Extra.

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“Esta siendo un verdadero impacto, la valentía y la lucha que hacen estos miles de ciudadanos, y habitantes de todo el mundo, uniéndose para hacer justicia a millones de Donceles que han sufrido un sin fin de humillaciones y malos tratos.”

—“Todos somos humanos, ¿qué los hace diferentes al resto? ¿Ser hombres con útero? ¿Tener la oportunidad de la maternidad teniendo miembro? —Hablo firme, cuestionando a los que escucharán —No son fenómenos, no son objetos, no son juguetes, son humanos, hombres, padres, hijos, hermanos, que han sufrido daños emocionales y físicos, simplemente por la ignorancia del resto.

Era evidente la gran cantidad de personas que podían observar en las calles, tanto hombres como mujeres con pancartas, cartenes y demás  para lograr llamar la atención de todos los que los rodeaban.

Ya hacía bastante tiempo se organizaban las marchas por defender los derechos, inicialmente las mujeres eran quienes se manifestaban por la discriminación y violencia de género, y ahora eran ellas quienes se manifestaban junto a varias otras personas y sobres todo Donceles, para defender sus propios derechos humanos, que los gobiernos renuentes, se los han negado, tratándolos como basura más.

—TODOS Y CADA UNO DE NOSOTROS ESTAMOS HOY AQUI, POR AQUELOS QUE NO PUEDEN, LOS QUE ESTAN RETENIDOS, OBLIGADOS A CASARSE CON HOMBRES MALEVOLOS, AQUELLOS QUE PERDIERON LA LUCHA Y A DIA DE HOY NO SE HA ECHO JUSTICIA POR NINGUNO.

—ESTAMOS AQUI, POR LA LIBERTAD Y LOS DERECHOS DE IGUALDAD PARA NOSOTROS LOS DONCELES DEL MUNDO QUE MERECECEMOS SER TRATADOS COMO SERES HUMANOS Y NO COMO INCUBADORAS PERSONALES.

Los gritos llenos de dolor y furia de las personas eran sinceros y lastimeros. Por supuesto que no exigían nada imposible ni avaricioso, lo único que pedían era justicia e igualdad. Si todos somos humanos ¿Porqué tratarnos distintos por nuestra anatomía, nuestras capacidades, o nuestro pensamiento?

Era una verdadera calumnia que les obligarán a esos pobres chicos a actuar como mercancía o algún producto desechable. Se habían salvado de ser sujetos experimentales del gobierno, pero... ¿A qué costó? Si su infierno apenas empezaba aquí.

—Lo único que exigimos es justicia... Justicia por todas las víctimas que murieron a mano de sus propias parejas, jefes, compañeros de trabajo, abandonados en las calles como si no tuviesen valor alguno... —El tono de su voz se quebraba de a poco seguía hablando. —Estoy aquí, porque mi hijo ya no está, y se que no me lo regresarán, pero no me voy a quedar callado, NO CUANDO YO SOY QUIEN LE LLEVA FLORES A LA TUMBA, MIENTRAS SUS AGRESORES SIGUEN LIBRES EN LAS CALLES ATACANDO A MILES DE INOCENTES.

—NO NOS VAMOS A CALLAR MÁS.

Un pequeño niño observaba a lo lejos desde las escaleras, como sus padres apagaban el televisor y empezaban a discutir algo que no lograba entender del todo bien. Habían muchas personas discutiendo ese mismo tema una y otra vez, solía escuchar con frecuencia la palabras “doncel e injusticia” en muchas conversaciones entre los adultos de su casa, principalmente de parte de su tía, preocupada.

Pero él no entendía lo que esas palabras significaban.

Con el pasar de los años, el tema de conversación se cerró, hasta que él había alcanzado sus 8 años de edad, era un niño bastante, curioso y entrometido en muchas cosas, haciéndoles miles de preguntas a su madre acerca de todo sobre aquellos fascinantes Donceles.

La mujer comunmente solía evadir el tema de conversación, pero, sabía que no podría seguirlo ocultando por mucho más, así que, sentó a su hijo inquieto en el comedor de la cocina, y ella le indico que le prestará atención.

My Life, My Rules//TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora