Capítulo 9°.

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Hansel y Gretel, una historia que abarca la vida de dos hermanos cuya humilde familia no poseía los fondos suficientes para alimentarlos, fueron abandonados en el bosque con la ilusión de ser recogidos por alguna alma bienaventurada que tuviera los bienes necesarios para encargarse de los retoños.

Podían ser niños, pero su perseverancia los hizo volver a los brazos de sus progenitores trayendo consigo un enorme caldero dorado como sustento.

Un buen cuento para antes de dormir, y sobre todo, una buena base para un plan.

Luego de renacer, no le costó mucho aprender el idioma Imperial gracias a los libros que leía antes de acostarse, Frederick asimiló el deber de enseñar a su hermana cuando los ojos de los sirvientes miraban hacia otro lado. 

Usó partido de su rápido razonamiento para hacer de la joven una persona brillante en el futuro.

El chico estaba muy orgulloso de la mente prodigiosa de su queridísima hermanita, a veces, Beatrice podía distinguir un aura maternal emanando del infante.

Cuando las fábulas se agotaban, tenían que esperar semanas hasta que su autor favorito escribiera una carga entera especialmente para ellos, Jerry Hunter era un hombre que recién cumplía su mayoría de edad, vivía en la capital aunque era de nacimiento pobre y de pocos recursos, trabajaba sin descanso para que el apoyo monetario que le era entregado mensualmente no desapareciera.

Éste estaba sumamente agradecido con los Hefesto.

Si Jerry no hubiera sido descubierto por los hijos del duque, fue factible la idea de que él y su madre habrían muerto de hambre ya hace muchos años atrás. No se trataba de la falta de plazas vacantes de trabajo, el Imperio Olympus disfrutaba de una inmensa riqueza y prosperidad, las familias sagradas cuidaban del país apropiadamente.

Al escritor le faltaba una pierna, en la época donde viven no existía oficio para un adulto cojo, la magia no avanzó lo suficiente para implantar el miembro que le faltaba.

Milagrosamente, el señor Hunter fue dotado con una imaginación alucinante.

El escritor se trataba de una estupenda mezcla entre los hermanos Grimm (porque escribir es su pasión) y un pirata (por la pata de palo)

Mientras los chicos esperaban la próxima tanda de cuentos, pasaban la mayor parte de la jornada en la biblioteca del castillo, el ducado gozaba de pisos enteros de estanterías abarrotadas de libros.

Ambos eran desiguales a los muchachos de su edad, disfrutaban leer y obtener conocimientos de diferentes ramas del saber.

Evidentemente, los dos nobles jovenzuelos no eran tratados como niños corrientes, como correspondía de una familia aristocrática, fueron criados rigurosamente. Cuando el sol flotaba en el cielo y las cortinas servían de escudo, los hermanos debían actuar como hijos de la nobleza, dignos de alabanza.

Su curiosidad no podían ser saciada durante el día.

Aquello desencadenó las frecuentes aventuras diurnas que alimentaban el alma juvenil de los pequeños.

Beatrice se educó en un ambiente que le permitió abonar su intelecto anterior con técnicas y otros conocimientos.

Ella era considerada una superdotada antes de renacer, absorbió las letras de cada página como una esponja gigante.

Aquel fue el momento de aprovechar el cerebro que contenía. 

— 60 ... 61 ... 62...— Bea contaba sus pasos, y por cada cinco de ellos, ella se detenía a trazar una X en un árbol cercano.

La vela, aparte de su principal uso: emitir luz; Estaba teñida por una sustancia bastante resistente en su estado sólido.

Aquella sustancia, Luminum, considerado un pigmento primario que era capaz de captar energía lumínica y de transformarla en energía química mediante la fotosíntesis.

Suerte que le preguntó su composición a la criada.

En resumen, se trata de un compuesto apto para absorber la luz y alterarla para producir un olor en específico.

Esencia de vainilla. 

En este caso, cada vez que la joven dejaba la marca en los troncos, la cera de la vela se iba desgastando dejando consigo rastros de luminum en el acto.

Este pigmento, a partir de luz lunar, puede emitir un perfume lo suficientemente denso para no ser esparcido por el viento.

Así, si por alguna razón se perdiera, debía buscar un aroma dulce.

Era imposible no reconocer tal fragancia, a Fred le calmaba los dolores del estómago luego de comer mucho chocolate. 

KRACK

Beatrice se detuvo en seco. — ¿Qué fue eso?— Miró hacia delante, la noche complicaba enfocar la vista. 

El sonido de las ramas se hacía más cercano a medida que se rompían, algo se acercaba a ella.

KRACK

— ¡N-No te acerques!— Se tapó la cabeza con los brazos, frunció el ceño al percatarse del temblar que presentaban sus manos. 

¿Era miedo lo que sentía?

Aunque quisiera echar a correr, su cuerpo no daba indicios a moverse, es como si algo aplastara sus pies contra el suelo. El corazón bombeaba como locomotora en una carrera.

Los nobles no tiemblan, los nobles no alzan la voz, los nobles no se asustan ni se esconden. Aunque su comportamiento fue instintivo, ya había roto varias reglas de etiqueta, si la tutora viera aquella conducta inapropiada..

 ¿Cuántas hojas de reflexión le costarían?¿800 o 900?

— ¿Mamá?

Una figura se plantó delante de ella, la expresión de Bea ya no podía ser controlada, una mirada azulada miró dentro de su cuerpo, un leve escalofrío recorrió su sien.

En el interior del bosque, dos niños se encontraron por primera vez.

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Continuará 

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¿Podré ser amada ésta vez?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora