Capitulo 18

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-Hay alguien a quién podamos llamar-dijo el oficial, en su voz había mucha lástima 

Negué con la cabeza mirando mis manos.

-Gracias pero no creo que alguien quiere acompañarme, soy la hija bastarda de un hombre de negocios- sonreí con amargura

-Le avisaré cuándo pueda ir a acompañar a su madre, sería mejor que fuera a buscar algo de ropa para ella, un oficial estará esperando para cuando usted la tenga lista

El hombre abandonó la casa con paso firme y yo corrí escaleras arriba, los ojos me picaban era como si las lágrimas no encontrarán el camino hacia la salida y me quemaran, abrí la puerta del cuarto de mi mamá. Todo estaba tan ordenado, las botellas de perfume se veían tan lindas en el tocador, pasé el dedo por la orilla del mismo pensando en que aroma sería el indicado para esos momentos, era irónico que pensará en poner el perfume pero a ella le gustaba oler bien.

Al abrir el clóset y ver todas las faldas y blusas colgadas la realidad me abrumó, no podía con esto necesitaba ayuda para escoger la ropa, para tomar decisiones todo el tiempo pensé que ella iba a estar para mí para tomar las decisiones importantes y simplemente no concebía que se hubiera ido y todo el paquete estuviera en mis hombros ahora quería arrancarm los cabellos de la desespración qu sentía.

Tomé aire y vi el vestido azul marino que tanto nos gustaba, lo compró unas horas antes de la cena de Navidad y reímos como locas porque  se lo arrancó de las manos a una señora 3 tallas más grandes que el vestido. Pasabamos Navidad en casa de la única hermana de mamá, vivía en otro estado pero a mi me encantaba ir a visitar a la tía Helen hacía unas cenas deliciosas que remataba con postres decorado, mamá rompía esos días las dietas que se pasaba haciendo todo el año.

-Voy a extrañarte-dije oliendo su ropa

Tomé una pequeña maleta y guardé en ella su ropa, sus zapatos y el perfume, cerre la puerta y bajje a darle al oficial la ropa para que pudieran arreglar a mamá

-Lo siento mucho señorita-dijo el oficial tomando la maleta y haciendo una leve inclinación con la cabeza

¿Que dices a eso? No entiendo porque la gente dice cosas como esas, no lo sienten, son palabras que la gente dice sólo para sentirse mejor porque saben que no hay nada que te consuele o te haga sentir mejor, no existe una palabra que te haga sentir que realmente estan contigo, nadie sabe que quién se ha ido deja un hueco inmeso dentro de ti que con el tiempo te carcome y que más temprano que tarde estás rogando por volver a ver, escuchar o sentir a esa persona.

-Era mamá-susurré 

-Ella esta mejor ahora, si de algo sirve ella murió casi de inmediato, el golpe basto para

-Me queda claro oficial, le agradezco su honestidad-volví a entrar en casa y cerre la puerta para deslizarme hasta el piso y quedarme abrazada mirando a la nada.

Frío, esa sensación de cosquilleo que te recorre lentamente mientras todos los poros de tu cuerpo protestan en busca de calor, eran como pequeños cuchillos que me clavaban en el cuerpo y en la cara, casi podía ver la cara de terror de mi madre en el momento del impacto, podía sentir el pánico y la adrenalina corriendo por sus venas, escuchar el grito que salió de sus labios y ahora ya no sentía frío el calor era insoportable, mamá no se merecía esto.

Ella te mintió durante años, es cierto que muerte más horrenda un ave en llamas perdiendo el control del vuelo, consumida por el fuego,debió ser algo muy triste.


Ella estaba hablando y por primera vez pude verla caminando entre las llamas, con el cabello ondulado cubriendo sus blancos hombros, sus ojos me eran terriblemente familiares, tomó su rostro entre mis manos mientras yo seguía hecha un ovillo contra la puerta, observando la escena del accidente, me sentí presa del pánico mientras ella recorría mis mejillas con la punta de los dedos me estremecí al tacto.

VORÁGINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora