No siento lo mismo.

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—¿Podriamos solo ir a almorzar? Muero de hambre, luego sigues en tu labor de buscar a tu cenicienta.

Insistio con cansancio tratando de escaparse del agarre del contrario en su muñeca, mientras lo llevaba a rastras por toda la escuela, ya no estaba de animos de seguir ayudando al moreno sabiendo que estaban buscando a alguien que ya había encontrado sin saber.

—Pagaré tu almuerzo, solo espérame un momento aquí. —Lo soltó para irse corriendo hasta uno de los salones de clase donde habían unos pocos chicos de la clase de Jungkook.

Taehyung se había vuelto insoportable desde hacía ya unos días, desde que había aceptado ayudarlo a encontrar al dichoso portador de ese pañuelo azul, no le había dado un respiro corriendo de un lado a otro preguntando cómo idiota a todos los chicos con uniforme azul que encontraba.
Estaba empezando a creer que era mejor decirle que el pañuelo era suyo y que solamente se lo quitaron para hacer esa broma, pero eso lo ataria a otro problema, que sería soportar al pesado de Kim queriendo saber quién era el chico con quién estuvo. Definitivamente mentir no se le daba de maravilla, y eso lo tenía muy claro.

Pocos minutos después, observó cómo el pelirrojo regresaba como un perro con la cabeza gacha y la cola entre las patas, no le agradaba verlo así por alguna razón, quería reírse de su idiotez, pero su subconsciente sabía lo que le estaba haciendo al chico, y de cierta forma le sorprendía ver el esfuerzo que hacía este por encontrar a un desconocido que probablemente nunca querría nada con él, es decir, refiriéndose a si mismo como esa persona, se le hacía algo extraño.

—Vamos Romeo, anímate comprandonos algo para comer antes de que me enfade. —Se lo llevo del brazo con algo de brusquedad. Tampoco era el mejor consolando personas pero hacía lo que podía.

Taehyung no se digno en decir palabra alguna en todo el camino, estaba desanimado, solo quería saber quién era el dueño de ese pañuelo, aunque no fuese exactamente la persona con la que compartió en ese casillero, tenía intriga y talvez era una pista para encontrar a la persona que amará para siempre. Era bastante estúpido pensar eso, pero a pesar de tener un aura de sex simbol, el aún soñaba con un romance de película, algo romántico y talvez cliché, pero tenía que ser honesto, eso jamás pasaría, y su tarea de encontrar a quien le pertenecía ese trapo no era fácil.

Al llegar a la cafetería Jungkook encontró rápidamente a Jimin, sentándose con el mientras mandaba una vez más a Taehyung por su almuerzo, parecía abuso de amabilidad, pero se había ofrecido a pagar, y el había olvidado su billetera en casa, era un bono por su trabajo como Celestina.

—¿De que se trata esto? ¿Taehyung y tú juntos tanto tiempo sin que alguno salga herido? Esto es impresionante.

El rubio aplaudió bromista, conocía a la perfección a su amigo, y sabía que el no era del tipo que se retractaban de sus decisiones, y este era un retroceso de todas las palabras qué dijo en un principio.

—Tampoco te emociones, estoy en una misión. Además, que más da, solo estamos "juntos" como compañeros.

El azabache conocía las intenciones tras las palabras de Jimin, y le asqueaba que el pudiera siquiera imaginarse que ellos tenían algo más.

—Y tu no finjas, ya me contaron que ustedes son amigos, no estás haciendo para nada lo que dijiste en un inicio. —Río exagerado ante la idea que vino a su cabeza, y no se quedaría con esa broma solo para si mismo. —Ahora solo falta que termines enamorándote de él también.

Estaba a punto de responderle de una manera poco amable, pero justo en ese momento apareció Taehyung con dos bandejas con comida, entregándole una a Jungkook sentándose a su lado.

My Life, My Rules//TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora