¿Podré ser amada ésta vez?

Capítulo 16º.

Seguridad, egoísmo y una pizca de narcisismo.

Eso es lo que Lucilica esperaba al encontrarse con una noble de alta estirpe como Beatrice, una chica que provenía de un lugar acomodado donde todos los que nacían bajo el seno de los Hefesto tenían asegurada una vida cómoda y bien planificada.

¡Es que es un gran beneficio pertenecer a una de las sagradas familias!

— N-no yo no..— Bea se secó las lágrimas.

En cambio, al estar dentro de los confines del bosque, su territorio, tenía ante sus ojos a una niña indefensa, despojada de cualquier poder o riqueza.

No parecía tener orgullo propio, temblaba y se regocijaba en la oscuridad de sus ojos.

Una chica rara.

— Los Hefesto son inteligentes por naturaleza, tenía entendido que en esta generación habían nacido 3 niños bastante prometedores.

— ¿3?

El hada vio como la sorpresa invadía su cara, reaccionó como si el 3 fuera un número de muy mal augurio.

— ¿No sabes quiénes son tu familia?— Lucilica comenzaba a plantearse seguir la conversación con una joven tan inusual. — ¿De verdad eres una Hefesto?

La noble se estremeció, no hacía frío en la habitación. A la muchacha le costaba hablar, había mucho que procesar.

Estar sujeta como un perro tampoco ayudaba mucho.

Si no fuera por los malditos traumas..

— ¿De qué estás tan asustada?— Cruzó los brazos. — No muerdo, no tengo la intención de hacerle daño a un vecino.

— Las cadenas.. Quítame esto..

Se oyó un bufido.

«¿Las cadenas?¿La soberana de las hadas está frente a ti y lo único que te importa es estar amarrada?»

Bea pasó de ser una tipa rara a extremadamente extraña.

— ¿Te estás riendo de mí?— Sus alas se erizaron. — ¿Una niña se atreve a mirarme por debajo del hombro?

La situación se estaba descontrolando, la furia de la mujer no parecía extinguirse y Bea se sentía incapaz de hablar con un collarín apretándole el cuello.

Una enorme burbuja presionaba sobre los hombros de la pequeña, a estas alturas, era evidente la siguiente afirmación: la protagonista no es capaz de trabajar correctamente bajo presión.

— Por favor, solo suéltame— Un sudor frío cayó por su frente, había que rogar, no quedaba de otra. — No tengo tiempo.

Lucilica se agachó a su misma altura, lo suficientemente cerca para chocar ambas respiraciones.

— ¿Y si no quiero?

¿Las hadas no eran bondadosas? Beatrice comenzaba a sentir como unas manos reemplazaron el collarín, a este paso, perderá la oportunidad de salvar a la persona más importante para ella. Si ocurriera eso, podría perder el control de su propia mente.

— Entonces Frederick von Hefesto morirá.

Hubo un breve silencio, lo suficientemente largo como para entrar en pánico.

¿Cuánto faltaba para el amanecer?

— Por favor— Agachó la cabeza, apretó el cerrar de los párpados a la espera de una respuesta.

Splash, Splash

Las cadenas se rompieron saltando en pedacitos, el collar se disolvió bajo el toque de Lucilica.

La joven masajeó su cuello algo dolorido. Sin embargo, el dolor carnal no se asemejaba a la incipiente felicidad que invadió sus entrañas.

El hada no encontró maldad alguna en su voz, era deber de una reina proteger a sus súbditos de cualquier tiranía, cabe decir que ella también estaba bastante sorprendida, no lo vió venir. Ningún noble inclinaría su cabeza a una criatura no humana.

La rareza que se figuraba aún en la cama, era diferente.

Aunque no haya terminado de interrogarla al completo, estaba segura, es un alma pura con grietas en el corazón.

— Cuéntame tu historia.

"¿Por qué tenía ella una flor venenosa?¿Por qué estás tan desesperada?"

Por lo general, los hijos de la nobleza no se preocupan por la salud de algún integrante, el heredar el título era más importante que sus consanguíneos. En cambio, la hermana estaba dispuesta a hacer lo que sea por la vida de su hermano.

A fin de cuentas, Bea no era una dama común y corriente. Ella era una Hefesto.

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Continuará

¡Gracias por leer! En serio muchas gracias :O 

Wattpad no me va bien desde hace 2 semanas y no puedo responder comentarios, pero en verdad aprecio que me dejéis algo escrito sobre el capítulo, cualquier cosa.