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Un internado en medio del bosque(Años atrás)

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Un internado en medio del bosque
(Años atrás)

Era una hermosa mañana y la luz del sol alumbraba con sus primeros rayos la inmensa naturaleza que rodeaba aquel lugar en donde se reunían como cada mañana hermosas mujeres que terminaban su ceremonia para estar en contacto con su entorno. El ambiente era tan pacífico y las mujeres vivían en armonía, lejos del mundo, de las reglas, en ese hermoso bosque y con la esperanza de que ese día fuera todavía mejor que los demás.

—Liz, querida ¿podrías ir por algunas hortalizas del cultivo? —pregunta la anciana con una sonrisa—.

—Claro que sí nana, ya vuelvo —dice aquella chica de largos cabellos castaños y ondulados y se va saltando hacia el cultivo—.

—Nana el fuego esta listo para calentar la sopa, ¿le pondremos remolacha? —cuestiona una chica aproximándose a la mujer de edad avanzada—.

—Claro querida ya voy para allá —le contesta la anciana mientras tomaba su bastón y se quejaba al pararse—.

Las chicas se preparaban para el desayuno y casi todo estaba listo, solo faltaba cierta chica con algunas hortalizas para terminar la sopa. En su comunidad, se abastecían de sus propios alimentos cultivándolos procurando que fuese lo mas balanceado posible y por sobre todas las cosas cuidaban y respetaban tanto a la más pequeña de las flores silvestres como cada uno de los animales que se resguardaban en el bosque, era su deber proteger cada criatura del lugar donde se encontraban siempre fue así y siempre lo será.

—¿Qué estará haciendo Liz?, ya tardo mucho en ir por las hortalizas —dice una de las chicas preocupada—.

—Seguro que se distrajo de nuevo con alguna cosa, ya sabes como es ella, es algo despistada.

—Nana ¿tu crees que deba ir por ella? —dice la chica parándose de la silla del comedor—.

—Sarah no te apures, seguro ella...

—¡Ya llegué! —interrumpe Liz que entra saltando enérgicamente como siempre—.

—¡Liz! —exclama Sarah— ¿donde estabas?, ¿no sabes que me preocupe mucho por ti?

—¿De verdad te preocupaste?, pero solo fui a recoger las hortalizas y —se toma la nuca con la mano—. Y fui a ver a la liebre para saber si se recupero un poco —dice con cierto nervio—.

—¿Eres incorregible cierto? —dice Sarah negando con la cabeza mientras reía—.

Al terminar de hacer la comida las chicas se disponían a desayunar y convivir como de costumbre, hablando de las nuevas lecciones que aprenderían junto con la nana que siempre estaba para cuidar a cada una y enseñar todo lo que sabía.

Ellas vivían en un internado católico para señoritas en medio del bosque a las afueras de la capital, les enseñaban principalmente a convivir y ser una con la naturaleza, a respetar tanto a sus compañeras y a sus mayores como a todas las personas.

Aunque el internado estaba tan lejos de las urbes a todas se les enseñaba lo que a cualquier adolescente de su edad, así que fácilmente eran capaces de competir contra cualquier individuo de su país, lo único que no podían hacer era salir del lugar sin haber cumplido los dieciocho años, pues es cuando al fin terminan la etapa de la adolescencia y están listas para el mundo que les espera.

𝓒𝓸𝓻𝓻𝓸𝓶𝓹𝓲𝓮𝓷𝓭𝓸 𝓽𝓾 𝓲𝓷𝓸𝓬𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪  |Jason the Toymaker y tú| EditDonde viven las historias. Descúbrelo ahora