Capítulo 7

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Él se había ido, con la mirada baja y apenas hubo salido por la puerta me dieron ganas de correr hacia él y decirle que estaba mintiéndo porque moría de miedo, no quería que pasará de nuevo, no como yo lo recordaba.

Tomé las llaves de mi auto, regalo de papá por mi cumpleaños, un caro y deportivo auto en color azul, salí sin decirle una palabra a mamá ella se veía muy ocupada arreglandose para salir y yo definitivamente no quería acompañarla a donde fuera que se dirigía.

Encendí la radio para que me hiciera compañía y no tuviera que estar pensando tanto en las cosas mientras manejaba, el problema era que no parecía ayudarme nada, sabía muy bien hacía dónde me dirigía y porque había escogido ese destino, no queria ver a Melissa sabía que le había dicho que iría pero no podía decirle todo lo que pasaba por mi cabeza, por muy mi mejor amiga que fuera había cosas que sólo alguien más sabía de mí.

Siempre quisé tener hermanos, mamá ya no quería más hijos a ella le gustaba salir y divertirse con sus compañeros del trabajo, ir al cine o al teatro, un café entre semana o cualquier cosa, ella amaba su libertad y yo no entendía porque sí tanto la disfrutaba tenía una hija, es decir claro que sé que quién es papá y claro que tenemos comunicación por correo, mensajes y una que otra vez vamos a cenar, pero no tocamos el terreno de mi casa o la suya, sobre todo porque la suya era perfecta, una esposa flamante que cocinaba los mejores hot cakes que he probado en mi vida, que oragniza las mejores fiestas de cumpleaños y que tiene un perfecto teñido en rubio. Ella no me molesta de hecho hasta podría admirarla un poco, por su organización,  la familia de papá no me desagrada para nada y sí tengo dos hermanos, medios hermanos para ser exacta, Ashton esta estudiando medicina en una muy prestigiosa escuela privada y Breeana que irónicamente tiene mi edad, sí yo soy la hija fuera del perfecto matrimonio que el prestigioso dueño de empresas Bécquer tuvo con la en ese entonces estudiante de derecho que realizaba su servicio social en el imperio empresarial de papá.

Realmete no supe de todo esto hasta que tenía 13 años y papá decidió que era momento de contarme la verdad, mamá siempre me había dicho que ella se había separado de papá porque no habían podido seguir juntos, la verdad apareció una tarde en la pizzería  a la que papá y yo solíamos ir, Breeana Bécquer entró al lugar con gafas de sol y un enorme moño de colores prendado en su largo y ondulado cabello, caminaba entre las mesas tomada de la mano de papá, ella le daba la mano a mi papá !Mi papá! detrás de ellos entraba un jóven desaliñado y con un  flequillo que le tapaba un ojo por completo, ataviado con una playera negra de un grupo de rock y una chaqueta de cuero que se veía bastante desteñida.

-Alex ella es Breeana y Ashton, son tus hermanos-dijo papá mientras los tres tomaban asiento a la mesa.

-Hola Alex- saludó Ashton con una sonrisa identica a la de papá- Hace mucho que queriamos conocerte

-Dime Bree-ella tenía una voz tan peculiar, sonaba exactamente como esas chicas que usaban faldas rosas en la escuela y se volvían porristas 

Los miraba a los tres como si estuvieran locos, un día era hija única y al siguiente !BOOM¡  tenía dos hermanastros, la pizza la escogímos esa niña de voz extraña y yo, resultó que teníamos gustos similares y hasta Ashton compartía mi gusto por la salsa inglesa, él y yo teníamos los ojos como papá y Bree un poco más claros, de los tres yo era la más pequeña en estatura, papá siguió invitandolos a comer o cenar con nosotros pero realmente no me acerque a ellos tanto hasta que me cambiaron de escuela.

Había detenido el auto frente a mi heladería favorita, no solía ir sola a ese lugar, no desde que Bree la había puesto en mi camino, hasta había arrastrado a mamá a ese lugar sin decirle jamás que mi hermanastra fue quién me mostró los deliciosos helados que ahí vendían, mamá no hablaba mucho de papá, ellos tenían un acuerdo económico bastante bueno que no sólo pagaba mi educación, sino que además nos hacía la vida más sencilla, mamá además se había negado rotundamente a que yo entrará a la cara escuela que papá había propuesto.

Fueron meses de discusión, hasta que papá cerro el caso diciendo que no había más que discutir puesto que él pagaba la escuela y que hasta el momento todo se había hecho como mamá había querido, la situación para mamá después de saber que estaba esperando un bebé del hombre de negocios más importante del estado mejoró o se superó, algo así como sacarse la lotería de por vida, todos en el estado es más en el país sabían que papá tenía una hija fuera del matrimonio perfecto que tenía, ya que su mujer se lo perdonó todo, mamá fue alejada del ojo público sin embargo y pese a que sé perfectamente que me ama, aún no dejo de pensar que fui su mejor inversión, su seguro de vida.

Pedí un cono de helado de vainilla y lo saboreaba en la terraza del lugar, dejando que el sabor me invadiera poco a poco, me cuesta recordar porque adoré el cambio de escuela, pero creo que todo se debió a Bree, el primer día tuve que hacer el protocolo de presentación, la sola meción de mi nombre completo dio pie a cuchicheos entre los pupitres hasta que una enmarañada cabellera oscura se puso de pie con unos anteojos morados sobre el puente de su nariz y dijo risueña

-Alex es mi hermana

La miré pensando que estaba loca y sin embargo sonreí, ella no se veía avergonzada por el hecho de que su media e indeseada hermanastra estuviera en su mismo salón de clases, usando el horrendo uniforme de color gris con azul, me senté en un pupitre contiguo al suyo y ella hizo un dibujo en el que supuestamente estabamos representadas las dos.

El helado se estaba terminando mientras recordaba como me había invitado a comer con ella en el receso, no funciono sus amigas no parecían muy compatibles conmigo, gracias a eso conocí a Melissa, sin embargo ella me arrastró a dejar de hacer educación física sólo porque adorabamos el mismo show de televisón y cotilleabamos por horas bajo las escaleras que llevaban a la dirección, en su casa encontré tierra neutral cuando su mamá no estaba, jugabamos en su cuarto e imitabamos el show de tv súper mal, hasta leíamos el mismo libro, ella al igual que yo gustaba de leer a los autores ingleses y en ese momento teníamos un poco de fiebre por Oscar Wilde.

Todo cambió cuando llegó Jason, ella estuvo ahí en el proceso del coqueteo por culpa de mi querida hermana había conocido al chico que jugaba soccer casi tan bien como jugaba al ajedrez, ojos grises como el cielo anunciando tormenta, cabello de color cobrizo con destellos al sol, por él estuve a punto de volverme porrista, por el que aprendí de soccer y amé cada partido que jugaba así ganará o perdiera, Bree le ayudo a escoger el regaló con el que habría de perdime que fuera su novia un hermoso cachorro labrador de color negro, fue el último año de secundaria. el mejor de todos el más feliz de mi vida, el año escolar lleno de buenas decisiones, de grandes experiencias, el año en el que también perdí todo.

Finalmente pisé a fondo el freno haciendo chirriar la llantas y ella se asomó por la ventana de su cuarto, la vi abrir la puerta de entrada y correr a abrazarme apenas me hube bajado del auto, llevaba una mascada en el cuello y unas botas que parecían más bien las indicadas para montar a caballo, se había cortado el cabello algo que me sorprendió en exceso, ella que siempre que estaba aburrida en clase se cortaba las puntas para no tener maltratado su largo cabello.

-¿Estás bien?-dijo en mi oído exctamente cómo la última vez que había formulado la misma pregunta, justo como cuándo había quedado en shock después del asesinato de Jason.

VORÁGINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora