𝕏𝕀

387 21 3
                                    

Estorbo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estorbo

By Jason Meyer

—Esto te va a arder un poco —advierte T/N con un algodón empapado de alcohol en mano—. ¿Cómo es que lograron herirte así? —pregunta incrédula—.

—Uno de ellos tenía un anillo enorme —respondí recostado en la cama de su habitación—. Supongo que esa es la razón

—Cómo sea, voy a empezar —dice acercando el algodón en mi abdomen—.

Su mano tiembla al contacto de sus dedos con mi piel, a pesar de que estos no me tocan directamente. El alcohol es absorbido por las delgadas heridas abiertas. 

Aunque no siento ningún tipo de dolor, exagero con algunos quejidos.

—¿Podrías hacerlo un poco más despacio? —me quejo—. 

—E... Espera, eso intento —habla nerviosa y con un notorio sonrojo—. N... No quiero lastimarte

Deja el algodón en un pequeño plato de porcelana que yacía arriba de su mesita de noche junto con el pequeño botiquín de emergencias.

—¿Eso es todo? —pregunté—.

—No, pensaba en vendarte pero creo que no será necesario —dice cruzada de brazos—. Tal vez solo algunos apósitos serán suficientes —esculca el botiquín—. Creo que están en otro lado. Espera aquí, no te muevas —dice y sale de su habitación—.

Me siento en la cama, no soportaba estar recostado en esa posición. Miro a detalle el alrededor. 

El espacio es pequeño y tiene pocos muebles. El clóset tiene un lindo color ámbar. Escucho de repente un sonido que provenía de aquel clóset. Me levanto para averiguar.

—¿Lapin? —pregunté al abrir una de las puertas—. ¿Qué haces escondido aquí? —lo alzo, es muy seguro que T/N lo haya dejado en este lugar—.

Los pasos de T/N se aproximan a la habitación. Me acuesto apresurado.

—¿Sucede algo? —cuestionó ella alzando una ceja, mientras entraba a la habitación—.

—No, para nada

—Bien, entonces solo faltan los...

Fue tanta la prisa que olvidé dejar a Lapin en su lugar, quedando en el suelo. T/N tropieza justo cuando iba a llegar a la cama. Pierde el equilibrio y cae encima mío.

—¿Estás bien? —le pregunté teniendo cerca su rostro—. 

—S... Sí —contestó—. Pareces un tomate —habla con una ligera sonrisa—.

—Es normal, estás encima mío y no me dejas respirar —digo con dificultad—.

—Oh, sí lo siento —se quita al instante—. Últimamente he sido muy torpe

—Pues, ya lo noté —sonrío—. Creo que no necesito apósitos, estoy bien así

—¿Seguro? 

—No es para tanto, solo fueron algunos golpes —declare y me senté en la cama—.

—Oye, espera —habla tomando mi barbilla y girando mi cara—.

—¿Qué?

—Tienes abierta la ceja y apenas me doy cuenta —examina mi cara con su mirada entrecerrada—. Al menos deja que desinfecte eso

Toma un algodón nuevo y lo moja en alcohol. Acerca su rostro al mío para tener mejor vista de la herida. Mis ojos vagan por toda su cara hasta encontrarse con sus labios ligeramente abiertos, tan lindos y delicados a la vista. 

Me sentí hirviendo. Ella no notaba lo que me estaba sucediendo por tenerla cerca. No pude evitar tomarla del mentón, lo que atrajo su atención a mí. 

Estábamos tan próximos, y sin notarlo sus labios yacían pegados a los míos. Eran suaves y tibios. La acerqué más a mí, disminuyendo todo espacio entre nosotros, necesitaba más.

Mi lengua pasó con cuidado por sus labios.

La humedad y el calor eran las palabras perfectas para describir el clima de este beso. Estaba cerca de introducir mi lengua en su cavidad con un dejo de desesperación.

—Espera —habla agitada apartándose—. Esto, no está bien, lo siento —se voltea—. Tengo novio, no puedo hacerle algo así —baja la mirada—.

—No te preocupes, entiendo —dije y me levanté de la cama—. Es hora de irme —hablé un poco molesto—.

Me queda claro que T/N no es mía en su totalidad. Tengo un maldito estorbo en el camino y creo saber de quién se trata. Me jode por dentro.


Si él no está, yo seré el único ¿no?...





𝓒𝓸𝓻𝓻𝓸𝓶𝓹𝓲𝓮𝓷𝓭𝓸 𝓽𝓾 𝓲𝓷𝓸𝓬𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪  |Jason the Toymaker y tú| EditDonde viven las historias. Descúbrelo ahora