Los párpados me pesaban toneladas y un zumbido horrendo me perforaba los oídos, traté de levantar la mano derecha para taparme un oído y una fuerza me obligo a dejarla donde estaba, probé de nuevo y sucedió lo mismo, no tenía fuerzas ni ganas de abrir los ojos pero necesitaba saber que estaba ocurriendo.
Abrí los ojos y la blancura de las lámparas a mi alrededor casi me dejan ciega, tuve que parpadear muchas veces para poder aclarar un poco el campo de visión tan escaso que tenía, fui bajando la mirada hasta mis manos y vi que estaban sujetas con lo que parecían ser vendas, una risita escapo de mis labios ¿ en serio?. Me tomé un respiro sentía que mi cabeza estaba por estallar con cada mirada que dirigía a mi alrededor, cerré los ojos recapitulando todo lo que había pasado antes, aunque no pudiera recordarlo todo sabía muy bien lo que había hecho y me moría por saber cuál había sido el resultado, no por mí, sabía que sí yo estaba aquí Dean ya debería saber la razón y que seguramente me odiaba. Suspiré Dean, al final había ganado el rojo contra el verde, era una lástima siempre esperé que él fuera mi salvación.
Volví a despertar esta vez la luz ya no era tan cegadora y tenía las manos libres, me tallé los ojos para despejarlos y lo vi frente a mí, casi me arreiento de despertar, el Dean que tenía frente a mi estaba aferrando las mantas de mi cama de hospital con tal fuerza que los nudillos se le estaban poniendo blancos y me miraba con dolor y algo más, tomé un profundo respiro y desvíe la mirada de su rostro.
-Han pasado dos semanas-dijo con voz baja- Dos semanas en las que nadie podía saber sí estabas luchando con todas tus fuerzas para irte...o para quedarte, personalmente creo que estabas luchando para quedarte, necesitabas ver tu obra terminada, necesitabas verme destruido
La habitacion me dio vueltas a una velocidad increíble y la saliva se acumuló en mi boca de forma asqeuerosa, sabía lo que seguía así que me incline hacia un lado de la incomoda cama y para mi sorpresa Dean alcanzó el bote de basura más cercano y lo puso de forma que pude vomitar en el, Dean me sujeto el cabello mientras yo vertía las entrañas en el bote de basura.
-Veo que están teniendo un despertar muy activo-dijo una voz femenina con un tono de voz molesto
Cuando me pude incorporar de nuevo, Dean me alcanzó un poco de agua y me enjuagué la boca, escupiendo de nuevo en el bote de basura, cuándo miré a la doctora que había entrado me sentí como examinada con rayos X, ella era alta, esbelta, con el cabello recogido en alto y no se le movía un cabello porque estaba todo engominado con gel,tenía los ojos claros perfectamente delineados y sus mejillas tenían la cantidad justa de colorete.
Se acercó a checar los aparatos a los que estaba conectada y hacía anotaciones en su libreta, me miró con la ceja arqueada antes de decirme con una mirada severa
-Ha pasado mucho tiempo en estado critico señorita Bécquer, creímos por unos días que no saldría de esta situación tan espantosa en la que se encuentra, pero aquí su novio ha insistido en que usted saldría victoriosa, no se ha equivocado en absoluto.
Dean no le estaba prestando atención, seguía con la mirada fija en mí, la doctora hablaba y hablaba de todas la complicaciones que tuve, las horas que pasé en cirugía y con voz horrorizada dijo
-No sabemos aún sí podrá tener hijos en el futuro
-No le preocupa Doctora Alex y yo lo habíamos hablado ella y yo no vamos a tener bebés, pero tal vez podamos tener un futuro juntos-dijo Dean con una voz carente de emoción
-Bien, sí ella sigue evolucionando bien tal vez pueda salir en dos o tres días de aquí, me voy para darles un poco de privacidad.
No había articulado palabra desde que había despertado y no tenía ganas de hablar con Dean, habría preferido quedarme en esa tina llena de dolor y rabia y haber muerto en ella esa noche en la que hice todas las estupideces posibles.
-Te llevaré a tu casa y vamos a ser la pareja feliz que siempre hemos sido...mi amor-Dean se había acercado y ahora acariciaba mi rostro suavemente con la yema de sus dedos, un escalofrío me recorrio el cuerpo al sentir su tacto y su voz me daba escalofríos pero no me aparte de su tacto y disfrutaba de su voz cargada de odio y de rencor hacia mí.
Dos días después pude salir de hospital, Dean me llevó a mi casa para mis sorpresa iba en auto, yo sólo sabía que tenía una motocicleta, así que cuando la enfermera empujo la silla de ruedas fuera del hospital hacia la calle y esperabamos, yo realmente no quería irme, tenía miedo de enfrentarme con este hombre que no se parecía a mi novio dulce y tierno, al Dean que yo había roto hasta que no había quedado nada, este Dean me ponía los nervios de punta y me daban ganas de correr y no verlo nunca o tal vez me daban ganas de sacudirlo hasta que sus ojos recuperaran el brillo demoledor que tenían cada vez que me miraban y que su voz recuperara el tono travieso con el que solía hablarme.
-¿Te gusta el auto?-preguntó mientras encendía el radio, estaba mirando por la ventana para tratar de aliviar un poco la tensión que sentía, hasta que escuché con más atención, en el radio estaba sonando una de las canciones de mi banda favorita, gire la cabeza sólo para encontrarme con la mirada de Dean fija en mí
-Sé que te gustan, que tarareas sus canciones cuando estas nerviosa, que te muerdes las uñas y que quemaste tus huellas dactilares, sé tus más oscuros secretos y que inculpaste a un inocente, que la noche que te besé fue la misma noche que asesinaste a Kevin... sé todo sobre ti-dijo y aceleró
Me recargué en el asiento y cerré los ojos, había perdido a Dean o mejor dicho lo había asesinado y él tenía razón no iba a detenerme hasta que mi trabajo estuviera terminado.
Cuándo llegamos a mi casa estaciono el auto cuidadosamente cerca de la entrada y cuándo estaba por abrir la puerta, él me sacó del auto con cuidado y atravesó la puerta principal de mi casa conmigo en brazos, cerró la puerta con el pie y emprendió la marcha hacia mi cuarto, me sorprendió el que cargará conmigo y que además de todo no hiciera ningún comentario, cerré los ojos de nuevo, no me gustaba esta casa estaba plagada de recuerdos horrendos desde la última vez que había estado aquí.
Abrió la puerta de mi habitación y me dejo caer suavemenete en mi cama, lo miré con curiosidad mientras quitaba los peluches y cojines que cubrían la mitad de mi cama, no decía una palabra trabajaba en silencio, cuándo terminó salió diciendo
-La cena estará lista en una hora
Era hora de planear mi siguiente ataqué, todo estaba ordenado en mi habitación y aún así no me fue difícil encontrar la grabadora por priemera vez en mucho tiempo empecé a hablar, conté las cintas que tenía a pesar de que había pasado mucho tiempo sin grabar tenía 5 cintas, las rotulé cada una con un número, las guarde en sus cajas y estás a su vez la guarde en una caja de zapatos, fui a cuarto de mamá que estaba también muy ordenado y procurando no mirar hacia su cama, abrí el ropero y baje la caja donde ella guardaba cosas de su juventud.
En algún momento de su vida mamá me había enseñado las cosas que se había comprado con sus primeros salarios y entre ellas estaban unos walkman antañisimos que usaba de vez en cuando por la casa, hasta que le hice mucha burla por usar algo tan arcaico. Sonreí un poco ante el recuerdo y luego me los lleve para guardarlos en la caja junto con las cintas, miré el reloj aún me quedaban 10 minutos para que según Dean la cena estuviera lista
Baje y lo encontré en la cocina moviendose de un lado a otro con una naturalidad brutal, teniendo en cuenta que no sabia donde estaban las cosas, olía delicioso había picado ajos y cebollas y el cuchilo que había usado descansaba en la barra de la cocina, silenciosamente lo tomé y me fui acercando a él, Dean tenía los ojos fijos en el sartén tomé aire y escuché como el filo del cuchillo rasgaba el aire.
ESTÁS LEYENDO
VORÁGINE
RandomLos veo caminar diariamente, siempre despreocupados siguiendo su rutinaria vida, con la seguridad de que el día siguiente será igual al día anterior, patéticos, todos son así. Al principio fue sólo curiosidad, tal vez los primeros tres, la necesidad...