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La casa estaba demasiado silenciosa, y era raro. Baje rápido por las escaleras para ir a ver que todo estuviera bien, al entrar a la cocina estaban los niños desayunando como siempre pero no traían puestos sus uniformes, ya era tarde y no entendía nada. 

—¡NIÑOS, YA VIERON LA HORA QUE ES! — Hable un poco alto sus miradas se dirigieron a mi. — ¿Por que no tienen el uniforme de la escuela? 

— Hoy no iremos Elsa. — respondió Sarah. Arrugue el entrecejo cruzándome de brazos.

— ¿Disculpa? ¿Y eso por que? 

— Papá nos dijo. — mire a James quien bebía de su vaso de leche. — Hoy viene mamá, ¿No te dijo nada? 

Mi corazón se apachurro, mi expresión había cambiado. Jack no me había dicho nada de esto, me sentía mal, excluida. Pero bueno, al fin de cuentas es su vida. 

— No, no me comentó nada. — carraspeé. — Bien niños, entonces ¿Ya están listos? 

— Si, elsa. 

Jane seguía arriba en su cuarto, fui por ella y le di un baño para arreglarla y estuviera limpia. Después baje a darle de desayunar y los niños ya habían acabado. Por mi cabeza pasaban miles de cosas y pensamientos. Trate de callarlos para concentrarme en el ahora. 

— Estamos muy emocionados de que conozcas a mamá. — dijo Sarah emocionada, le respondí con una sonrisa. 

— Seguro se hacen amigas. — termino James, yo solo les sonreí y seguí dándole su verdura a Jane. 

El timbre se escuchó en el eco de la casa. Me levante de la silla en la que estaba para abrir la puerta, mis pasos eran temblorosos, sentía en cada paso que daba un sentimiento raro, sabía que algo pasará pero no quería imaginarlo. Abrí la puerta dejando ver de nuevo a aquella mujer alta, elegante y ahora con un vestido rojo ajustado al cuerpo y su cabello castaño recogido en un moño con unos mechones cayendo por su rostro. 

— Buenos días. Adelante. — me hice a un lado para que entrara. No respondió a mi saludo solo se entro y camino hasta la sala. 

— ¿Puedes hablarle a Jack? — su tono de voz era arrogante y un poco engreído. 

— Claro. — camine hasta el despacho de Jack donde seguramente estaría, para ese momento me hervía la sangre sin saber el porque. Toque antes de entrar como de costumbre y espere a que me diera permiso de entrar. 

Al escucharlo, entre con pasos mas firmes y sin mostrar ningún sentimiento mas. — Señor, lo buscan. — dije cortante. 

— ¿Quién? — dijo dejando unos papeles sobre su escritorio. 

— Su exesposa, señor. — gire para irme de ahí entonces Jack me habló deteniéndome. 

— Elsa, espera iba a decirte. — solo gire la mitad de mi cuerpo para responderle. 

— ¿La hago pasar a la sala o aquí al despacho? — sabía que ahorita no hablaría de nada y tampoco me interesaba hacerlo.

— A la sala. 

Salí caminando rápidamente y moviendo un poco las caderas sintiendo el calor subir por mi cuerpo, llegue hasta donde estaba ella que observaba el lugar. — En un momento viene el señor, ¿le puedo ofrecer algo? 

— No, nada. Ya puedes retirarte. — me dio la espalda mirando las paredes y los sofás, me fui de ahí a la habitación de los niños, donde seguramente estaban ellos ansiosos por ver a su madre. 

Sarah estaba en su cama cepillando su cabello, su puerta estaba abierta entonces entre solo tocando la puerta para avisarle de mi llegada. 

— Pasa Elsa. — me senté junto con ella en la cama. — Mi cabello esta más rebelde que nunca. 

La Niñera. JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora