Las voces que acompañaban la cena eran tranquilas y alegres.
Estaba con la mirada fija en la comida, Joanne estaba a un lado de mí, aún no podía verle la cara a su abuelo.
—En realidad creo que me siento más fuerte con una pierna. —Mi padre dice, riendo junto a los abuelos de Joanne. Moví la comida con mi cubierto, estaba pensando en lo que habíamos hecho.
Había traicionado la confianza de su abuelo, por segunda ocasión, sentía que le había fallado de cierta manera, y no lo había tenido en cuenta hasta ahora.
Siento la mirada de Joanne, pero tampoco me atrevo a mirarla. "¿Y si estábamos yendo muy rápido?" es decir, sólo llevábamos un mes y lo habíamos hecho dos veces ya.
"¿Qué sí ella se arrepentía después? En un año, en dos, o quizá toda su vida"
Llevé el cubierto a mi boca, estaba tratando de disimular mi vergüenza y mi preocupación.
—¿Sucede algo? —Me susurra, noto su preocupación. —Estás muy callado.
Negué, con una media sonrisa. No podía decirle aquí, sólo negué.
—Pensaba en el trabajo. —Le susurro, mintiéndole y ella frunce el ceño y niega.
—¿Te preocupa algo? —Me mira.
—No, en realidad, sólo trato de recordar los horarios. —Le digo.
Ella no dice más.
-
La puerta del lado del conductor se cierra, me veo algo cabizbajo en los asientos de atrás del taxi, mi padre está en el asiento del copiloto y agita la mano para despedirse de la familia Lean. Ellos agitan sus manos igual, mientras que Joanne está callada, sólo mirándonos.
El señor del taxi comienza a avanzar y les doy una última mirada.
A medida que avanzamos, siento la mirada de mi padre por el retrovisor, exhalé.
—Vamos, sé que quieres decir algo. —Le digo mirando hacia la calle, mientras que admiro las casas del vecindario.
—No diré nada, si es que te molesta. —Suelta con una pequeña risa, el taxi se detiene en un semáforo.
"¿En realidad quería que dijera algo?"
—Si se trata sobre lo callado que estuve...—Me detengo. —Quiero que sepas que nunca en mi vida sentí tanta vergüenza como hoy. —Le confieso y conecto nuestras miradas, él se ve sorprendido. —Él tiene toda su confianza en mí y...—Exhalé frustrado. —Mierda, siento que he defraudado a la única persona que confiaba en mí.
Noto esas facciones en su rostro, las que me dicen que le ha dolido que haya dicho eso.
—No puedo sacarlo de mi cabeza. —Le digo y avanzamos nuevamente. Él se muestra muy callado, los minutos restantes de nuestro camino son tranquilos, el taxi se detiene en cuanto estamos frente a casa, me bajo y alcanzo la silla de ruedas que estaba en la parte de atrás y la extiendo para ayudarle a bajarse.
Le agradezco y le pago al señor.
Entrando a casa, observé lo callado que estaba. —¿Quieres que te ayude a algo más? —Me ofrezco. Él me mira.
—Sí. —Dice y mira sus manos. —He pensado que empezaré a dormir en la sala.
Frunzo el ceño.
—¿Hablas en serio? —Le pregunto.
—Sí, será muy pesado para ti, bajarme y subirme todos los días por la escalera. —Me dice. —Sólo quiero una almohada y una cobija, dormiré en el sofá.
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Los colores del alma| LG(B)TQ+
Teen Fiction"Los colores estaban en ella, un símbolo de valentía, amor y fuerza. Todo lo que necesitaba en mi vida y que sabía que no era para siempre." *HISTORIA REGISTRADA, NO SE PERMITE EL PLAGIO Y/O TRADUCCIÓN, ADAPTACIÓN, ETC. DE ESTA MISMA SIN MI CONSENTI...