Me quedé ahí parado unos minutos tratando de asimilar todo lo que había hecho. Todo esto se prestó para un mal entendido y ahora sé que la afectada sería Joanne cuando el idiota y chismoso de Alex abriera la puta boca.
—¡Mierda! —Grité tirándole un golpe a la pared. Tomé mi camiseta y sudadera y me vestí. Sólo el pensar que el nombre de Joanne se prestara para la boca de toda la universidad me hacía enojar. Sabía que Alex tenía resentimiento y que Joanne nunca le agradó.
Necesitaba encontrarlo y decirle que no se atreviera hacerlo.
Salí del baño y caminé por el corredor.
—Hola Jackson. —Me saluda Robert. —¿Por qué no has entrado a clase?
—Luego te explico. —Le dije cortante—Necesito encontrar a Alex.
—¿Para qué? Pensé que ya no se hablaban más.
—Luego te explico. ¿Lo has visto? —Le dije.
—Sí, se dirigía a los laboratorios.
—Bien gracias. —Dije y comencé a trotar dejando a Robert más confundido que nada, la silueta de Alex estaba a menos de tres metros y lo detengo con mi voz. —¡ALEX!
Él se gira, rueda los ojos y sigue caminando. Me incorporo detrás de él y lo tomo del brazo. —¡Te estoy hablando! ¡Joder! —Le dije molesto.
—¡¿Qué demonios quieres?! —Me dice quitando su brazo furioso.
—Vamos hablar. —Lo miré frunciendo el ceño.
—No. —Me dice molesto—No lo haremos. NO. Ahora regresa al baño con esa estúpida latina y ve a revolcarte con ella. —Me presiona el pecho con su dedo y me empuja.
Su empujón me hace enojar, pero trago el coraje que llevo dentro y lo tomo del brazo, furioso, y lo meto en el baño.
—¡¿Qué mierda, Jackson?! —Me grita—¡¿Qué más quieres?! ¡¿A qué juegas?!
—Deja tú mierda, que no vengo por ti, ni un nosotros. —Le dije despreocupado—Vengo por la salud mental de ella y su tranquilidad. —Me acerqué—Quiero que, por primera vez en tu vida, cierres la boca.
Alex me mira cruzando sus brazos.
—¿Y por qué debería hacerlo? —Me dice con una leve sonrisa. —¿En qué me beneficia a mí?
—En mucho, créeme. —Le digo—Si cierras la boca, no traerán a Joanne como una vulgar, y tú NO vas a tener mi puño en tu linda CARA. —Le sonreí. —¿Entendiste?
Borra su sonrisa y se acerca a mí.
—Me parece justo, y razonable. —Dice poniendo sus manos en mis hombros—Ahora voy yo, mis condiciones para que me calle y no le diga a todo el mundo que los vi "revolcándose" en el baño.
—TE EQUIVOCAS—Lo interrumpí—Tu sabes que no estaba pasando nada.
—¿Qué más da que lo sepa? —Me dice bajando sus manos por mi pecho lentamente. Mi quijada se tensó. —Si el único que vio, fui yo. —Me dice—Yo puedo decir que estaban teniendo sexo en el baño y todos me creerían.
—No estábamos haciendo nada de lo que tu cabeza crea. —Le digo. —Y no lo harás, porque sabes que ella no se merece esto, ni mucho menos lo harás, porque me sigues amando. —Él me mira y sonríe.
—Exacto, te amo a ti y no a ella. Lo que quiero es que vuelvas conmigo a cambio que no hable sobre ella. —Dice acercándose a mis labios y tratando de besarme.
Me giré hacía otro lado, para evitar que me besara.
Alex, se hace hacia atrás y me mira. —¿Por qué es tan difícil para ti perdonarme?

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Los colores del alma| LG(B)TQ+
Roman pour Adolescents"Los colores estaban en ella, un símbolo de valentía, amor y fuerza. Todo lo que necesitaba en mi vida y que sabía que no era para siempre." *HISTORIA REGISTRADA, NO SE PERMITE EL PLAGIO Y/O TRADUCCIÓN, ADAPTACIÓN, ETC. DE ESTA MISMA SIN MI CONSENTI...