Mala suerte.

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Una fría mañana de lunes, que cualquier estudiante iría a la escuela, a excepción de que era temporada vacacional pre parciales. En este momento Kim podría estar despreocupado durmiendo en su cama, disfrutando de sus vacaciones, si no fuese porque tenía trabajó, y el respetaba sus obligaciones, además de ser consciente de la confianza que su jefa había puesto en él al ser responsable, no negaba que se tentó a aceptar más de alguna invitación de sus amigos para viajar, pero quería tener unas vacaciones tranquilas en su casa luego de sus turnos, que ahora, eran tiempo completo.

-Tae, se que es bastante temprano, pero, ¿estás seguro que no quieres venir conmigo? -Le pregunto insistente NamJoon, solo quería que su amigo se divirtiera un poco, más en el estado que bien conocía, había estado por bastante tiempo. -Es todo familiar, sin alcohol ni citas, solo...

-Esta bien, no te preocupe Joon, estaré bien, yo... -Revisó su reloj en su muñeca, el cual marcaba casi las 7:00 am -Tengo que trabajar, así que tengo que dejarte, diviértete, enviale saludos a Hye.

Colgó y guardo su celular en su mochila, bajando al primer piso de su casa, notando a su madre desayunando en la mesa de la cocina, regalándole una tierna sonrisa al verlo.

-Buenos días bebé, ¿ya te irás al restaurante? -Hablo con un toque de preocupación. -Ni siquiera has desayunado, ven, come conmigo...

-Mamá, no tengo hambre, comeré en el almuerzo. -Se acercó a ella dándole un beso en su frente. -¿Hoy no trabajas?

-Estoy libre, así que, quieras o no, hoy te prepararé la cena y comeremos juntos. -Se paro y abrazo a su hijo para despedirse. -No se te vaya a hacer tarde, suerte cariño.

No espero más y siguió su camino subiendo al colectivo. No vivía en un barrio demasido lujoso, ni tampoco tenía una casa sumamente extraordinaria, pero, era más que suficiente para él y su madre, ninguno permanecía demasiado tiempo en ella. A pesar de ser solo dos, su convivencia era inusualmente buena, no recordaba alguna vez haber peleado con ella, sin embargo a veces tenían desacuerdos, pero nunca llegaban a gritos, eso le traía vagos recuerdos de su infancia...

-Tae... Taehyung -Llamo repetidas veces al chico, observando como este solo estaba perdido en su mundo sobre la barra -¡Kim!

-¡Estoy trabajando! -Lanzo el paño del susto. -Se, señora Jeon, discúlpeme, ¿me necesitaba?

-Por supuesto que sí, ya es hora de abrir, anda, ve. -Le entrego el llavero en sus manos, viendo cómo el chico caminaba desganado.

Ella sabía que no era un comportamiento usual; en las pocas semanas que él llevaba trabajado ahí, siempre solía ser energético y con un semblante brillante, pero específicamente ese día se veía demasido decaído, aún si no se notaba en su rostro, algo le pasaba y no podía quedarse con la duda.

My Life, My Rules//TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora