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— ¡Niños si no bajan en dos minutos se irán caminando a la escuela! — grite desde la sala mirando la hora en mi reloj de mano. 

Los dos bajaron corriendo por las escaleras. 

— Ya, ya estamos listos, adiós Elsa. — respondió James acomodando su uniforme. 

— Rápido niños. — camine junto con ellos hasta la puerta, salieron corriendo. — ¡Hey!¡¿Y mi beso!? — grite desde dentro de la casa. Volvieron corriendo. — Ahora si mas rápidos que Flash. 

Por fin subieron a la camioneta y se dirigieron a su escuela. Yo volví dentro cerrando la puerta el monitor de Jane se escucho ya había despertado, me dirigí a las escaleras para subir a su habitación pero ya venía Jack con ella en brazos. Llegó hasta donde yo estaba y antes de hablar su teléfono lo interrumpió. 

— Frost, diga. — respondió serio. — ¿Como? — exclamó algo alterado, me paso a la niña y se quedo en su lugar solo pensando en lo que sea que le estuvieran diciendo por teléfono. — Claro, voy para allá dile a mi abogado que esté en mi oficina ya. 

Colgó la llamada. 

— ¿Todo bien? ¿Por que necesitas a tu abogado? — me empecé a preocupar de nuevo. EL solo tenía la mirada en otro punto, su rostro no me daba señal de nada. — ¿Jack?

— La madre de mis hijos. Tengo que irme, nos vemos después. — se acercó dejando un beso en la cabecita de Jane y otro en mi frente. Se fue sin decir más, solo dejándome ahí con toda la curiosidad de mundo, hombres. 

— Tu padre es tan extraño baby. — le hable a Jane pero ella solo rio. — Que bueno que aún estas chiquita, el mundo es muy cruel jamás crezcas — camine a la cocina para darle su desayuno a la niña y de paso saludar a Tiana. 

— Buenos días Tiana. — deje a Jane en su silla mientras preparaba su papilla y unas frutas. 

— Buenos días linda. — respondió Tiana con una sonrisa. — ¿Cómo has estado? 

— Ay Tia, la estoy pasando horrible. 

— ¿Qué ocurre? — mire a Tiana dejando el plato de Jane a un lado. 

— Falleció Hans. — dije de una vez, ella llevó sus manos a su boca tapándola en un gesto sorprendido y asustado. 

— ¡Dios mío Elsa! ¿Cuándo? 

— Ayer, todo fue tan rápido que aún no lo acepto. — Sostenía el plato y la cuchara en mi mano pero solo los movía de un lado a otro. — El señor se enteró y fue otro problema más. 

— Lo siento mucho Elsa, ni siquiera voy a hostigarte con tantas preguntas creo que aún no estas listas para hablar de ello. — Tiana siempre había sido muy comprensiva. 

— Gracias, sigo procesándolo. — seguí en lo mío preparando el desayuno de Jane. — Eh pensando mucho y creo que debería irme por un tiempo. — Tiana me miro sin decir nada. 

— ¿Quieres irte de Nueva York? — 

— Solo lo eh pensando, creo que un cambio de aires me haría muy bien, alejarme de todo lo que me recuerde a el, y el dolor que me dejó. Pero después solo pienso en mis niños, en lo solos que estarían y me arrepiento. 

— Si para ti y tu estabilidad mental crees que es lo mejor deberías hacerlo, no es bueno siempre complacer a los demás si tu por dentro estas sola, vacía y rota. Yo se que tu das siempre mas de lo que recibes, tienes un hermoso corazón Elsa y yo se que algún día Dios te mandará algo tan especial para recompensar todo el dolor y sufrimiento que viviste. — las palabras de Tiana me había llegado a mi corazón, me faltaba escucharlas. — Yo confío en que volverás a ser felíz y más rápido de lo que piensas. 

— Gracias Tiana, no se que haría sin tus consejos. — sonreí, ella igual. — Pero por otro lado no dejo de pensar en que pude haber echo algo más por ayudarlo. — mi voz comenzó a quebrarse poco a poco. — Yo pude haber echo algo y solo...— baje la mirada reteniendo las ganas de llorar. — solo colgué el teléfono. 

— Elsa, no te culpes. No fue tu culpa, nada de lo que sucedió no sabías que eso pasaría. 

— Él me llamó Tia, muchas veces y yo solo lo ignore por que estaba en una cena con Jack. — una lagrima resbalo rebeldemente de mi mejilla. Las manos de Tiana se colocaron a los costados de mis brazos. — ¿Por que sentir amor solo nos lleva a terminar sentir el dolor?

— Por que la vida es así. A veces tenemos que caernos para aprender a levantarnos, no todo es fácil. Dicen que el tiempo cambia las cosas, pero en realidad tienes que cambiarlas tu. Asi que, ve y haz todas esas cosas que no has echo, di todas aquellas palabras que jamás has dicho, por que la vida es un instante, solo un suspiro. 

— Antes de morir, Hans me pidió hacer todo lo que habíamos soñado juntos, que viviera por los dos lo que en ese momento ya no pudimos vivir. Pero yo no puedo, no puedo hacerlo. — las lagrimas salieron de mis ojos. — Aunque ahora en mi corazón vive otro hombre, no se como borrar todos aquellos recuerdos con Hans. Y tengo miedo de que se pongan en mi contra algún día.  

— Usa todo este dolor en poder. No dejes que te vuelva a vencer, demuéstrale al mundo que Elsa Arendell es una guerrera y merece ser feliz. Te quiero Elsa, por favor ya no llores. — Tiana me abrazo y se sintió muy bien, ella era mayor que yo y la quería como otra hermana. Me había dado su cariño sin pedir nada a cambio, ella era un ángel. — Ahora dale de comer a la bebé si no comenzará a llorar y ni tu ni yo queremos dolor de cabeza. — reímos. Limpie mi rostro de aquellas lagrimas. 

Termine de prepararle su desayuno y comencé a dárselo. Ella comía feliz y sin preocupación alguna de lo que pasaba a su alrededor. A veces ignoramos el hecho de que la infancia es la mejor etapa de la vida, y la arruinamos con la idea de crecer sin saber todo lo que conlleva. 

Mi rutina era la misma de siempre, pero esta vez Jane quería jugar mas tiempo. Mientras jugábamos. La puerta principal anunció la llegada de alguien, entonces me levante del sillón dejando a Jane jugando, camine hasta la puerta para atender a quien fuera que estuviera tocando, cuando abrí la puerta la sonrisa de un hombre fue lo primero que vi.

— Buenos días Elsa. 

— Buenos días Aster. Pasa, el señor no esta en casa. — me hice a un lado para que entrara. 

— Lo se. Está con su ex-esposa ahora mismo.— respondió. — no vengo a ver a mi hermano, en realidad vengo a verte a ti. — lo que había dicho Aster al principio me tomo por sorpresa, si sabía que se había ido por algo relacionado con ella. 

— ¿A mi? — me señale con el dedo. Trate de ignorar lo primero. 

— Si a ti, vengo a hacerte una propuesta. 

— ¿Qué clase de propuesta? —me cruce de brazos mirándolo. 

— Bueno, tu ni yo tenemos ningún compromiso y me gustaría invitarte a salir. En una cita. Ya sabes para conocernos mejor, en verdad me gustaría conocerte más.— el tenía una sonrisa de oreja a oreja que lo hacía ver seguro de sí mismo. 

— Aster, me halagas con tu invitación pero...—

— ¡Vamos, Elsa! Es solo una cita, si no te llega a gustar no la volvemos a repetir pero estoy seguro que si habrá mas de una. — me quede en silencio pensando 

— No lo sé, lo pensaré. 

— Okey, piénsalo y me avisas más tarde tienes mi número. — se acercó hasta mí dejando un beso en mi mejilla como despedida. Antes de irse le tenia que hacer una pregunta. 

— Aster, antes de que te vayas. ¿Dijiste que el señor estaba con ex-esposa? — arrugue el entrecejo. 

— Si, así es. 

— ¿No sabes por que? 

— No lo se Elsa, tal vez regresen. — mi expresión cambio y mi cuerpo se tensó. — Es lo que sucede con los matrimonios no concluidos, o regresan o se divorcian. ¿Por que? 

— Curiosidad...— dije como último. 

— Entonces nos vemos después Elsa. Cuídate, espero tu llamada. 

Solo asentí, salió de la casa y yo regrese con Jane a seguir jugando. Ahora el pensamiento de que posiblemente Jack y su ex-esposa regresen no me dejaría tranquila. 

La Niñera. JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora