no está vez, pero comenzó a frustrarse, nada se quedaba en el suelo todo regresaba enseguida a su lugar, el hombre aprovecho que se quedó quieto para tomarle del brazo

- déjeme en paz, quiero que pare, que se detenga- comenzó a forcejear, pero el hombre solo le sujeto más fuerte en los brazos hasta que cayó al suelo con él, mientras lloraba, que cosa tan patética- por qué? ¿Porque ni siquiera me dejó un cuerpo al que llorar? ¿Porque lo mato? ¡¿Porque tengo que sufrir yo, todo yo?!-

- habla del señor Diggory? - pregunto sin aflojar el agarre en el cuerpo del chico y comenzó a ponerse de pie- Potter, levántese lo llevaré con Grenger y Weasley.-

-para qué? - rio de nuevo entre lágrimas y jalo su brazo para soltarse, está vez si lo logro- para qué? Ya no les sirvo, ya no sirvo a nadie, ¿a Ron o a Hermione? ¿Ya cumplí la misión de matar a Voldemort, ya no soy famoso o a Dumbledore? Seguro esperaba que muriera, esa era su idea de sacrificio, me convirtió en lo que soy, me transformo en un juguete, un títere fácil de manipular, fui torturado toda mi vida para este momento, para que me sacrificara por aquellos que me quisieran o que me mostrarán el mínimo de respeto, pero ya no, ya no más, me rindo- estaba actuando como un maniático caminando de aquí para allá con los ojos bien abiertos, con todo su rostro rojo por el llanto.

- torturado? - no sabía adivinar su tono de voz ni tampoco la clase de mirada que le estaba dando.

- Dumbledore no se lo dijo?, mis tíos odian la magia, me trataban como un vil elfo doméstico, no, peor, al menos ellos comen- se levantó dispuesto a irse, usaría una chimenea para huir a dónde sea, a dónde pudiera morir a gusto, o tal vez a la torre de astronomía, lanzarse que cosa tan poética, pero no espero que el hombre le tapara la entrada- déjeme ir-

- Petrificus Totalus- dejo de moverse de pronto, pero su mirada furiosa hacia el no cambio, puso su varita en la barbilla del chico mientras hacía de la vista gorda de como su alumno lo estaba mirando- muéstreme, Legeremens! - cuando lo escucho, sentí como invadía su mente, revivió todo, casi de forma inconsciente, las torturas bajo las manos de su tío Vernon, los latigazos, golpes y humillaciones vio al hombre de pie en una esquina, vio todo, a un niño llorando en ese armario de debajo de las escaleras, como todos le daban la espalda porque creían que se lo merecía, todo, los primeros años de la escuela, el hombre se sintió asqueado de sí mismo al ver como el chico escribía su discurso palabra por palabra, sintiéndose emocionado porque creía que al ser obligado a cocinar el podría ser bueno en esa clase como inmediatamente se sintió decepcionado al ser juzgados sin oportunidad de hacer cambiar las perspectivas que tenía sobre él, como temblaba de miedo por todo lo que había sido obligado a enfrentar, como tenía que pararse ante todos como un león que no podía temblar como un gatito asustado, sus ruegos al director por sacarlo de esa casa, y llego a su tercer año.

Aquel bello tercer año, como se había comenzado a sentir mal, como su cuerpo rechazaba su propia magia, haciéndolo sentir cansado adolorido y a cada rato le sangraba la nariz, le dolía la cabeza y a veces la fiebre era tanta que creía que estallaría o algo así, el hombre había creído que los desplantes de magia que el chiquillo tenía eran a propósito, incluso lo había humillado un poco en la clase después de que explotara uno de los calderos, y como después de pasarla buscando en la biblioteca encontró todo referente a ella, el libro explicaba paso a paso como medir el nivel de magia, hechizos diagnóstico, los síntomas, visualizar el color que tenía su núcleo y como al final de todo descubrió que moriría si no encontraba a aquel que pudiera canalizarla, como enfermo poco a poco un poco más y todos creyeron que era por Sirius, pero también vio eso, también vio la conexión con su Huffelpuf cuando se tocaron en ese partido de quidditch, vio promesas, vio amor, vio todo.

Luego paso a cuarto, como había tenido que fingir que Cédric no le importaba la mitad del año escolar, pero se veían en la biblioteca para estudiar, vio su selección para el torneo, a sus "amigos" dándole la espalda cuando se enteraron porqué lo creían un tramposo, porque deseaban encajarle las garras a esto también, a decir con orgullo que el gran Harry Potter había entrado al torneo por su ayuda, vio cómo se enojaron por no ser partícipes del plan para que el chiquillo entrara al torneo, como creyeron que las idas a la biblioteca eran para saber cómo hacerlo sin ser rechazado, le vio llorando en los brazos de Cédric con el huevo de la primera prueba porque a nadie de su casa le había importado.

Y si, también vio "eso" a Harry en el cementerio junto a Cédric, como Voldemort surgió del caldero y como de pronto decidió que el otro chico era un estorbo, aquel rayo verde, parecido a la maldición asesina, como el otro chico desapareció en el aire después de ser golpeado, como no hubo cuerpo, como no cayó al suelo inmóvil ni nada, definitivamente, el hombre miro con horror, lo que Harry había hecho a Voldemort, lo torturo, su muerte fue tan dolorosa que escuchar sus gritos en el suelo hizo a Harry sentir un poquito mejor de nuevo, su magia estaba mil veces más fuerte porque Cédric ya no estaba, ya no había quien la controlará.

- qué diablos...- salió de su mente tan rápido que se tambaleo como si el hombre le hubiera empujado y cayo de sentón al suelo mientras era observado de arriba a abajo.

- contento? - se levantó sosteniéndose de uno de los estantes- me voy- Snape puso su mano sobre su muñeca y lo miro de nuevo- ahora que quiere?!- dijo completamente molesto y un poco cansado.

- ayudarte- me dijo con la mirada más sincera que podía...

Luna Nueva Esmeralda (En Pausa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora