𝕀𝕍

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Amiga de juegos

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Amiga de juegos

By Jason Meyer

De nuevo ese maldito dolor de cabeza punzante. El hartazgo y esta sensación de vacío dentro de mí me tenían loco — Sí, más de lo que ya estaba—. 

Lo hice de nuevo, claro está. Ella está postrada en la camilla, inmóvil. Pronto su temperatura descenderá hasta estar tan fría como el metal que sostiene su cuerpo, y de nuevo no será nada, más que una de las miles de creaciones en la habitación. 

Cada vez que perdía el control, todo terminaba así, y como en cada ocasión, me sentía una mierda. Pero sabía bien que no servía de nada lamentarse cuando ya todo está hecho.

La sangre escurría desde mis brazos hasta la punta de mis dedos, mi ropa estaba empapada por completo y ni se diga el desastre que hay en la habitación. Necesitaba un baño urgente y otro cambio de ropa. 

Me tambaleo hasta llegar a la sala de estar aún con la sierra en mano. Voy hacia la cocina a enjuagar mis brazos. Bebo el sobrante de schnapps que dejé en el vaso y salgo de la cocina para ir al baño a tomar una ducha.

[...]

Al terminar toda la faena, decido salir a distraer la mente. Sin complicarme, al azar, a un lugar al que me quiera llevar the blue door.

Me encuentro en un bosque, es de día, y hay algunos sitios que otorgan un poco de sol. Voy a uno de ellos, es lindo, el césped tiene flores pequeñas y se ve acogedor. Sin dudar me acuesto encima por completo extendido y cierro los ojos. El aire que pasa ligero me da un poco de tranquilidad —Es un buen sitio para dormir—.

El ambiente estaba de maravilla, hasta que percibo una presencia moviéndose cerca de mí. Algo me dice que es un niño porque sus pasos son cortos y acelerados. Me limito a entreabrir un ojo y veo una pequeña figura en las sombras —Una niña—. Mi pensamiento concluyó.

El castañear de sus dientes llega hasta mis oídos. Es de suponer que tiene frío.

 —¿Seguirás mirando como disfruto del sol mientras tú tiemblas de frío? —le pregunto—.

Parecía no querer responder. Estaba en silencio absoluto. Lógicamente estaba asustada.

—¿Tienes miedo? —insisto—.

—N... No —habla al fin—.

—¿Entonces? —interrogue con tranquilidad— ¿Por qué no vienes?

—N... Nunca había visto a una chica como tú —contesta aún temerosa— ¿Así son las chicas al crecer?

—¿Una chica dices? —suelto una risotada—. En mi vida me dijeron que parecía una chica — abro los ojos y me acomodo en el pasto—.

—Si no eres una chica e... entonces, ¿Qué eres? —se atreve a preguntar mientras se acerca—.

—¿Eres una ermitaña de nacimiento acaso?, ¿La niña del bosque?, ¿Descendiente de Tarzán, tal vez? —pregunto incrédulo, parandome, caminando hacia ella—.

—¿Qué? —cuestiona—. Yo, no sé a qué te refieres, no soy eso —replica nerviosa—. Mis profesoras, vi... vivo con mis profesoras y nana, ellas me cuidan todo el tiempo.

Esta situación me divierte un poco.

—Y, tus profesoras y tú nana ¿no te enseñaron que también existen los hombres?

—¿Hombres? —pregunta confundida, ¿me querrá tomar el pelo?—.

—Sí, como tu papá, él es un hombre —respondo—.

—Nunca he visto a mi papá, no sé cómo es —dice con tristeza, supongo— ¿Todo el mundo tiene uno? —pregunta—.

—Si, todos lo tienen o, alguna vez lo tuvieron —digo—. 

No dejo de verla, cada vez que me acerco, su rostro me parece fascinante. 

Aunque es algo despistada para su edad, tengo que admitir que es una pequeña muy linda. Se vería hermosa en uno de mis anaqueles.

—¿Cuál es tu nombre? —cambio de tema—.

—Me llamo T/N

—Que lindo nombre —intento sonreír amable—. Bueno pequeña T/N —suspiro con profundidad—. Es hora de irme —le digo con la esperanza de que me siga—.

—Espera, ¿Cuál es tu nombre? —y me sigue, lo sabía—.

—Si vienes mañana, en este lugar y a la misma hora —volteo y alzo el brazo para despedirme—. Te lo diré

Emprendo mi camino hacia la puerta y me emociona pensar que ese pretexto será suficiente para que venga mañana. A pesar de que no quería estar con nadie, ella me encontró a mí. 

Está decidido. Pequeña niña tonta, seras mi nueva amiga de juegos...


__________

Schnapps: Aguardiente

The blue door: Puerta dimensional usada por Jason para ir de su taller a la ubicación de sus víctimas y viceversa.


𝓒𝓸𝓻𝓻𝓸𝓶𝓹𝓲𝓮𝓷𝓭𝓸 𝓽𝓾 𝓲𝓷𝓸𝓬𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪  |Jason the Toymaker y tú| EditDonde viven las historias. Descúbrelo ahora