Luna Nueva Esmeralda (En Pausa)

14. Luz

Pero la paz no dura para siempre...

Mayo 28, estaría a punto de graduarse, buscando una universidad, dejando que los Cullen sobornaran algunas cuantas, con grandes donaciones para poder ingresar a una prestigiosa, estaría buscando departamento con Edward y soportando como Sirius se quejaba por abandonar la casa sin estar oficialmente casado con Edward, para el, aquel contrato matrimonial que habían firmado el Halloween pasado era basura.

Tal vez el había sido el culpable de su situación actual, había sido descuidado, una semana antes de que esto pasara, había estado tan caliente y tan necesitado de atención que había tomado a Edward y se lo había llevado a algún lugar del mundo con el traslado que Draco le había obsequiado en navidad, pasando deliberadamente año nuevo con el y dejando a todos organizar la fiesta que para empezar el había propuesto, habían estado todo ese fin de semana follando, acariciándose y besándose con tanto amor y pasión que ni cuenta se había dado de en donde estaban, Grecia y la idea la había tomado por el musical de Mamma Mia! Que Alice los había obligado a ver y es que se enamoro de las playas y el agua de color azul turquesa, que cuando se desapareció con Edward aquel viernes lleno de nieve se sintió bien al sentir el calor húmedo en su piel, una decisión muy estúpida por que Europa tal vez estaba bajo barreras o vigilancia, como la MACUSA había teorizado y tal vez había sido visto o algo parecido.

No podía definir como había sucedido todo, porque había sido muy rápido, era 10 Febrero, lo recordaba, y Sirius y Remus habían decidido que querían salir a cenar con su cachorro, habían discutido con Edward y molestado un poco sobre que se acercaba San Valentín y si no se hacía a un lado y dejaba que se fuera no regresarían hasta después y porque querían alejarse mucho a un restaurante en Nueva York, donde además habría una reunión con el Consejo internacional de Magia, presentando toda la evidencia contra Dumbledore y saber que harían al respecto, recordaba los vestigios del invierno por el suelo de Central Park mientras caminaban con un cono de helado en la mano, se sentía correcto, si el momento pudiera definirse creía que así seria estar con sus padres, estaban en cierto lugar del parque cuando un par de agentes de la MACUSA se acercaron a una “inspección de rutina”, uno de ellos dijo que los siguieran a la entrada al ministerio, no sospecharon absolutamente de nada sabían que América y sobre todo zonas tan pobladas como lo eran la ciudad tenían más seguridad, ambos agentes habían presentado identificación, cuando llegaron, de pronto, fue caos, hechizos volando por todos lados y una profunda oscuridad. 

Despertó en una habitación, sucia sin ventanas, vestido solo con una bata y un collar de cuero negro y brazaletes a juego, que lo supo enseguida eran supresores de magia, supo de quien se trataba el que lo tenia en ese lugar, pero el viejo nunca lo fue a ver, pasaron 3 semanas cuando todo el infierno se desato.

Ya sabia que era lo que Dumbleldore deseaba, romperlo de nuevo, por que lo vio, lo vio feliz con su familia, sabia que después de todo lo vivido anteriormente los pedazos rotos habían sido unidos y había dejado a alguien completamente nuevo, el pequeño niño de debajo de las escaleras ya no existía y ahora…

Fue usado, ya había perdido la cuenta de cuantas veces, entraban a la habitación unos 5 hombres por día, a veces más, pero aún tenía fe, aun se imaginaba a Edward entrando por la puerta de la habitación, tomándolo en sus brazos y regresando con él a casa, a aquel lugar en el que era feliz, no podía estar pidiendo demasiado, ¿verdad? Porque Edward tenia que ir por ellos.

…

Madame Rosmerta siempre se había considerado una mujer inteligente, había sido Slytherin en sus tiempos de Hogwarts, cosa que no decía porque nadie confiaba en ellos, cuando toda esta locura comenzó ella trato de seguir sirviendo su bar sin molestar a nadie, no era cobarde como todos los hombres que tanto se habian tratado de burlar de ella, habían cerrado sus locales y se habian largado sin mirar atrás, dejando que los seguidores de la luz hicieran lo que quisieran.