"Los colores estaban en ella, un símbolo de valentía, amor y fuerza. Todo lo que necesitaba en mi vida y que sabía que no era para siempre."
*HISTORIA REGISTRADA, NO SE PERMITE EL PLAGIO Y/O TRADUCCIÓN, ADAPTACIÓN, ETC. DE ESTA MISMA SIN MI CONSENTI...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me separé de ella y miré el suelo apenado, ella se abrazó a sí misma.
—¿Quieres acompañarme a terminarme esto? —Le pregunto y ella ve mi bolsa con los cafés y las donas.
Me sonríe leve y mira el reloj que está pegado en la pared.
—Justo en cinco minutos empieza mi hora de comida. —Sonríe— Dame, haré que lo calienten.
Le sonreí.
—Gracias, Joanne. —Se la entrego.
—Seguro—Ella toma la bolsa estropeada y arrugada de papel.
La chica castaña se tarda alrededor de 7 minutos para sacar su cofia en la cabeza. Nos sentamos en una mesa junto a la ventana empañada por lo caliente de adentro.
Me senté frente a ella, y ella comenzó a repartir los cafés.
—Cuéntame un poco de ti. —Pedí, necesitaba sacar a Alex y todo lo que pasó hace un rato, no debía verme afectado o tendría que dar explicaciones, llegar a casa sólo sería una idea tonta, mi padre se la pasaría gritándome.
La chica sonríe.
—Bueno—Se sume de hombros, y me mira—Soy de México, mi cumpleaños es el 29 de abril, tengo un par de hermanos quienes viven en México—Noto ese par de ojos marrones un cierto brillo de tristeza.
—Me encantaría tener hermanos. —Aseguré mostrando una sonrisa.
—Por una parte, no—Sonríe— Mis hermanos son fabulosos, debo admitir, pero juntos son peor que un huracán en su último nivel de destrucción. —Ríe— Ese par corren de un lado a otro, arrasando por todo.
Comencé a reír.
—Serían buenos para demoler una construcción. Deberías hacerlos trabajar en ello.—Solté una broma.
Joanne comienza a reír.
—Lo pensaré—Bromea con una leve risa.
—Considéralo—Reí.
Me agradaba que Joanne, a pesar que me vio triste no ha preguntado el por qué, ella me está dando mi tiempo y eso me agrada mucho.
—¿Vives sola? —Me atreví a preguntar.
—No, vivo con mis abuelos. —Sonríe, tomando un sorbo de su café. — Ese par, no sé qué haría sin ellos. Cuando llegué a Londres, mi plan era irme a vivir con mi madrina y su familia, pero en cuanto lo supieron ellos viajaron hasta acá, dejando México por mí.
—Veo que son unidos.
—La gente de México somos unidos, la familia es lo más importante. —Sonríe. — Realmente soy afortunada.
—Me da gusto que estés rodeada de personas que te aman.
Ella me sonríe.
—¿Puedo preguntar por tu familia? —Me mira mordiendo su dona.