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Regrese a casa un poco nerviosa, no sabía como decirle a mis papás que conseguí el trabajo y que además viviré en la mansión Frost. Siempre hemos sido una familia muy unida. Cuando entró a la casa lo hago distraída y no me di cuenta de la presencia de Jacob en la sala.

- ¿Elsa? Conseguiste el empleo. - miro asombrada a Jacob. Quien estaba en el sillón, dando la espalda.

- Me asustaste. - lleve mi mano a mi pecho.

- Lo siento.

- ¿Dónde están los demás? - pregunto dejando mis cosas.

- En el cuarto de juegos. - metió ambas manos a los bolsillos.

- Vamos. - camino al cuarto de juegos. Con Jacob detrás de mi. Cuando llegué las risas cesaron.

- Hija, ¿Qué sucedió? Si obtuviste el trabajo. - mamá se levanto del sillón al verme.

- Mamá, Papá y hermanos.- los nervios me comían entera. - Obtuve el trabajo.

Todos sonrieron y gritaron de alegría.

- Pero hay algo importante. - mamá me miro al igual que todos. - Me mudare a la casa de los Frost.

- ¿Qué? - Anna se levantó del sillón.

- Si, así es el trabajo. Pero tendré días libres. - los mire.

- Bien. Hija. - Papá se acerca a mi. - Si tú quieres trabajar hay, hazlo.

- Te apoyamos Elsa. - mire a Jacob.

- Si, todos te apoyamos. - April sonrio.

- ¿Cuando te vas? - pregunto mamá triste.

- Mañana, tengo que empacar. -

- Wow, no sabíamos que te irías tan pronto. - Azael me miro igual trizte.

Después de platicar un rato con ellos, subí a empacar mis cosas. Termine y baje a comer, hoy sería el último día que pase con mi familia, aunque tendré tiempo libre después. Subí a dormir, aunque no podía dormir. La noche se me hizo corta.

•••••

- Adiós, hermana. - abrase a Emily, la más pequeña.

- Adiós. - la mire.

- Elsa, si vendrás a visitarnos, ¿Verdad? - dirigí mi vista a April.

- Claro que si, en mis descansos vendré a verlos. -

La despedida fue la más dura. Mi madre lloraba mientras mi padre le explicaba que sólo era un empleo y que no me iría para siempre. Subí mis maletas al auto y conduci a la mansión Frost. Al llegar sentí que el corazón se me salía.

- Elsa, que bueno que llegas. Voy a salir y regresare tarde, pero antes te mostraré tu habitación. - Jack me dirigió a una habitación subiendo las escaleras, me ayudó con las maletas lo cual agradecí inmensamente.

Llegamos a una habitación color azul, era hermosa.

- Aquí te quedarás. - mire alrededor. - Hay esta el baño, el closet el balcón. Sobre la cama esta tu uniforme de trabajo.

- Bien. - lo mire.

- Ya te mostre todo, pero siento que falta algo. - Jack mira al piso pensativo.

- ¿Los niños? - respondo sonriendo nerviosamente.

- Oh, es verdad. - sale de la habitación y baja las escaleras yo sólo lo sigo. - Niños bajen, tengo que decirles algo.

En unos segundos se escucharon los pasos en el pasillo, sentía nervios, ¿Si? Si esa es la única palabra que conosco para lo que siento. Bajaron tres niños, dos niñas y un chico.

- Hijos, ella es Elsa Arendell, Elsa el es James, Sarah y Jane. - los tres me miran raro. Después saludan.

- Hola. - dicen al unsonio.

- Bien, presentese yo llegó mas tarde. - el deja un beso en cada uno para luego salir y dejarme sola con ellos.

- ¿Eres la nueva novia de papá? - una niña de más o menos 13 años se acerca amenazadora hacia mi.

- Ah...no...pequeña. - trago saliva - Soy la niñera.

- Que bueno.

- Si.- respondí un poco confundida. Su cabello rubio castaño caía sobre sus hombros y sus ojos azules con toques verdes me miraba con cierta desconfianza.

- Hola, soy James. ¿Ya me puedo retirar? - gire mi vista hasta el chico de ojos verdes quién estaba cruzado de brazos.

- Hola James, soy Elsa. Y si, si quieres. - me sentía incómoda pero creo que en ellos era normal, el desconfiar de las personas extrañas.

El solo subió las escaleras, y cerró su puerta con un portazo que retumbó en toda la casa.

- No le tomes importancia a James, es así de huraño. - mire a la niña quién solo subió los hombros y se retiró.

Solté un suspiro y sentí un apretón en mi pierna, cuando baje la mirada me encontré con una pequeña niña de cabellos castaños quien me miraba sonriente.

-Hola cariño.- la levanté y subí las escaleras con ella, me fui a mi habitación para cambiarme, deje a la bebé en la cama y entre al baño rápido para ponerme el uniforme.

Cuando salí la niña ya se encontraba en el piso caminando, la tome de nuevo y la lleve a la cama. Deje mi ropa en la maleta y me mire en el espejo, el uniforme era muy bonito y cómodo.

Constaba en una falda negra larga hasta las rodillas, un poco ajustada, una blusa blanca de mangas largas, con un chalequito negro. Parecía una empresaria.

Quise complementar con unos tacones negros bajos, que traía por cualquier cosa. Tome a la niña quién comenzó a llorar, si algo aprendí de mamá es a diferenciar los llantos de los bebés, y está nene tenía hambre.

- ¿Tienes hambre? Bien, donde estará tu habitación. - salí y camine por el pasillo tratando de buscar su habitación. Toque una puerta de dónde se escuchó un grito.

- Disculpa, James, ¿Me podrías decir dónde está la habitación de la bebé?

- Su nombre es Jane, y está a la vuelta dice Jane. - volvió a colocarse los audífonos.

- Gracias.

Salí cerrando la puerta, eran un poco groseros pero eso no será por mucho tiempo.
Llegué a una puerta con las letras Jane, en ella, la abrí y entre mirando todo de un color rosa, muñecos en el suelo y uno que otro biberón.

- Dios mío, ¿acaso nadie entra a tu habitación? - la miro enarcando una ceja.

La dejé en su cuna mientras buscaba los biberones y la leche, cuando por fin los encontré baje a la cocina para poner un poco de agua a calentar, subí de nuevo para tomar a la niña quién no paraba de llorar, la cargue y con el otro brazo tome el biberón y la leche.

Baje a la cocina, esperando la agua, cuando por fin estuvo, comencé hacerle un biberón, ni tan frío ni tan caliente.

- Listo nena, ven para que te de comer. - la cargue y lleve el biberón a su pequeña boca quien de inmediato se calló. Tome asiento en una de las sillas de la cocina y comencé a arrullarla.

La bebé se quedó dormida, en pocos segundos, yo seguía arrullandola, cuando James apareció en la cocina. Me miró y frunció el seño.

- Lograste que se durmiera. - lo mire confundida. - Jane usualmente tarda en dormir.

- Solo es saber cómo dormirla.

Subió ambos brazos, abrió el refrigerador y saco un refresco para luego irse.

La Niñera. JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora