Capítulo 9

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Bree fue por el botiquín limpió y vendó mis heridas. Había guardado el cuaderno de nuevo en el fondo de su clóset que siempre parecía a punto de vómitar toda su ropa.

-No tienes porque hacer esto- dije en voz baja

-Vas a ir por la calle dejando un reguero de sangre, aunque creo que tuviste una buena dósis por hoy

Reí un poco, era como sí estuviera hablando con una drogadicta o una alcohólica, siempre necesitando más y más, día tras día aumentando la dósis.

-No quiero correrte Alex, pero mamá ya no tarda en volver y no quiero que te arme una escena...

-Conocí a un chico

La cabeza de Bree giró en mi dirección muy rápido, tanto que me temí que se hubiera torcido el cuello, cerró la puerta de su cuarto con seguro y se dejó caer en su cama para escuchar todos los detalles escabrosos del chico guapo

-¿Lo conozco? ¿Es campañero tuyo? ¿Cómo es? ¿Cuántos años tiene? 

Tuve que describirle a Dean Schmidt al detalle, contarle también que había sido él quién me había sacado de la fiesta. Bree hacía muecas y daba saltitos en la cama con emoción.

-Tal vez él pueda ayudarte a olvidar a Jason..

Me levanté de la cama para marcharme, ya había recordado a Jason lo suficiente y no quería tener esas escenas en mi cabeza reproduciendose una y otra vez antes de dormir, le di un beso a mi hermana antes de salir corriendo para evitar a su madre, prometiendo enviar un texto cuando llegará a casa.

Me fastidiaba eso, todo el mundo quería saber dónde estaba, con quién, a dónde iba y que hacía, ella y mamá haciendome enviar textos para tener bajo control, bufé en cuanto me subí a mi auto y puse un poco de música, ahora ya me sentía mejor, recordar era muy cansado.

Estaba en un alto esperando pacientemente que me tocará el siga, hasta que una moto llamó mi atención, en efecto ya era capaz de reconocerlo a cualquier distancia, era como un imán a mmi vista, todo en él me resultaba atrayente. La sola imagen de su ancha espalda me hizo querer mirarlo a los ojos, necesitaba ver el verde que traía paz a mi rojo.

Una bocina tocó llamando mi atención y él volteó con el entrecejo fruncido, al verme me dirigió una sonrisa entre burlona y misteriosa, pisé el acelerador para alejarme de él y su sonrisa...

Sí te gusta tanto, como dices sólo ve por él

-Sólo cállate

Sólo ve por él, no seas cobarde voy a ser honesta, te hace falta un hombre como él, es guapo, es arriesgado y se fijó en ti, no puedes pedir más maldita invisible.

Por una vez no le hice caso, necesitaba llegar a mi casa y dormir un poco, había estado sin la sonrisa de alguien mucho tiempo, sin los brazos y los besos de alguien, bien podía seguir así estaba disfrutando de mi libertad y planeaba que la cosa siguierá así mucho tiempo más, en mi condición y aunque yo no fuera la persona más prudente, necesitaba ese hombre distractor fuera de mi vida.

Mamá no estaba en casa cuándo llegué, así que me preparé un plato de cereal con leche mientras veía las noticias, no tenían pistas sobre el chico que habpia muerto despiadadamente apuñalado en el bosque, una sonrisa curzo mi rostro al ver la confusión en el rostro de los policías y agentes encargados del caso, Mel me había estado mandado textos que no había visto y que me dispuse a contestar perezosamente mi amiga estaba más tranquila pero sin duda el lunes iba a interrogarme horrendo.

Por ahora tenía algo que hacer, no quería correr riesgos y sí bien suiza era el objeto al que mayor cariño le tenía, debía deshacerme de ella y enviar pistas en otra dirección, la sudadera negra que estaba escondida en mi armario aún tenía rastros de la sangre de Kevin y suiza estaba llena de mis huellas dactilares, subi a mu cuarto a revisar el anuario, tenia que escoger a las mejores caras de esa noche para saber quiénes estaban tan ebrios que no pudieran acordarse de nada y ¿porque no? Había que regar un poco de cuchicheos por ahí.

En mi último viaje a casa de los abuelos, el abuelo que era fánatico de las series políciacas en tv y en algún episodio que tuve la fortuna de ver con él, el sospechoso no tenía huellas dactilares. Es decir las tuvo pero se las había quemado con ácido, el efecto no es para siempre sí no dejas los dedos el suficiente tiempo, porque las células se regeneran, tampoco fui tan idiota mi fuente de información además de la educativa serie de tv, fueron libros, ahora la gente se dedica a teclear sus dudas en la web olvidando por completo lo valiosos que son los libros, iba a necesitar mis huellas dactilares pero por el momento no iba a exponerme, ya tenía los cortes en las palmas de la manos, porque las huellas se extienden por toda la palma de la mano el que tuviera un corte iba a dejarme una cicatriz que distorsionaria un poco mi huella, pero mis dedos eran otra historia. En ese viaje quemé mis dedos, había dolido pero era necesario sacrificar una parte de mi por todo lo que estaba por ganar sonaba genial. La piel se estaba regenerando era cierto, pero sólo habían pasado unos cuantos meses desde mi locura ácida, sí de pronto aparecía en la escuela con los dedos destrozados llamaría la atención horrendo, bien podía seguir arriesgandome y seguir sin usar los guantes de latex que no me gustaban para nada, pero no, esto sí tenía que salir bien.

En una bolsa hermética de las que habpia traído de la cocina metí a suiza después de limpiarla con aceite de bebé eso quitaría mis huellas, sonreí al pensar en quién iba a tomarla sin darse cuenta, la sudadera fue más difícil tuve que tomar las tijeras para tomar finisimas ebras de la tela que guarde cuidadosamente en otra bolsa con ayuda de mis pinzas de depilar, por suerte tuve la genial idea de ir sin zapatos un problema menos ya que no había lodo y había pasto por todos lados. Ya quería que fuera lunes, sin embargo tuve que entrar a mi página social para ver mejor a mis víctimas, un chico de último grado que reconocía como James Torrence llevaba la misma mochila que solía llevar a la escuela, Teresa Williams la ex novia de Kevin llevaba una sudadera en color negro que conveniente, la gente repetía ropa en la escuela y ya que el lunes todos iban a ser bueno seguros vestirían de negro o de lo contrario yo tendría que ser paciente y esperar que la chica llevará esa sudadera, la última elegida sin embargo me daba vueltas en la cabeza, nadie iba a sospechar de ella por eso resultaba tan conveniente Melissa usaba la bolsa de fiesta todos los viernes.

-Lo siento

No lo haces, te encanta

Y ella tenía razón

VORÁGINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora