Capítulo 5

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-¿Estás bien?-dijo con voz ronca con sus ojos fijos en los míos- ¿Alex?

La sonrisa poco a poco se fue desvaneciendo de mi rostro y en un movimiento rápido me aleje lo más que pude de él, vomitando escandalosamente  en una esquina el escaso contenido de mi estómago, ¡que asqueroso! las arcadas sacudían mi cuerpo mientras trataba en vano de sostenerme y evitar que mi cabello se llenará de porquería algo por demás imposible ya que realmente estaba muy ebria. sí había pensado por un momento que con la adrenalina se me iba a bajar la borrachera estaba totalmente equivocada.

Dean se acercó a mi pese a que en vano trate de apartarlo, sujetó mi cabello mientras yo seguía vomitando, bueno ¿es que no iba a parar nunca? pensé, sólo podía escuchar su respiración en mi oído y después de lo que parecieron horas, ya sé que suena a exageración como siempre. Todo terminó

-¿Mejor?

-Debes definir mejor-dije con la voz rasposa el sabor a vodka estaba matandome

-El vodka es malísimo y no conforme con eso le añadías jugo de piña, en serio niña no te han enseñado a beber-sonrió pero sus ojos estaban examinandome cautelosos

-Ahora vas a darme una lección sobre alcohol-bufé molesta-Para eso tengo a mi mamá y ella no va a sermonearme sobre esto, aunque tal vez sí por la hora-mire la hora en mi reloj de pulsera y el soltó una risita 

-¿Qué?

Sacudió la cabeza aún con una mueca burlona y me tomó el brazo izquierdo- Creí que las chicas como tú no sabían usar esto, ya sabes con sus lindos y caros celulares, creí que sólo usaban sus relojes como un accesorio más

-Estás insultando mi intelecto, peor aún poniendo en duda mi inteligencia, suenas como un maldito machista-

-Y tú actúas como una maldita loca, creéme niña no te he tratado ni un día entero y ya he salvado tu trasero dos veces

-¿Disculpa? Me tiraste en la escuela imbécil

-¿Ahora soy un imbécil?- Dean arqueó la ceja sorprendido- Ningún imbécil hubiera estado cuidando de ti esta noche, ni siquiera se hubieran tomado la molestia de volver por ti al ver que estás tan borracha como para distinguir el peligro y sobre todo dudo que ningún imbécil se hubiera arriesgado a ser salpicado de vómito. 

Me acerqué y sí unas horas antes lo estaba besando apasionadamente ahora mi mano tenía vida propia al cruzarle el rostro de una bofetada.

Esta diciendo la verdad maldita loca, te dije que no era de fiar y ahora lo golpeas por decirte que eres una maldita desequilibrada, cuando en realidad lo eres, tan común como esas chicas que se ponen ebrias por encajar. Ves alguien más tenía que decirte lo patética que eres Alexa.

Ella comenzó a reírse y los ojos se me llenaron de lágrimas mientras Dean se frotaba la mejilla, esto era una maldita pesadilla y yo la protagonista, lo cuál era muy raro, no me gustaba ser el centro de atención de nada, mantener un perfil bajo me hacía sentir tan bien, porque podía caminar entre la fina línea que dividia la oscuridad de la realidad y honestamente no quería que nadie me acompañará en el camino diario por esa franja.

-¿Es esta tu forma de decirme gracias?-dijo en voz baja pero podía notar el filo que había en ella

-Nunca te pedí que me ayudarás, te aperaces en el momento exacto y pretendes que siempre estuviste ahí, que puedas salvar a otros no te va a salvar de ti mismo

-Bien

Dean de tres zancadas se acercó a su moto la pusó en pie, tomó mis cosas y me las arrojó, mis reflejos eran lentos aún y la bolsa pesaba mucho así que me fui hacia atrás en cuanto las tomé, cuando volví a mirar Dean estaba encendiendo la moto y sin mirar atrás arrancó.

VORÁGINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora