VORÁGINE

Capítulo 4

Sus labios eran tan suaves, aún con los ojos cerrados era como ver un  mundo nuevo, uno donde no había nada que lo hiciera oscuro, por un momento no vi a Kevin cubierto de sangre y abandonado en ese bosquecillo dónde seguro tardarían mucho en encontrarlo.

Abrí los ojos, yo sé para muchos incluída yo tener los ojos cerrados durante un beso signifca pensar en cosas bonitas y dejarse llevar por la emoción, sin embargo necesitaba ver que era real que mi noche iba a terminar tal y como lo pensé, cubierta de gloria. Pude ver por vez primera y a placer sus largas pestañas que reposaban sobre las incontables pecas que decoraban su piel bronceada, era tan perfecto y este chico guapísimo deslumbrante como la luna estaba besándome con dulzura, pero un segundo yo no quería suavidad, en la vida que tenía la suavidad no era permitida y realmente no la quería por muy deliciosa que fuera, así que sólo deje que sucediera.

Era todo saliva, lengua y labios, el whisky que había estado bebiendo, le conferían un sabor delicioso, ningún beso se había sentido así en la historia, al menos en la mía, mis dientes mordieron su labio inferior, emitió un sonido extraño entre un gemido y un quejido, una sonrisa me cruzo el rostro y lo hice de nuevo esta vez un poco más fuerte, él se aparto de golpe tomandome por los hombros y al estar su labio entre mis dientes, la delicada piel de su labio se rasgo, dejando escapar un hilillo fino de sangre.

Rojo Alex, él es rojo. Debe ser nuestro.

Pero no podía haber prestado menos atención a la voz en mi cabeza, Dean estaba tocando su labio inferior e intercalaba su mirada entre sus dedos y mi rostro que en ese momento reflejaba confusión total, no era para menos casi le arrancó el labio de un beso, eso debía ser cosa de principiantes, quería decir alguna objeción pero simplemente mi cerebro no procesaba del todo la escena, debía ser porque a pesar de todo, el rostro de Dean aunque lleno de confusión no reflejaba malestar alguno.

-Así que, tienes una vena de agresión, detrás de ese rostro angelical-dijo sonriendo de un lado

Sus ojos verdes chispeaban, maldita sea debía dejar de sonreír y de mirarme así, estaba cegandome por un chico al que llevaba menos de 24 horas de conocer, con el que estaba encerrada en el diminuto cuarto de baño de una fiesta que sin duda iba a ponerse horrenda, sí alguien comenzaba a buscar a mi ahora víctima, mi cerebro parecía decodificar los acontecimientos por partes, los ojos de Kevin perdiendo el brillo de la vida y los ojos verdes de Dean rebosando interés, eran dos escenas completamente distintas y me llenaban la mente.

Ya no podía apartar mi vista de su labio perfecto, ahora destrozado por mi culpa.

¿culpa? ¿tú sientes culpa Alex? Que vas a saber de culpa, sí te paseas como si nada por el mismo lugar por que paseó la persona a la que acabas de asesinar, no sientes culpa, no sientes miedo, no sientes nada. Dean es sólo la emoción del momento, no sientes nada por él, no puedes sentir nada por él, sí lo haces lo vas a lastimar....lo vas a matar.

-Ya basta- rogué en voz baja

-¿De que?-dijo Dean tomando mi cara entre sus manos, que a pesar de tener callos por el uso rudo de las herramientas del taller, tomaron mi rostro con tal delicadez como si fuera de cristal

-Dean...lamento lo de tu labio-estire mi mano y pase mi dedo pulgar sobre su labio limpiando la sangre- No soy angelical

Soltó una risita antes de añadir- Eso ya lo noté, pero no es precisamente la chica angelical lo que estoy buscando, todas las chicas están un poco obsesionadas con ser lo que no son, las chicas buenas quieren ser malas y las malas están decididas a demostrar que son malas, nadie es quién dice ser y nadie es lo que quiere ser y eso son cosas que nos obsesionan y nos consumen, no te esfuerces en decirme lo que eres o no eres, dame la oportunidad de descubrirlo